Carmen Thyssen ampliar¨¢ la cesi¨®n de su colecci¨®n por m¨¢s de dos a?os

Hoy es un d¨ªa clave. Carmen Thyssen y la ministra ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde se re¨²nen para tratar la permanencia en Madrid de la colecci¨®n de la baronesa. En el horizonte est¨¢ la fecha l¨ªmite del 11 de febrero de 2011, cuando concluir¨¢ la cesi¨®n gratuita de las 240 obras que la forman y que se exponen, juntas, pero no revueltas con las del bar¨®n, en el Museo Thyssen-Bornemisza. De estas negociaciones, de las que saldr¨¢ una pr¨®rroga de la cesi¨®n de entre dos y cuatro a?os, depende el ¨¦xito o el fracaso de uno de los retos de la era Gonz¨¢lez-Sinde.

Se trata de la colecci¨®n personal de Carmen Thyssen, amasada a lo largo de a?os de compras guiadas por el gusto personal de la baronesa. En total, 240 obras del millar que se exponen en el museo madrile?o. El resto, un impagable recorrido por el arte universal desde los primitivos flamencos hasta el fin del siglo XX, es propiedad desde 1993 del Estado espa?ol. Unidas las dos, forman la que seguramente sea la mejor colecci¨®n privada de arte del mundo.

El resto del museo es propiedad del Estado desde 1993

En arrendamiento anual, se barajan hasta 10 millones de euros

La coyuntura en la que se producen estas negociaciones para garantizar la permanencia de la colecci¨®n Carmen Thyssen no es la mejor. Acosada por una crisis galopante que provoca la escasez de dinero p¨²blico y en el ojo de una tormenta de indicadores econ¨®micos negativos, la Administraci¨®n debe hacer a la baronesa una oferta satisfactoria, de alquiler o de compra. De ah¨ª que hasta que se disipen los nubarrones monetarios, se impone un aplazamiento del r¨¦gimen actual de cesi¨®n gratuita.

Con los ex ministros Carmen Calvo y C¨¦sar Antonio Molina se habl¨® de venta. Sin llegar a detallar cifras. Con Gonz¨¢lez-Sinde, la oferta se inclina m¨¢s por un alquiler de 25 a?os al Estado espa?ol para que, pasado ese plazo, sean los herederos de la baronesa Thyssen quienes negocien. Como mar de fondo, el deseo permanente de enriquecer la colecci¨®n original de la Fundaci¨®n Thyssen y un conflicto familiar -la reclamaci¨®n de Borja, hijo de Carmen adoptado por el bar¨®n- que amenaza con torpedear el acuerdo.

La consigna por ambas partes es la de mantener las negociaciones en el terreno de la discreci¨®n. El entorno de la ministra y el de la baronesa se remiten a sus respectivos bufetes de abogados -Rodrigo Ur¨ªa, por parte de la Administraci¨®n, y Garrigues, por la de Carmen Cervera-.

Las 240 obras de la baronesa est¨¢n valoradas por las aseguradoras en 800 millones de euros. Aunque a¨²n no se han fijado las cuotas de alquiler, algunas fuentes aventuran que la oferta de la baronesa no bajar¨ªa de los 10 millones en concepto de arrendamiento anual. Carmen Thyssen ha hablado en m¨¢s de una ocasi¨®n de otras ofertas nacionales e internacionales para exponer sus cuadros, aunque siempre se ha negado a dar nombres.

En el deseo de todos est¨¢, no obstante, que la colecci¨®n de la baronesa Thyssen no se separe de la de su marido, Hans Heinrich Thyssen, fallecido en 2002.

Si la idea inicial, la venta, era complicada, el alquiler, dadas las circunstancias, tampoco parece f¨¢cil. Vistos adem¨¢s los ¨²ltimos acontecimientos, ?ha influido la reclamaci¨®n de su hijo Borja sobre la copropiedad de los cuadros para cambiar la f¨®rmula? "No. En absoluto", responde Carmen Thyssen. "S¨®lo pens¨¦ que mis herederos deber¨ªan de tener algo que decir y por ello creo que despu¨¦s de 25 a?os de alquiler ser¨¢ el momento de que ellos se manifiesten".

A esa afirmaci¨®n, la baronesa a?ade. "No puedo dar ning¨²n detalle hasta que hablen los abogados, pero estoy segura de que vamos a llegar a un acuerdo porque es bueno para los espa?oles. Mi colecci¨®n se va a seguir viendo en Madrid".