Una hoja de ruta para la tasa Tobin
La actual crisis financiera internacional ha convertido una idea considerada por muchos hace una d¨¦cada poco menos que ut¨®pica en un importante proyecto que ahora est¨¢ siendo objeto de an¨¢lisis por parte de las m¨¢s altas instancias pol¨ªticas y econ¨®micas internacionales. Nos referimos a la tasa Tobin, esto es, la tasa que propuso en 1978 el ya fallecido economista norteamericano James Tobin (premio Nobel de Econom¨ªa en 1981) inspirada en las ideas de Keynes, y que consiste en fijar una peque?a tasa impositiva a las transacciones financieras realizadas en los mercados internacionales de divisas, con objeto, entre otras cosas, de frenar la especulaci¨®n financiera y lograr una mayor estabilidad en dichos mercados; a ¨¦l le gustaba decir que as¨ª se podr¨ªa echar un poco de arena en los monumentales y vertiginosos engranajes de las finanzas internacionales.
Lord Turner, responsable de la regulaci¨®n financiera en el Reino Unido, relanz¨® en agosto la idea de esta tasa
Es una buena herramienta para reducir y racionalizar los mercados, reducir riesgos y frenar la especulaci¨®n
Se recogen a continuaci¨®n algunas consideraciones de cara a una posible hoja de ruta para la puesta en marcha de dicha tasa:
- La excesiva exuberancia financiera: la tasa Tobin constituye realmente un impuesto sobre la especulaci¨®n financiera, y puede constituir, adem¨¢s, un importante instrumento para transferir recursos desde la econom¨ªa financiera (esencialmente vol¨¢til y especulativa en la mayor parte de sus mercados) hasta la econom¨ªa real; asom¨¢ndonos al escenario econ¨®mico mundial, se puede apreciar que el souffl¨¦ de la econom¨ªa financiera es descomunalmente mayor que el pastel de la econom¨ªa real; las transacciones financieras a nivel mundial tienen un importe 75 veces superior al de las transacciones reales (bienes y servicios), y dentro de los mercados financieros, el de divisas es, con diferencia, el mayor mercado del mundo, ya que alcanza un volumen de negocio 15 veces superior al PIB mundial y 60 veces superior al comercio mundial, siendo adem¨¢s un mercado esencialmente vol¨¢til y especulativo, basado en las expectativas de ganancias derivadas de los continuamente cambiantes tipos de cambio.
- La crisis como oportunidad: hay un amplio consenso sobre la necesidad de una nueva arquitectura financiera internacional, s¨®lida y basada en un mayor control y una verdadera transparencia de las operaciones financieras; sabido es que el tama?o y la volatilidad de los mercados financieros han sido el marco y el caldo de cultivo id¨®neo para el desarrollo r¨¢pido y descontrolado de la actual crisis econ¨®mica. Sin embargo, cabe considerar esta crisis como una oportunidad para mejorar y hacer m¨¢s s¨®lidos, estables y solidarios estos mercados a trav¨¦s de iniciativas como, por ejemplo, la tasa Tobin.
- Actuales apoyos internacionales a la tasa: el punto de inicio de la reciente eclosi¨®n de apoyos a la tasa Tobin acaeci¨® el pasado mes de agosto, cuando el brit¨¢nico lord Turner, m¨¢ximo responsable de la regulaci¨®n financiera en el Reino Unido, sorprendi¨® a todos relanzando la idea de esta tasa como una buena herramienta para reducir y racionalizar el tama?o de los mercados financieros, disminuir su nivel de riesgos, y como elemento disuasorio para un alto n¨²mero de actividades socialmente in¨²tiles; adem¨¢s propuso que la tasa se aplicara a todas las transacciones financieras, y no s¨®lo a las de divisas. Seguidamente asumi¨® esta propuesta Gordon Brown, quien adem¨¢s propuso la implantaci¨®n de esta tasa internacional durante la pasada cumbre de los pa¨ªses del G-20. Tambi¨¦n han mostrado su apoyo a esta propuesta baluartes tan significativos como Sarkozy, Angela Merkel, el comisario europeo Almunia o el propio Dur?o Barroso, presidente de la Comisi¨®n Europea. Adem¨¢s, los 27 pa¨ªses de la UE, a trav¨¦s del Consejo Europeo, han instado el pasado mes de diciembre al Fondo Monetario Internacional a estudiar la posible implantaci¨®n efectiva de esta tasa.
- Presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea: ser¨ªa deseable que Espa?a, aprovechando su actual presidencia de la UE, pudiera impulsar esta iniciativa, propiciando el an¨¢lisis, el debate y la reflexi¨®n colectiva en torno a esta tasa en las pr¨®ximas cumbres y reuniones internacionales, de forma que la Uni¨®n Europea pudiera liderar efectivamente este proyecto como una importante v¨ªa que llegue a posibilitar un mayor nivel de estabilidad y control en los mercados financieros, adem¨¢s de erigirse en un verdadero elemento de fiscalidad global y, por qu¨¦ no, de solidaridad internacional.
