Sexo s¨ª, pero no mec¨¢nico
Las mujeres tienen vagina, y los hombres, pene. Aunque nos d¨¦ cierto pudor hablar de ellos, es innegable que hemos nacido con genitales. Y por m¨¢s que el sexo se haya condenado a lo largo de la historia, seguimos aqu¨ª gracias a nuestra necesidad y capacidad de practicarlo. No hay nada de malo en ello. Es un acto tan puro y natural como comer, dormir o respirar.
Si bien nuestro cuerpo jam¨¢s ha realizado ning¨²n juicio moral sobre el sexo, nuestra mente todav¨ªa sigue contaminada por falsas creencias que limitan nuestra manera de disfrutar plenamente de nuestra sexualidad. Por m¨¢s que nos cueste reconocer, en el inconsciente colectivo de la sociedad contin¨²an reprimidos muchos sentimientos de verg¨¹enza y culpabilidad.
"El tantra consiste en aprender a estar conectados con el cuerpo durante el acto sexual
"Guiarse para aprender el lenguaje del cuerpo y una complicidad basada en la ternura y el humor son las claves
Y dado que todo lo que reprimimos termina aflorando con m¨¢s fuerza, formamos parte de una sociedad que nos bombardea continuamente con mensajes sexuales expl¨ªcitos o subyacentes. Lo cierto es que muchos psicoterapeutas afirman que los pensamientos relacionados con el sexo se han instalado como okupas en nuestra cabeza. Prueba de ello es que la palabra sexo es, con diferencia, la m¨¢s escrita en el buscador Google. Eso s¨ª, en este caso la cantidad de est¨ªmulos que recibimos es inversamente proporcional a la calidad con la que lo practicamos.
MONOTON?A EN LA CAMA
"Seguro que m¨¢s de una vez te has preguntado: ?Eso es todo? ?El sexo se acaba aqu¨ª?" (Hari Dass)
Debido a nuestra falta de informaci¨®n y educaci¨®n sexual, al convertirnos en adultos nos seguimos guiando por los h¨¢bitos mec¨¢nicos aprehendidos durante nuestra pubertad. As¨ª, solemos meternos en la cama siguiendo una serie de rutinas mon¨®tonas, carentes de imaginaci¨®n y creatividad. Por eso con el tiempo suele desaparecer la atracci¨®n sexual hacia nuestro compa?ero (o compa?era) sentimental, llegando incluso a caer en el desinter¨¦s, la inercia y el aburrimiento. De ah¨ª que muchos opten por cambiar frecuentemente de amante o demonizar la monogamia como filosof¨ªa de pareja.
Por m¨¢s que esta conducta sea la habitual, tan s¨®lo deviene cuando practicamos el sexo de forma mec¨¢nica e impulsiva, quedando atrapados por nuestra biolog¨ªa, cuya ¨²nica finalidad es garantizar la reproducci¨®n de nuestra especie. ?sta es la raz¨®n por la que solemos establecer un mismo patr¨®n de conducta sexual, marcado por la acumulaci¨®n de excitaci¨®n y la liberaci¨®n de esta tensi¨®n a trav¨¦s del orgasmo.
Sin embargo, nuestra obsesi¨®n inconsciente por alcanzar el cl¨ªmax es precisamente lo que nos impide disfrutar de todo nuestro potencial sexual. Para lograr una mayor profundidad y satisfacci¨®n en la cama no nos queda m¨¢s remedio que trascender nuestra impulsividad animal. No en vano, m¨¢s del 99,9% de nuestros encuentros sexuales no tienen como fin la reproducci¨®n, sino la b¨²squeda de placer, cari?o e intimidad a trav¨¦s de la conexi¨®n sexual y amorosa con nuestro amante.
Precoces E IMPOTENCIA
"El sexo es el consuelo que a uno
le queda cuando no le alcanza
el amor" (Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez)
Nuestros encuentros sexuales suelen estar regidos por la tiran¨ªa de la coitocracia. Es decir, por el af¨¢n de que el pene se ponga erecto enseguida para poder penetrar la vagina. Tanto es as¨ª, que la mayor¨ªa creemos que hacer el amor es sin¨®nimo de realizar el coito.
Y es precisamente esta creencia limitadora la responsable de la gran mayor¨ªa de disfunciones sexuales masculinas, como la impotencia o la eyaculaci¨®n precoz, que hoy d¨ªa limitan la vida sexual de millones de parejas en todo el mundo.
