Ariel Ram¨ªrez, compositor de 'La misa criolla'
El folclorista argentino es coautor de 'Alfonsina y el mar'
Su m¨²sica volvi¨® a sonar ayer en todas las radios y, aunque la muerte siempre peca por desafinada, la de Ariel Ram¨ªrez, devenida homenaje musical, le gan¨® al silencio. Nacido en Santa Fe (Argentina), en 1921, y fallecido el 18 de febrero en Buenos Aires, a los 88 a?os, fue uno de los nombres propios m¨¢s grandes del folclore argentino.
Autor de m¨¢s de 300 canciones, Ram¨ªrez muri¨® despu¨¦s de varios d¨ªas ingresado por una neumon¨ªa que se complic¨® con un cuadro de insuficiencia renal. Tiempo atr¨¢s, el alzh¨¦imer hab¨ªa tenido la mala idea de afinc¨¢rsele en el cuerpo, pero eso no imped¨ªa sus visitas a Las Violetas, una tradicional confiter¨ªa de Buenos Aires que ve¨ªa entrar a menudo su metro noventa de estatura. Acompa?ado por familiares y amigos, Ram¨ªrez fue velado ayer en el Congreso de la Naci¨®n, por el cual, en los ¨²ltimos meses, para tristeza de aficionados de distintos ritmos y generaciones, han pasado tambi¨¦n otros ¨ªdolos populares argentinos, como Mercedes La Negra Sosa y el gitan¨ªsimo Sandro.
Conocido internacionalmente por La misa criolla (1964), un monumento musical en el cual se recrean los cinco segmentos de la liturgia cat¨®lica -Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei- en ritmos de baguala, vidala, carnavalito, chacarera y estilo, Ariel Ram¨ªrez se pas¨® la vida tendiendo puentes entre la m¨²sica acad¨¦mica y las formas populares. "Es uno de los grand¨ªsimos compositores de toda la historia argentina", define Juan Fal¨², guitarrista y autor de excelencia. "Aport¨® belleza dentro de las formas argentinas. Ten¨ªa un exquisito conocimiento musical, pero jam¨¢s abandon¨® la sencillez. Era de una extraordinaria llaneza, como puede comprobar cualquiera que se deje embrujar por su zamba La tristecita. Con todo, no compon¨ªa desde la intuici¨®n, sino como componen los m¨²sicos formados desde el estudio y el saber. Esto, en el folclore, es inusual".
Alfonsina y el mar, Los inundados, Navidad en verano y Juana Azurduy, tramados a cuatro manos con el historiador F¨¦lix Luna, son algunos de sus temas m¨¢s conocidos. En su extenso repertorio, hay canciones que fueron interpretadas por Pl¨¢cido Domingo, Montserrat Caball¨¦, Jos¨¦ Carreras o Lucho Gatica. Pero existe un Ariel Ram¨ªrez casi secreto, dice Fal¨²: "Hay que hurgar en su obra, porque all¨ª donde se mire hay sorpresas".
Su primer encuentro con el que ser¨ªa su instrumento tuvo algo de cinematogr¨¢fico y mucho de simb¨®lico. El pich¨®n de artista ten¨ªa cuatro a?os de edad y se col¨® en un cuarto prohibido de la casa, donde encontr¨® un piano "entre un mont¨®n de animales embalsamados", seg¨²n contaba. El hallazgo fue m¨¢gico, le cambi¨® la vida. "Puse los dedos sobre las teclas... y ya no los saqu¨¦ m¨¢s", recordaba.
En 1967 present¨® La misa criolla en Europa, y el papa Pablo VI le concedi¨® una audiencia privada. Terminadas las funciones a ras de suelo, uno casi no resiste la tentaci¨®n de imagin¨¢rselo en el cielo frente al teclado, acompa?ado del gran Atahualpa Yupanqui (que lo conoci¨® y apadrin¨® en 1941) y de la Negra Sosa (la mayor int¨¦rprete de su obra): tr¨ªo lujoso de folcloristas argentinos, cantando La anunciaci¨®n a San Pedro.
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