- Viabilidad de la tasa: aunque es cierto que no podemos ignorar los importantes obst¨¢culos t¨¦cnicos y pol¨ªticos de la implantaci¨®n de esta tasa financiera global, tambi¨¦n es cierto que la implantaci¨®n de esta tasa ser¨ªa ahora bastante m¨¢s sencilla que hace 32 a?os, cuando la propuso el propio Tobin, tanto por la actual crisis econ¨®mica y la consiguiente presi¨®n social hacia los pol¨ªticos para un mayor control del sistema financiero como por los avances tecnol¨®gicos y la actual operatoria electr¨®nica de las operaciones de divisas (muy centralizada), y en general, la del conjunto de las operaciones financieras.
- Recaudaci¨®n y su distribuci¨®n: las razones del mencionado resurgir de la tasa Tobin hay que buscarlas, adem¨¢s del ya referido clamor social por la crisis financiera, tambi¨¦n en la muy importante recaudaci¨®n que dicha tasa generar¨ªa. Diversas estimaciones cifran que el importe recaudado podr¨ªa oscilar entre el 0,6% y el 1% del PIB mundial, y en cifras absolutas, en una amplia horquilla entre los 300.000 y 700.000 millones de euros anuales, en funci¨®n de que se aplicase un tipo del 0,05% o del 0,1% y seg¨²n se proyectase sobre las operaciones de divisas ¨²nicamente o sobre el conjunto de las operaciones financieras.
En todo caso, no es dif¨ªcil imaginar la gran ayuda que estas ingentes cifras podr¨ªan suponer, bien para las muy delicadas finanzas y d¨¦ficit presupuestarios de muchos pa¨ªses y/o para las a¨²n m¨¢s delicadas condiciones econ¨®micas, sanitarias y sociales de una buena parte de los habitantes de este planeta.
- Proceso de implantaci¨®n: aunque no ser¨ªa imprescindible implantar la tasa Tobin a escala planetaria, ser¨ªa deseable que se hiciese con la mayor implicaci¨®n posible de la comunidad internacional, y sobre todo, de los organismos supranacionales m¨¢s cercanos a esta materia, como el FMI, entre otros. Tambi¨¦n podr¨ªa ser conveniente designar una instituci¨®n u organismo ad hoc (nuevo o adscrito a uno ya existente) para liderar y conducir en la pr¨¢ctica esta implantaci¨®n, que contase con la confianza de la comunidad internacional y que pudiese as¨ª canalizar los esfuerzos, las iniciativas y las correspondientes aportaciones.
Por otra parte, se deber¨ªa propiciar un proceso transparente de informaci¨®n y de participaci¨®n de la sociedad civil internacional para que se pudiese en todos los pa¨ªses opinar, colaborar y sugerir aportaciones posibilistas e innovadoras para este proceso de implantaci¨®n.
- Elusi¨®n de la tasa y para¨ªsos fiscales: de cara a evitar en lo posible la deslocalizaci¨®n y el desv¨ªo de recursos a los para¨ªsos fiscales, resulta imprescindible que la comunidad internacional mantenga el actual empe?o de hacerlos desaparecer y defina una estrategia firme, integral y consensuada para abortar cualquier v¨ªa que les permitiese beneficiarse de la implantaci¨®n de la tasa. Es realmente importante a estos efectos hacer muy transparente tanto este proceso como la propia situaci¨®n y las actividades que desarrollan estos para¨ªsos fiscales.
- Implicaci¨®n de la comunidad financiera internacional: ser¨ªa fundamental el desarrollo de una estrategia para implicar a todos los organismos financieros internacionales, as¨ª como a los bancos y entidades financieras nacionales, en esta nueva tasa, haciendo ver lo importante de lograr que el sector financiero, tan criticado en la actualidad como realmente importante para la econom¨ªa, sea capaz de contribuir de forma sustancial y efectiva al desarrollo de una tasa realmente global y al servicio de una mejora de la sociedad internacional.
Finalmente, y de cara a un horizonte algo m¨¢s lejano, estamos convencidos de que una buena parte de los problemas derivados de la especulaci¨®n financiera y sobre todo cambiaria se podr¨ªan resolver si se llega a una verdadera e integral cooperaci¨®n financiera y monetaria internacional, que pudiese incluso desembocar en una moneda ¨²nica mundial (ya propuesta por economistas como Keynes y Mundell), al estilo de la vigente moneda ¨²nica europea (nuestro euro), que tambi¨¦n era considerada ut¨®pica hace unas d¨¦cadas. Pero ¨¦sta es otra historia.
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