Ni un d¨ªa sin f¨²tbol
La Liga es cada vez m¨¢s un espect¨¢culo televisivo, para el hogar o los bares, mientras desciende la asistencia a estadios - El 'prime time' lleva a jugar hasta la medianoche
Si su pareja est¨¢ loca por el f¨²tbol, prep¨¢rese. En lo que resta de temporada s¨®lo habr¨¢ ocho d¨ªas sin partidos en la tele. Entre Liga y Copa del Rey, Liga de Campeones y Liga Europa, el calendario se aprieta hasta la extenuaci¨®n para los jugadores y, dicen algunos, hasta la saturaci¨®n para el espectador. Hay m¨¢s. Cuando acabe la temporada, y tras un receso de un par de semanas, a partir del 11 de junio se celebrar¨¢ el Mundial de Sur¨¢frica, el gran evento deportivo del a?o, que reunir¨¢ a millones de personas frente al televisor.
Este calendario eterno es el resultado del acuerdo entre la Liga de F¨²tbol Profesional (LFP) y la federaci¨®n de extender la jornada liguera al lunes (y al viernes para la Segunda Divisi¨®n). Pero del revuelo del primer d¨ªa, de las quejas de los que detestan el f¨²tbol y lo igualan a la telebasura y de los que temen que su informativo nocturno de radio quede reducido para siempre a la m¨ªnima expresi¨®n, unos d¨ªas despu¨¦s s¨®lo queda el resquemor en algunos clubes, una t¨ªmida satisfacci¨®n en la hosteler¨ªa y la constataci¨®n de una tendencia clara de los ¨²ltimos a?os: el f¨²tbol se juega cada vez m¨¢s en los bares y en las salas de estar, y menos en los estadios.
La taquilla acus¨® la p¨¦rdida de 300.000 fieles la ¨²ltima temporada
Salvo los grandes que llenan estadios, la clase media va a la busca del socio
Desde 2005-2006 la asistencia a los campos espa?oles desciende suavemente cada a?o -100.000 espectadores por curso- y, algo m¨¢s bruscamente, el ¨²ltimo ejercicio (300.000), seg¨²n datos de la LFP. A falta de ver el efecto del nuevo proyecto millonario del Madrid, con el megamedi¨¢tico Cristiano Ronaldo al frente, la ¨²ltima temporada pasaron por taquilla 9,3 millones de espectadores, medio mill¨®n menos que en las cuatro anteriores. Esto significa que algo menos de 250.000 forofos, casi el 80% de ellos socios de alg¨²n club, cogen cada fin de semana sus bufandas y van a jalear a su equipo al estadio, lo que parece poco comparado con los tres millones de hogares abonados a plataformas televisivas de pago que tienen entre su oferta el f¨²tbol. O con los 8,73 millones de aficionados que vieron por la tele el Bar?a-Madrid del a?o pasado, el partido m¨¢s visto de la temporada.
"No estamos muy preocupados por el descenso en el n¨²mero de espectadores que van al campo", asegura un portavoz de la Liga, que reconoce que la decisi¨®n es econ¨®mica. "Tenemos que estar siempre buscando f¨®rmulas que permitan una mejor explotaci¨®n. Es bueno para todos. Para las televisiones, que dispondr¨¢n de m¨¢s horarios; para los clubes, que lograr¨¢n que sus derechos televisivos valgan m¨¢s y para los aficionados, que tendr¨¢n m¨¢s oportunidades de ver a sus equipos".
Gerardo Gonz¨¢lez Movilla, que preside la Asociaci¨®n de Futbolistas Espa?oles (AFE), tambi¨¦n lo ve como una oportunidad: "Los jugadores van a tener los mismos d¨ªas de descanso y servir¨¢ para potenciar la Segunda Divisi¨®n y a los clubes m¨¢s modestos de Primera. El ¨²nico inconveniente puede ser que se reduzca el desplazamiento de seguidores o que caiga la asistencia en los estadios". La experiencia no es nueva. En 1996, Antena 3 ya experiment¨® con el f¨²tbol los lunes sin demasiado ¨¦xito. La diferencia ahora es que las emisiones ser¨¢n de pago (Digital + y Gol TV). "Esto hace que tenga menos impacto en la asistencia a los estadios y le permite a las televisiones, que han pagado mucho dinero, recaudar un poco m¨¢s", dice Sandalio G¨®mez, del Center for Sports Business Management.
