Los Comunes debaten la reforma del sistema electoral de Reino Unido
Brown propone un sistema que exige mayor¨ªa absoluta en cada circunscripci¨®n
Los Comunes, la C¨¢mara baja del Parlamento brit¨¢nico, se dispon¨ªan anoche a votar una propuesta del Gobierno laborista para reformar el sistema electoral e introducir el llamado voto alternativo, que tiene la ventaja frente al actual de asegurar que cada diputado cuenta con el respaldo de la mayor¨ªa absoluta de los votos de su circunscripci¨®n. Antes de esa votaci¨®n aprobaron por una holgada mayor¨ªa (356 votos a favor y 180 en contra) destinar dinero p¨²blico a ratificar esa reforma en un refer¨¦ndum, lo que auguraba anoche que tambi¨¦n aprobar¨ªan la propuesta misma de reforma.
?sta, sin embargo, tiene a¨²n que recorrer un largo camino y pocas posibilidades de entrar en vigor. Una vez recibido el apoyo de los Comunes debe ir a los Lores (C¨¢mara alta), que podr¨ªan bloquearla pese a que s¨®lo afecta a la C¨¢mara baja. E, incluso si pasara ese cedazo, los tories siempre podr¨ªan paralizarla si llegan al Gobierno tras las pr¨®ximas elecciones, que se esperan en mayo.
Las papeletas permitir¨¢n ordenar a los candidatos por preferencia
Los liberales-dem¨®cratas apoyan la reforma porque la consideran "un paso, aunque peque?o, en la buena direcci¨®n". Lo que en realidad quieren es una representaci¨®n proporcional, pero eso choca con la tradici¨®n brit¨¢nica de favorecer las mayor¨ªas absolutas.
Con el actual sistema, llamado "el primero que llega, pasa", cada circunscripci¨®n representa un esca?o y lo gana el candidato m¨¢s votado, con independencia de que obtenga o no la mayor¨ªa absoluta. Tiene la ventaja de ser un sistema muy simple y vincula a cada diputado con su circunscripci¨®n electoral. Pero el inconveniente es que ese diputado puede no tener el apoyo de la mayor¨ªa de los votantes y fomenta el desperdicio del voto (el 70% de los sufragios emitidos en las elecciones de 2005 se fueron a candidatos que no resultaron elegidos) y lo que en Reino Unido se conoce como voto t¨¢ctico y en Espa?a como voto ¨²til (elegir al candidato que tiene m¨¢s posibilidades de derrotar al favorito si quieres evitar su victoria, aunque sea a costa de no votar a tu candidato preferido).
El voto alternativo mantiene tambi¨¦n circunscripciones de un esca?o, pero los ciudadanos no emiten un solo voto, sino que en la papeleta indican el orden de preferencia de los distintos candidatos. Si ninguno logra la mayor¨ªa absoluta, se elimina al que tiene menos votos y se atribuyen sus sufragios al nombre de segunda preferencia de la papeleta. Si sumados esos votos hay ya un candidato con la mayor¨ªa, es elegido. Si no, se elimina al ¨²ltimo de los que a¨²n no han sido eliminados y se atribuyen sus segundos votos. Y as¨ª sucesivamente.
Por ejemplo, si de nueve sufragios emitidos el candidato A obtiene 4, el B, 3 y el C, 2, se elimina al C. Supongamos que los segundos votos de esos dos votantes son uno para A y otro para B. El candidato A suma 5 votos y B suma 4, por lo que A es elegido porque ya tiene la mayor¨ªa absoluta. Pero si los dos votantes de C hubieran votado en segunda preferencia a B ser¨ªa este candidato el que tendr¨ªa los 5 votos necesarios y el esca?o ser¨ªa suyo.
Los conservadores tienen dos argumentos de peso contra la reforma. Primero, que el nuevo sistema les perjudica, aunque los expertos est¨¢n divididos acerca de los efectos directos del voto alternativo en el mapa electoral. Segundo, sus acusaciones de oportunismo pol¨ªtico contra el primer ministro, Gordon Brown, por presentar una reforma electoral a tres meses vista de las elecciones cuando los laboristas han tenido 13 a?os para ponerla en marcha.
Detr¨¢s de la propuesta de Brown palpita la esperanza de que en mayo nadie logre la mayor¨ªa absoluta y la reforma electoral pueda ser moneda de cambio para que los liberales apoyen un Gobierno laborista.
Los argumentos tories contra la reforma son m¨¢s bien espurios. Aseguran que puede facilitar la victoria de partidos extremistas, cuando es todo lo contrario. Se oponen a gastar dinero p¨²blico en un refer¨¦ndum cuando ellos mismos exig¨ªan uno sobre el Tratado de Lisboa. Y sostienen que el sistema actual funciona... ?porque es el que ha habido siempre!
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre los efectos del voto alternativo. Seg¨²n Michael Tharsher, de la Universidad de Plymouth, si las elecciones de 2005 se hubieran celebrado con las nuevas reglas los conservadores habr¨ªan obtenido 15 diputados menos, los laboristas ocho m¨¢s y los liberales-dem¨®cratas nueve m¨¢s. Seg¨²n un estudio de la BBC, los tories perder¨ªan 27 diputados, los laboristas ganar¨ªan 21 y los liberales-dem¨®cratas, seis.
Seg¨²n la BBC, los votantes conservadores y laboristas se inclinar¨ªan por los liberales como segunda opci¨®n y estos ¨²ltimos tienden m¨¢s a apoyar en segundo lugar a los candidatos laboristas que a los tories, pero en general apoyar¨ªan al favorito en cada elecci¨®n de los dos grandes partidos.
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