Arte sacro y corrupci¨®n
La juez imputa a funcionarios, curas y al ex obispo de Tui por una trama que restauraba iglesias en Galicia
Una trama de corrupci¨®n generalizada gestion¨® entre 2003 y 2009 la restauraci¨®n del patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico en las iglesias y monasterios de Ourense y Pontevedra. Seg¨²n el informe de la Unidad de Delitos Econ¨®micos y Fiscales del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, a la cabeza de la red estaba el ex restaurador de la Conseller¨ªa de Cultura de la Xunta, Garlos G¨®mez-Gil Aizpur¨²a, ahora desplazado en el Museo Nacional de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica de Cartagena. La juez le imputa los delitos de cohecho y tr¨¢fico de influencias. Los mismos que a Jos¨¦ Manuel Pichel, arquitecto de la Sociedade de Xesti¨®n do Xacobeo, un organismo adscrito a la Conseller¨ªa de Cultura.
El caso alcanza la docena de imputados: los t¨¦cnicos del Gobierno gallego que decid¨ªan qu¨¦ trabajos de rehabilitaci¨®n se subvencionaban, un grupo de sacerdotes, intermediarios para adjudicar las obras directamente y sortear el preceptivo concurso que las administraciones p¨²blicas deben convocar para contratos mayores, y los responsables de las firmas restauradoras. Entre ellos se encuentra el ex obispo de Tui-Vigo, Jos¨¦ Di¨¦guez Reboredo, quien tras pasar por la comisar¨ªa y el juzgado abandon¨® la di¨®cesis en enero. En el caso del ex obispo, la juez investiga la rocambolesca venta de una casa rectoral por 60.000 euros al supuesto cabecilla de la red, Carlos G¨®mez-Gil, quien meses despu¨¦s, cuando ni siquiera hab¨ªa pagado el primer plazo del edificio, intent¨® venderlo por 680.000 euros en Internet.
Un empresario confes¨® pagos al restaurador de la Xunta
"S¨²bele un pel¨ªn a las im¨¢genes y que Dios reparta suerte", pide el cabecilla
Todo est¨¢ en el prolijo sumario, m¨¢s de 2.000 folios, que resume movimientos bancarios, pinchazos telef¨®nicos y recibos en dinero negro, prueba de las comisiones ilegales que, en efectivo o en especie, percib¨ªa la red a cambio de adjudicar las obras de rehabilitaci¨®n de retablos, altares e im¨¢genes, a cinco empresas amigas.
El minucioso informe de la brigada de delitos econ¨®micos de la polic¨ªa detalla por ejemplo, que Carlos G¨®mez-Gil ingres¨® 122.471 euros, al margen de la n¨®mina entre 1998 y 2008 cuyo origen no pudo justificar ante el juez. Y recoge la declaraci¨®n del representante de una de las adjudicatarias, Manuel Montes, de la firma Da Vinci, quien relat¨® que hab¨ªa comprado para G¨®mez-Gil neum¨¢ticos, un dispositivo manos libres, tel¨¦fonos m¨®viles y otras prebendas, adem¨¢s de acometer reformas en sus propiedades inmobiliarias que nunca lleg¨® a cobrar.
Las conversaciones grabadas evidencian el modo de operar de la organizaci¨®n que remoz¨® decenas de iglesias, monasterios y hasta algunos bienes declarados de inter¨¦s cultural en las provincias del sur de Galicia. Como ejemplo, la charla que sigue la intercept¨® la polic¨ªa el 29 de julio a las 13.22. Hablan Jos¨¦ Manuel Pichel, el arquitecto de la Sociedade de Xesti¨®n do Xacobeo y Carlos G¨®mez-Gil, por aquella ¨¦poca restaurador de la Xunta. Pichel pregunta por el coste de rehabilitaci¨®n de un retablo. Lo que sigue es el extracto que figura en el sumario.
G¨®mez-Gil. Eso cuesta un past¨®n.
Pichel. Haz que me llegue una nota sin nombre de nada, con la valoraci¨®n y las opciones de licitaci¨®n, aunque estoy barajando un convenio con los mercedarios y se les da la pasta a ellos.
