El Brujas impone su dureza

Dos errores individuales, uno de Moy¨¤, trag¨¢ndose el gol, y otro de Silva, autoexpulsado, condenaron a un Valencia que fue muy superior al Brujas. Pero el partidazo de Albelda y Baraja qued¨® minimizado por las desgracias, la m¨¢s importante la grave lesi¨®n de Mathieu, retirado en el minuto 25 con un tobillo destrozado. El ¨¢rbitro, caser¨ªsimo, contribuy¨® al descalabro valencianista al permitir toda la dureza posible al Brujas, que se fue de rositas. Con una sola tarjeta amarilla, y ya al final, para disimular su parcialidad.

El choque arranc¨® con cinco primeros minutos de ¨¦xtasis: tres ocasiones clar¨ªsimas del Valencia a continuaci¨®n de dos del Brujas. En todas respondieron los porteros con paradas explosivas. El p¨²blico se frotaba los ojos. Baraja, en su reencuentro con el equipo, exhibi¨® galones en ese fant¨¢stico aperitivo que no hac¨ªa presagiar lo que se ven¨ªa encima: la lesi¨®n de Mathieu. El lateral franc¨¦s intent¨® un ca?o ante Hoefkens, que reaccion¨® con un plantillazo. Mathieu cay¨® rodando e implorando con la mano la presencia del m¨¦dico para confirmar el diagn¨®stico. El ¨¢rbitro ni siquiera amonest¨® al autor de la falta. Mucho fair play reclamado por la UEFA, pero hay colegiados muy permisivos con las patadas. Chapron tampoco sancion¨® una entrada brutal a Villa. Hab¨ªa licencia para pegar.

Hoefkens rompi¨® un tobillo a Mathieu y ni siquiera fue amonestado

La lesi¨®n de Mathieu ten¨ªa su carga de profundidad. El Valencia se quedaba sin sus dos laterales titulares, Bruno y ¨¦l, ambos lesionados para un tiempo. De repente, Miguel, el imitador de Unai Emery en el banquillo, pasaba a ser el ¨²nico disponible. El luso, que se siente un outsider, perseguido y maltratado por el club, redobla la responsabilidad de hacer que las ausencias se noten lo menos posible. Ayer cambi¨® de banda y se fue a la izquierda, donde cumpli¨®, para que Maduro ocupara la derecha.

El percance afect¨® al conjunto de Emery, superado atr¨¢s por el poder¨ªo f¨ªsico del camerun¨¦s Kouemaha. Baraja y Albelda tiraron de experiencia para recomponer el esp¨ªritu. M¨¢s que nunca, optaron por masticar, elaborar, imponer su manifiesta preeminencia t¨¦cnica. Joaqu¨ªn, Mata, Silva y Villa desplegaron toda la movilidad que se espera de ellos. Maduro se anim¨® a escalar la banda mientras Miguel pareci¨® m¨¢s libre para subir precisamente por la izquierda.

A Silva se le fue la pinza en la reanudaci¨®n: solt¨® una coz en un intento de remate en el ¨¢rea belga. Y el ¨¢rbitro lo expuls¨®. Quedaba casi toda la segunda parte con uno menos y, lo m¨¢s inesperado, el fallo escandaloso de Moy¨¤ a un disparo suave, raso y lejano de Kouemaha. Se ech¨® al suelo sin necesidad y el bal¨®n trep¨® por encima de su cuerpo hasta colarse.

El Valencia, valiente, se fue a por el partido. Atac¨® hasta con cuatro hombres. Baraja y Albelda movieron el bal¨®n con mucho sentido y Villa, con apenas unos metros, envi¨® un zurdazo cruzado al palo. Le falt¨® a Emery dar entrada a Zigic, calentando, el pobre, toda la segunda parte. Habr¨ªa sembrado el p¨¢nico en una defensa que las pas¨® canutas para marcar a Villa y Mata. El Valencia est¨¢ a tiempo de sobreponerse a tanta desgracia.