El hombre que camina
Una escultura de Alberto Giacometti se ha convertido en la obra de arte por la que m¨¢s se ha pagado hasta ahora en una subasta. Con la crisis mostrando todav¨ªa sus colmillos y en unos momentos en que nadie se atrever¨ª a confirmar que los primeros s¨ªntomas de recuperaci¨®n econ¨®mica van a ser duraderos, el mundo del arte ha vuelto a comportarse a su manera. Es decir, de forma excesiva e incomprensible. El hombre que camina I se vendi¨® el mi¨¦rcoles en Londres, en la sala Sotheby's, por 104,3 millones de d¨®lares (74,3 millones de euros) y desplaz¨® a un segundo lugar al Muchacho con pipa, de Picasso, que desde mayo de 2006 ostentaba el r¨¦cord en 104,1 millones de d¨®lares.
Giacometti realiz¨® durante 1960 hasta 40 versiones de ese hombre que camina y, al final, se decidi¨® por dos y destruy¨® todas
las dem¨¢s. La pieza se molde¨® en bronce en 1961, y no es ¨²nica. Forma parte de una edici¨®n de seis. Hay tres piezas semejantes que est¨¢n actualmente instaladas en otros tantos museos: en Pittsburgh, Saint-Paul de Vence y Buffalo (Nueva York). Aun as¨ª, y durante lo que debieron ser ocho minutos eternos, 10 personas pujaron por la escultura hasta que un desconocido se la llev¨® por esa cifra que produce mareos.
La noticia ha desencadenado el inevitable debate sobre si la reciente ¨¦poca de vacas flacas en el mercado del arte es ya historia o si, por el contrario, lo del otro d¨ªa fue s¨®lo un mero espejismo. Lo que s¨ª parece imponerse como corriente es la querencia de los inversores por obras de los que ya no est¨¢n y con un s¨®lido prestigio detr¨¢s. Malos tiempos para los artistas vivos.
Tantos millones terminan ocultando a la obra y a su autor. De Giacometti dec¨ªa John Berger que su obra reflejaba "la fragmentaci¨®n social y el individualismo maniaco de la ¨²ltima intelligentsia burguesa". Esas figuras delgadas, austeras, como abandonadas en el puro vac¨ªo. "Giacometti ni siquiera era ya el artista que se bate en retirada. Era el artista que considera a la sociedad irrelevante". Puestos en plan l¨ªrico, si tanto se ha pagado por esa pieza, igual ha sido porque confirma que, a pesar de todo, hay un hombre que sigue caminando.
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