Ucrania se aleja
El relevo de la orientaci¨®n europe¨ªsta por la prorrusa del nuevo presidente resulta inquietante
Por un estrecho margen, el candidato prorruso V¨ªctor Yanuk¨®vich se ha izado a la presidencia de Ucrania, frente a la proeuropea y l¨ªder de la revoluci¨®n naranja, la primera ministra Yulia Timoshenko. La reorientaci¨®n geoestrat¨¦gica del pa¨ªs no es la menor preocupaci¨®n. Tampoco la ¨²nica. Aflora tambi¨¦n la amenaza de inestabilidad en una cohabitaci¨®n entre el presidente y el Gobierno que se augura dif¨ªcil (lo ha sido incluso en pa¨ªses de democracia consolidada, como Francia y Portugal), pese a las promesas de reconciliaci¨®n del ganador.
La paradoja es que los dos l¨ªderes de aquella fronda -el presidente saliente V¨ªctor Y¨²shenko y la propia Timoshenko- han sido derrotados sucesivamente, uno en primera vuelta y la otra en la segunda, por la persona a quien ellos descabalgaron hace un quinquenio. Muchos lamentar¨¢n, en un pa¨ªs todav¨ªa sometido a clanes de poder y dividido entre grupos ¨¦tnico-ling¨¹¨ªsticos (el 30% de la poblaci¨®n es rusohablante), el fin de una etapa que hizo progresar a Ucrania en cuanto a par¨¢metros democr¨¢ticos, si bien dentro de ciertos l¨ªmites, y la orient¨® claramente hacia los modos europeos.
Los resultados confirman una vez m¨¢s la maldici¨®n que aqueja a los pa¨ªses europeos que estuvieron bajo el imperio sovi¨¦tico: sus l¨ªderes apenas duran una legislatura. Pagan con ello la escasa madurez de sus d¨¦biles democracias. Pero ¨¦sa no es la ¨²nica explicaci¨®n de la vuelta de tortilla acaecida en las presidenciales del domingo. Los padres de la revoluci¨®n naranja han pagado tambi¨¦n sus propios y graves errores.
Errores pol¨ªticos, porque nada m¨¢s hacerse con el poder antepusieron sus propias rivalidades personales a otras consideraciones. Econ¨®micos, pues no s¨®lo no han atajado un d¨¦ficit del 10%, sino que han triplicado la deuda, han tenido que recurrir a un pr¨¦stamo del FMI para evitar la suspensi¨®n de pagos, y han incumplido sus condiciones. Sociales, porque no han impedido que la corrupci¨®n siguiese incrustada en la econom¨ªa y en la Administraci¨®n. Geoestrat¨¦gicos, por su mala gesti¨®n del reiterado pulso planteado por Mosc¨² sobre el suministro de gas.
La etapa que ahora se abre, sin embargo, resulta inquietante, en t¨¦rminos de estabilidad interna y de un posible cambio geopol¨ªtico, de momento negado por el triunfador, que sustituyese el faro de Bruselas por el del Kremlin.
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