La reconocida experta en el campo de la sexualidad consciente, Diana Richardson, se?ala que "la impotencia aparece cuando el hombre se siente presionado o con miedo de no dar la talla ante su pareja". Por su parte, "la eyaculaci¨®n precoz es aquella que se produce de un modo inesperado e incontrolable, mucho antes de que los dos amantes alcancen la mutua satisfacci¨®n". En ambos casos, y salvo en ocasiones excepcionales relacionadas con patolog¨ªas m¨¦dicas, "estas disfunciones se originan en la mente y no en el cuerpo".
una ALTERNATIVA
"Toda verdad pasa por tres etapas. Primero es ridiculizada, luego es violentamente rechazada y finalmente es aceptada como obvia" (Arthur Shopenhauer)
No importa el grado de compromiso ni de intimidad. Ni tampoco la orientaci¨®n sexual. Cada vez m¨¢s amantes y parejas occidentales, tanto heterosexuales como homosexuales, est¨¢n apostando por transformar su forma de vivir la sexualidad, de manera que el amor y la pasi¨®n sexual se vuelvan verdaderamente sanos y sostenibles. M¨¢s all¨¢ de obtener placer, late la necesidad de recuperar el valor sagrado que implica fusionarse sexualmente con otro ser humano.
Prueba de esta necesidad emergente es el auge que est¨¢n teniendo los cursos de tantra en nuestra sociedad. La palabra tantra significa "expansi¨®n", y se refiere a una serie de libros hind¨²es que describen ciertos ritos y disciplinas orientados a mejorar la profundidad y la intensidad de nuestros encuentros sexuales. Estos textos fueron escritos hace m¨¢s de 2.000 a?os en forma de di¨¢logo entre el dios Shiva y la diosa Shakti, que representan a lo masculino y a lo femenino.
QUEDAR PARA HACER EL AMOR
"Si no puedes relajarte con tu amante, ?con qui¨¦n podr¨¢s?" (Osho)
Entre otros pioneros que han estudiado, practicado y exportado esta filosof¨ªa oriental a Occidente destacan los profesores Charles y Carolina Muir. Para ellos, "el tantra parte de la premisa de que existen dos opuestos complementarios, la masculinidad (yang) y la feminidad (yin)". Pero estas designaciones van mucho m¨¢s all¨¢ de la biolog¨ªa. "No importa si los amantes son heterosexuales u homosexuales. Lo que s¨ª es necesario es que sean complementarios, es decir, que uno encarne la polaridad sexual masculina (vigorosidad, fuerza, iniciativa?), y el otro, la femenina (suavidad, delicadeza, receptividad?)".
De esta forma, el sexo podr¨¢ convertirse en el puente que permita que los dos amantes se fusionen, volvi¨¦ndose uno. Y es precisamente la experiencia de esta unidad la que nos llena de dicha, renovando nuestra energ¨ªa vital y potenciando el v¨ªnculo afectivo con nuestra pareja. As¨ª, la pr¨¢ctica del tantra consiste en abandonar cualquier meta impuesta por la mente, aprendiendo a estar m¨¢s conectados a nuestro cuerpo durante el acto sexual.
El tantra propone cambiar el lenguaje con el objetivo de sacralizar la uni¨®n entre la energ¨ªa sexual masculina y la femenina, honrando y dignificando nuestra sexualidad. Por ejemplo, al pene lo denomina lingam, que significa "vara de luz". Y a la vagina, yoni, que quiere decir "espacio sagrado".
A diferencia del sexo convencional, en el que se sobrevalora el impulso y la espontaneidad, el tantra anima a los amantes a preparar cuidadosamente sus encuentros sexuales. El primer paso es sacarle el polvo a nuestra imaginaci¨®n y creatividad para convertir el dormitorio en un aut¨¦ntico templo del amor.
El segundo aspecto a tener en cuenta es la duraci¨®n del acto sexual. M¨¢s all¨¢ de los encuentros r¨¢pidos y fugaces, el tantra nos recuerda que el sexo amoroso y consciente requiere su propio espacio y tiempo. De hecho, lo concibe como un regalo que se hacen los amantes mutuamente. De ah¨ª que los juegos preliminares sean esenciales. Sorprender a nuestra pareja con un masaje relajante puede ser un buen comienzo.