Entre los que aplauden el cuanto m¨¢s f¨²tbol, mejor, tambi¨¦n est¨¢n los bares. "Depende del partido, pero con un Madrid-Bar?a o un buen partido de Champions podemos doblar la caja", asegura el encargado de una cadena de irlandeses en Madrid. Hay varias claves, claro. Que el partido no se emita en abierto es la primera porque si ocurre as¨ª mucha gente prefiere verlo en casa. "Si es en pay per view, un partido normal puede incrementar el negocio en torno al 20%".
Los bares han visto la oportunidad y cada vez son m¨¢s los que invierten en grandes pantallas y promocionan entre sus clientes casi cualquier evento deportivo. "No es una cosa s¨®lo de las grandes ciudades. El f¨²tbol se ha convertido en un fen¨®meno televisivo, m¨¢s que de estadio, y cada vez m¨¢s gente prefiere verlo en un bar y no porque no pueda hacerlo en casa, sino porque es un acto social", dice Jos¨¦ Luis Guerra, adjunto al presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Hosteler¨ªa. "Lo de los lunes tampoco nos va a arreglar la vida porque, por lo que sabemos, el atractivo de los partidos no es muy grande, pero es una buena noticia", a?ade.
M¨¢s en tiempos de crisis. La patronal hostelera calcula que el negocio del sector, que agrupa a unos 250.000 establecimientos, cae un 14% desde que hace dos a?os empez¨® la crisis y que, mientras los restaurantes, sobre todo los de comida r¨¢pida, mantienen un poco el tipo, los bares se hunden a¨²n m¨¢s all¨¢ de esa cifra.
Los horarios de trabajo tambi¨¦n van en contra de los estadios y a favor de los bares. En Espa?a se juega al f¨²tbol muy tarde, en comparaci¨®n con otras Ligas europeas, porque el prime time televisivo manda. Pero si los aficionados ya se han acostumbrado a entregar a su forofismo deportivo sus s¨¢bados -el ¨²ltimo partido es a las 22.00- y domingos -la jornada empieza a las 17.00 y se cierra al filo de las 23.00-, no est¨¢ tan claro que est¨¦n dispuestos a hacerlo un lunes (los encuentros ser¨¢n tambi¨¦n a las 21.00), m¨¢s a¨²n si hay ni?os de por medio. La Copa y algunas jornadas ligueras que se han celebrado entre semana pueden ser una referencia, con muchos estadios con las gradas m¨¢s vac¨ªas de lo habitual.
Por eso a algunos clubes, aunque votaron en avalancha a favor del partido de los lunes, tampoco les hace mucha gracia el cambio y rezan para que no les toque jugar el primer d¨ªa de la semana (en principio jugar¨¢n un m¨¢ximo de dos partidos hasta final de temporada). Junto a los derechos de televisi¨®n y la venta de camisetas y otro merchandising, la taquilla sigue siendo una fuente clave de ingresos. Y, quitando a los grandes que tienen lista de espera para abonarse, la clase media del f¨²tbol lleva a?os a la caza del socio, con campa?as m¨¢s o menos agresivas, enfocadas a p¨²blicos espec¨ªficos -el Racing, por ejemplo, hizo una para captar mujeres, y el Espanyol ha logrado incrementar un 20% sus abonados este curso- para aumentar los ingresos en taquilla.
Pero la tele manda. Con los millones comprometidos con los clubes, las cadenas quieren amortizar esa inversi¨®n. Y cuantas m¨¢s ventanas tengan para atraer nuevos abonados o que los que ya tienen paguen algo m¨¢s, mejor. Aunque sean con un Tenerife-Mallorca, el primer partido programado para un lunes, el 15 de febrero.
La tendencia a extender el f¨²tbol a lo largo de la semana tampoco es ¨²nica de Espa?a. Inglaterra lleva a?os por esta senda (incluso en Navidades), y esta temporada el f¨²tbol alem¨¢n dio un vuelco. Si antes el grueso de la jornada de la Bundesliga se disputaba el s¨¢bado a las 15.30, ahora se juegan partidos viernes, s¨¢bado y domingo. El cambio se explica por razones televisivas, como abrir el mercado asi¨¢tico, y, aunque ha habido cierta resistencia, "se ha revitalizado el f¨²tbol y ha aumentado el n¨²mero de seguidores en el campo", afirma un periodista alem¨¢n. En Espa?a, las gradas se resienten, pero, como en el resto de pa¨ªses aficionados, el f¨²tbol es un ingrediente m¨¢s de la oferta televisiva. Como lo son el cine y las series. Si no le gusta, s¨®lo tiene que cambiar de canal.
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