G.-G. Los mercedarios entonces ya deciden ellos, no hay ning¨²n tipo de problema y lo de la licitaci¨®n, ?a partir de cu¨¢nto tienes que sacarlo?
P. A partir de 50.000 euros.
La reforma del retablo es una obra que la red ten¨ªa previsto acometer en Ver¨ªn (Ourense). La interpretaci¨®n de la polic¨ªa es que el arquitecto de la Sociedade de Xesti¨®n do Xacobeo, Jos¨¦ Manuel Pichel, pide a G¨®mez-Gil que le haga llegar un presupuesto de alguna de las empresas con las que trabaja. La f¨®rmula de optar por un intermediario -"los mercedarios"- para que sea la orden religiosa la que encomiende la reforma del retablo a una firma determinada pretende evitar el concurso p¨²blico, que est¨¢ obligada a convocar la Xunta para contratos de m¨¢s de 50.000 euros.
En otra conversaci¨®n grabada el 29 de julio de 2009, Olga Q., representante de la firma M¨¢rquez Vieira CBC, tambi¨¦n imputada, anuncia a G¨®mez-Gil que le va a mandar un presupuesto por 146.000 euros. Al escuchar esa cifra, ¨¦ste muestra su contrariedad por el precio: "Me preocupa que a partir de 50.000 euros sale a concurso".
El funcionario de la Xunta pregunta entonces por el coste de unas im¨¢genes para la iglesia y se muestra m¨¢s aliviado cuando la representante de la empresa las cifra en 11.000 euros. G¨®mez-Gil invita a la representante de la firma a elevar el precio. "Lo de las im¨¢genes no me parece caro porque al dividir entre tres las puedes dejar en 14.000, s¨²beles un pel¨ªn y el resto d¨¦jalo como est¨¢, y que Dios reparta suerte", pide el funcionario de Cultura. La polic¨ªa sospecha que el incremento del precio responde al inter¨¦s de G¨®mez-Gil de mantener contentas a las empresas "para que no hablen" con la Xunta o acudan a denunciarlo ante la polic¨ªa, tal y como hab¨ªan amenazado.
"Don Carlos, no dije toda la verdad"
El pasado mes de septiembre, cuando la polic¨ªa cit¨® de golpe a una docena de p¨¢rrocos de Ourense y Pontevedra para preguntarles por las adjudicaciones, los m¨®viles de los principales implicados empezaron a echar humo. Los pinchazos telef¨®nicos realizados por la polic¨ªa retratan la manera de operar de la red y la empat¨ªa entre algunos de sus protagonistas. La siguiente conversaci¨®n se grab¨® el pasado 21 de septiembre a las 13.01 horas. Carlos G¨®mez Gil recibe la llamada del cura de L¨¦rez, don Crisanto.
-Don Carlos, soy el cura de L¨¦rez, ?se acuerda?
-?Qu¨¦ tal?
-Mire, acabo de venir de la polic¨ªa.
- Lo s¨¦.
- ?Sabe que andan por usted?
- Lo s¨¦, lo s¨¦. Si en esta vida te llevas muchas sorpresas, basta con que intentes trabajar y hacer las cosas bien para que haya gente con envidias.
- Ya, yo supon¨ªa que ya lo sabr¨ªa pero, por si acaso, pues le llamaba porque, vamos, hoy nos convocaron aqu¨ª a bastantes y luego vi que en otras di¨®cesis hab¨ªan hecho lo mismo. Primero preguntaban en general. Preguntaron por el nombre suyo y yo trat¨¦ de ser, pues, m¨¢s parco y prudente, no dije mentira, pero no dije toda la verdad ni mucho menos, ?eh? Tampoco quer¨ªa decir alguna frase que pudiera complicarle. La pregunta m¨¢s clara siempre, insistente, que ya le dije que no me insista m¨¢s en eso, era si usted o alguien de la Xunta me hab¨ªan indicado una empresa concreta, ¨¦sa es la clave del asunto.
- De verdad, es pat¨¦tico.
- Yo creo que la cosa va de que usted aconsejaba, suger¨ªa o impon¨ªa determinadas empresas, recib¨ªa parte de los beneficios de esa empresa.
- Incluso si fuera as¨ª, ?c¨®mo lo van a probar?
- Por ah¨ª quieren ir.
- Es absurdo.
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