Peque?os
Los rastreadores de Internet echaban fuego en los d¨ªas pasados con la noticia de que la Casa Real espa?ola hab¨ªa actualizado su p¨¢gina web para borrar la presencia de don Jaime de Marichalar, ya oficialmente divorciado de la infanta Elena. La foto familiar en la web es la versi¨®n siglo XXI de los retratos de Goya de la familia de Carlos IV. Dir¨¢n algunos que hemos ganado en velocidad, pues no hay que esperar a la inspiraci¨®n del pintor ni a que se seque el ¨®leo para disfrutar del retrato de la Corte, pero, qu¨¦ duda cabe, hemos perdido calidad de pincelado. El progreso a veces es zafio. El divorcio de la infanta Elena ha obligado a pulsar la tecla delete y borrar al ya ex marido de la estampa oficial. Para ¨¦ste, la consecuencia ha sido dejar de ser un Grande de Espa?a y convertirse, como todos nosotros, en un Peque?o de Espa?a.
Los que somos Peque?os de Espa?a desde la cuna podemos recordarle que su nueva condici¨®n le reportar¨¢ enormes beneficios. Ya no tendr¨¢ que acudir a recepciones oficiales pesad¨ªsimas ni pasar las vacaciones practicando deportes de riesgo. Tampoco estar¨¢ obligado a poner dinero en la hucha de cualquier jornada petitoria ni acudir a todo tipo de actos sociales incluidos banquetes indigestos o conciertos elitistas. Pero lo mejor es que podr¨¢ ahorrarse los consejos de administraci¨®n de todas esas grandes empresas que, de manera totalmente desinteresada, se empe?aron en sentarle a su mesa cuando era Grande y someterle a una estricta disciplina de dietas y remuneraciones que jam¨¢s compensar¨¢n el tedio y la falta de pasi¨®n de esas juntas donde se toman decisiones transparentes y se fomenta el inter¨¦s general. Y gracias a nuestros enviados especiales en los museos destacados, hemos sabido que el mayor privilegio que conlleva volver a ser Peque?o de Espa?a es la retirada de tu figura del Museo de Cera. S¨®lo en la foto del DNI, humillaci¨®n por la que pasamos todos, se sale m¨¢s desfavorecido que en la estatua de cera. Adem¨¢s, probablemente con el material sobrante podr¨¢n fabricarse velas que alumbrar¨¢n el dormitorio de dos amantes que se desean o el pastel de cumplea?os de un ni?o feliz.
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