Israel pone fin al a?o de activismo de Ariadna Jov¨¦
La espa?ola ser¨¢ expulsada cuando se dicte sentencia
Se acab¨®. Ariadna Jov¨¦, la activista del Movimiento de Solidaridad Internacional detenida por el Ej¨¦rcito israel¨ª en Ramala la madrugada del domingo, abon¨® ayer la fianza de 3.000 shekels (580 euros) y qued¨® en libertad tras comparecer ante el Tribunal Supremo israel¨ª y despu¨¦s de que la fiscal¨ªa admitiera que la aprehensi¨®n fue ilegal. Se acab¨® un a?o de activismo. De acompa?ar a campesinos palestinos a recoger la aceituna para protegerlos de violentos colonos jud¨ªos que disfrutan de impunidad o de protestar ante el muro en Naalin, el pueblo en el que residi¨® seis meses despu¨¦s de que en 2008 visitara por primera vez los territorios ocupados. En cinco d¨ªas, la Corte dictar¨¢ sentencia. Fuentes diplom¨¢ticas aventuran el final: Ser¨¢ colocada en un avi¨®n rumbo a Espa?a.
La tarraconense pertenece a una ONG defensora de los palestinos
No importa que la detenci¨®n de Jov¨¦ y la australiana Bridgitte Chappell sea ilegal o que el abogado de la joven asegure que las fuerzas de seguridad no tienen derecho a practicar detenciones en las zonas de Cisjordania bajo jurisdicci¨®n de la Autoridad Palestina. Tarraconense de 25 a?os y estudiante de Geolog¨ªa, Ariadna pas¨® una noche de c¨¢rcel por primera vez en su vida. "Cuando vi los jeep del Ej¨¦rcito me lo ol¨ª. Unos 15 soldados entraron apunt¨¢ndonos con sus armas. Nos exigieron que empaquet¨¢ramos y se llevaron la documentaci¨®n", relataba la noche del domingo desde la prisi¨®n de Ramla. "Hab¨ªa 11 mujeres inmigrantes en el m¨®dulo, algunas filipinas, una ecuatoriana", a?ad¨ªa antes de prometer: "Seguir¨¦ luchando...".
Puede apelar. Pero no es probable que vuelva a Naalin.
La detenci¨®n se enmarca en una feroz campa?a contra organizaciones que airean los permanentes atropellos contra civiles palestinos. Las ONG, tanto israel¨ªes como extranjeras o palestinas, son la diana. Como denuncian esas asociaciones -con m¨¢s contundencia las dirigidas por israel¨ªes-, m¨¢s bien parece que el Gobierno hebreo no quiere voces que denuncien, ni ojos que vean. Human Rights Watch hablaba ayer de "intolerancia oficial" y de "amenaza a la sociedad civil".
Adem¨¢s de que infinidad de cooperantes han dejado de recibir permisos de trabajo, los abusos son cotidianos: confiscaciones de ordenadores en sus oficinas; prohibici¨®n de manifestaciones; arrestos nocturnos de activistas palestinos; prohibici¨®n de viajar al extranjero a profesores palestinos; expulsi¨®n de alg¨²n periodista, y procesos judiciales emprendidos en Europa para secar la financiaci¨®n de las ONG son los caballos de batalla en los que pelea el Gobierno derechista de Netanyahu y asociaciones israel¨ªes inclinadas hacia la extrema derecha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.