?Hay que cambiar!
Al final los rezos surtieron efecto, aun cuando estuvieran precedidos por una finta de la casa, escondiendo la carencia tras una cortina de seda. En efecto, no es que el presidente Zapatero leyese ante Obama un fragmento de la Biblia en espa?ol por ser ¨¦sta la primera lengua en que se or¨® al Dios cristiano en Am¨¦rica, sino lisa y llanamente porque es la ¨²nica que conoce. Cuenta, no obstante, la intenci¨®n, mostrar la cara humanista del hecho religioso, y por ello la Providencia fue ben¨¦vola, y despu¨¦s de la granizada de cr¨ªticas de la prensa econ¨®mica y de las cifras del paro, le ha favorecido primero con una reacci¨®n solidaria de patronos y sindicatos dispuestos a negociar ante la previsible cat¨¢strofe, y a continuaci¨®n con unas cifras del PIB que le permiten esgrimir frente a Rajoy su diagn¨®stico favorito: la crisis ha tocado fondo y "estamos mejor que hace seis meses". Interviene asimismo el efecto favorable de las desventuras econ¨®micas de Grecia, pudiendo Zapatero imitar la relativa satisfacci¨®n del sabio herb¨ªvoro de fray Luis de Le¨®n, y hasta proclamar sin que nadie le escuche su voluntad de ayuda. De momento pueden darse por fracasadas las conjuras de los especuladores enemigos de Espa?a y de quienes a sueldo del PP conspiran para derribarle.
A Zapatero le salva la incapacidad del PP para ir m¨¢s all¨¢ de la descalificaci¨®n primaria
Admitamos, pues, y deseemos, que con el reajuste pactado el desastre se vaya a evitar, al calor de una recuperaci¨®n de la econom¨ªa europea que tire de sus furgones de cola. La responsabilidad del presidente por el alcance que ha cobrado la crisis econ¨®mica en Espa?a sigue a pesar de ello intacta, e incluso se ver¨ªa incrementada de salir bien las cosas, ya que entonces resultar¨¢ claro que debieron hacerse as¨ª antes, en vez de poner en pr¨¢ctica un populismo disfrazado de socialdemocracia.
Vale la pena releer la entrevista en este diario con Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, a fines de 2008, donde el gobernador del Banco de Espa?a juzgaba inaceptable no reaccionar ante una tasa de desempleo del 13% (hoy casi el 20%) e insist¨ªa en el debate sobre el mercado de trabajo, que no supon¨ªa un simple empeoramiento de la condici¨®n salarial, sino la adecuaci¨®n a la circunstancia de crisis. Algo tan elemental como poner cadenas cuando nieva. Y otro tanto sobre las pensiones. Pues bien, los hombres del presidente se lanzaron a fondo para asegurar en tono triunfalista, con insultos incluidos, que las advertencias del economista carec¨ªan de sentido. Negaban ¨¦stas el optimismo presidencial, como quienes en la primavera de 2008 hablaban de crisis econ¨®mica, y por ello deb¨ªan ser anatematizadas. Pensiones seguras hasta 2050. Ahora se intenta hacer lo que entonces debi¨® hacerse y el responsable de este costos¨ªsimo retraso, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, tan lleno de s¨ª como siempre.
En El Siglo Jos¨¦ Garc¨ªa Abad cuenta lo sucedido con Solchaga por anunciarle la crisis econ¨®mica venidera. Zapatero le expres¨® su respeto, pero a la primera Solchaga result¨® excluido del Comit¨¦ Federal. Consecuencia: los ¨®rganos de direcci¨®n del PSOE son simples c¨¢maras de registro. A la hora de elaborar pol¨ªtica, el partido sirve s¨®lo para guerrear con el PP, as¨ª como ¨¦ste se aplica ¨²nicamente a guerrear con el PSOE. Las encuestas hablan de hartazgo ciudadano.
M¨¢s all¨¢ de los errores concretos, el problema se plantea al coincidir en Zapatero una capacidad de an¨¢lisis muy baja -como Rajoy-, con la subordinaci¨®n absoluta al marketing -vive en un escaparate-, m¨¢s un empecinamiento cerril en sostenella y no enmendalla cuando toma una decisi¨®n irreflexiva. La disciplina de hierro impuesta a su partido, una alta capacidad de maniobra y una recurrente falta de pudor al presentar de manera enga?osa propuestas y balances, le permiten sobrevolar las propias deficiencias, en el "proceso de paz" vasco -v¨¦ase Eguiguren-, en el Estatut y ahora en la crisis. Le salva asimismo la incapacidad del PP para ir m¨¢s all¨¢ de la descalificaci¨®n primaria.
En 1982 el PSOE lleg¨® al gobierno con el eslogan ?Hay que cambiar!, que ahora vuelve a ser necesario y hacia su interior, seg¨²n reclama Barreda. A pesar de todo, su diferencial de modernizaci¨®n sobre el PP sigue existiendo. Vale la pena no arruinarlo.
(Claro que es un juez progre quien de hecho absuelve al franquismo y destruye a Garz¨®n ignorando que "cr¨ªmenes horrendos" y "masacres", cuya existencia confirma, tienen una traducci¨®n en el lenguaje jur¨ªdico que avalar¨ªa al segundo: cr¨ªmenes contra la humanidad. Aqu¨ª tambi¨¦n hay que cambiar. Como quienes encabecen el manifiesto en su apoyo, eludiendo hacer otro tanto contra la represi¨®n en Ir¨¢n).
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