El arte da un respiro
El 12 de febrero de 2011 finaliza el periodo de 10 a?os de cesi¨®n gratuita al Estado espa?ol de una parte de la colecci¨®n de arte de Carmen Thyssen. Lo esencial de la misma puede verse en el palacio de Villahermosa. Toca pues hablar del futuro, y eso iban a hacer ayer la propietaria de las obras y ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, ministra de Cultura. Pero el asunto, dijo la ministra, no figuraba en su agenda, por lo que se dej¨® pendiente. Lo que s¨ª parece claro es que el Estado espa?ol no comprar¨¢ la colecci¨®n, como se coment¨® hace un tiempo: Carmen Thyssen prefiere alquilarla durante 25 a?os para que, al terminar ese plazo, sean sus herederos los que decidan si finalmente venden y por cu¨¢nto.
No es buen momento para ponerse a negociar la cuant¨ªa del alquiler porque el horno no est¨¢ para grandes, ni para peque?os, gastos, y por eso no parece mala idea la pr¨®rroga de la cesi¨®n que iba a proponer la baronesa.
Las 240 obras que se exhiben en la ampliaci¨®n del Museo Thyssen-Bornemisza desde 2004 comparten el criterio que orient¨® las compras de la colecci¨®n original: amor por el arte antiguo y entusiasmo por las propuestas de la llamada ¨¦poca contempor¨¢nea.
As¨ª que se ajustan al esp¨ªritu del museo, y potencian su encanto: el de alojar una de las colecciones privadas de arte universal m¨¢s completas y fascinantes, que inici¨® el padre de Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza, que continu¨® ¨¦l mismo, y que el Estado espa?ol compr¨® en 1993.
Una espa?ola -Carmen Tita Cervera- aport¨® su grano de arena en aquellas negociaciones, que empezaron por una cesi¨®n temporal de las piezas, y la colecci¨®n del bar¨®n se qued¨® en Madrid (775 obras en el palacio de Villahermosa) y Barcelona (75 en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a). Las que est¨¢n ahora en juego son las que pertenecen a la baronesa (las m¨¢s importantes formaron parte de la colecci¨®n original): cuadros de Van Dyck, Brueghel, Goya, Friedrich, Courbet, Constable, de los impresionistas y posimpresionistas, de los artistas estadounidenses del siglo XIX... Y de muchos espa?oles de ese mismo periodo, su aportaci¨®n m¨¢s genuina. Por mucho l¨ªo que pueda haber, esa colecci¨®n no deber¨ªa salir del palacio de Villahermosa.
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