El tercer punto importante para practicar el tantra consiste en aprender a poner consciencia en la respiraci¨®n. "Cuanto m¨¢s corta y acelerada, m¨¢s esclavos seremos de los impulsos que nos mueven a culminar el acto sexual por medio del orgasmo", explica el reconocido experto David Deida. En cambio, "cuanto m¨¢s profunda y relajada, mayor ser¨¢ nuestro control y nuestra capacidad de disfrutar la inmensa gama de sensaciones que ofrece cada experiencia sexual".
AMAR CONSCIENTEMENTE
"La finalidad del tantra no es lograr el orgasmo, sino experimentar el ¨¦xtasis"
(Charles Muir)
"Con el entrenamiento adecuado, las parejas t¨¢ntricas pueden hacer el amor durante horas". Eso s¨ª, "para mantener la energ¨ªa vital y sexual", Deida recomienda preparar bandejas con uvas, cerezas y otras frutas ligeras por el estilo, de manera que los amantes puedan hacer pausas, que a su vez permitir¨¢n al hombre "ejercer un mayor control sobre su eyaculaci¨®n".
Para esta filosof¨ªa oriental, lo verdaderamente importante no es la cantidad, sino la calidad de nuestra sexualidad. Y para lograrlo, "la clave reside en la conexi¨®n amorosa que crean los amantes a trav¨¦s de su mirada (que se mantiene fija en los ojos), su comunicaci¨®n (gui¨¢ndose mutuamente para aprender el lenguaje de sus cuerpos) y, sobre todo, su complicidad, basada en la ternura, la dulzura y el humor", explica Deida.
En este sentido, "hemos de recordar que la excitaci¨®n es un obst¨¢culo para el verdadero disfrute, pues ¨¦sta nos enchufa a la mente, desconect¨¢ndonos de nuestro cuerpo", sostiene la sex¨®loga Diane Richardson. En su opini¨®n, "cuando hacemos el amor, a menudo nos dejamos llevar por la fantas¨ªa sexual; esto sucede porque no somos conscientes de lo que est¨¢ ocurriendo en el momento presente. Nuestra atenci¨®n no est¨¢ en el aqu¨ª y ahora de nuestra pareja, sino que est¨¢ entretenida en la creaci¨®n de otro amante idealizado o de una situaci¨®n imaginaria. En contraposici¨®n, la relajaci¨®n es la puerta que nos conduce al ¨¦xtasis".
Cambiar la intencionalidad de nuestra vida sexual. Sin embargo, comprometernos con este aprendizaje puede unirnos todav¨ªa m¨¢s con nuestra pareja. Al abandonar la idea de que tenemos que conseguir algo a trav¨¦s del sexo, nuestra experiencia adquiere una nueva sensibilidad y un nuevo ritmo, dos cualidades que permiten apreciar sensaciones y placeres que antes permanec¨ªan ocultos debido a un exceso de excitaci¨®n. Lo mejor, no creernos nada y atrevernos a probarlo por nosotros mismos.
Para adentrarse en el tantra
1. LIBRO.
'Tantra, amor y sexo', de Diane Richardson (Gulaab). Un manual introductorio y pr¨¢ctico para redefinir conceptos como "sexo", "pareja" y "amor", y descubrir la dicha que nos proporciona vivir la sexualidad de forma consciente.
2. PEL?CULA.
'El amor es ¨¦xtasis', de Lance Young. Esta pel¨ªcula, recomendada por profesores de tantra, narra la crisis sexual de una pareja, que decide apostar por un cambio en su manera de disfrutar del amor y del sexo.
3. M?SICA.
Cualquier CD de Snatam Kaur, cuyas canciones son una invitaci¨®n para hacer el amor ralentizando el ritmo y profundizando en la conexi¨®n.
Insatisfacci¨®n en la cama
"Cualquier resultado de insatisfacci¨®n en la cama tan s¨®lo pone de manifiesto que la pr¨¢ctica del sexo y todo lo que la rodea est¨¢ siendo err¨®nea e ineficiente", se?ala Diane Richardson. Para saber el camino, esta experta nos anima a preguntarnos c¨®mo nos sentimos minutos despu¨¦s de concluir el acto sexual. ?M¨¢s plenos o m¨¢s vac¨ªos? ?M¨¢s alegres o m¨¢s tristes? ?M¨¢s vitales o m¨¢s cansados? As¨ª, la conocida pregunta ret¨®rica ?por qu¨¦ lo llaman amor cuando quieren decir sexo? esconde una respuesta dif¨ªcil de afrontar: en general, no sabemos amar a trav¨¦s de nuestro cuerpo.
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