Pellegrini, como Capello

Dice Johan Cruyff que el problema de los entrenadores es que no escuchan a los hinchas. Explica que cada t¨¦cnico tiene la obligaci¨®n de imponer el estilo preferido por la mayor¨ªa de la parroquia. Cuando Manuel Pellegrini lleg¨® al Madrid, repiti¨® que a la afici¨®n del Bernab¨¦u le gusta "un f¨²tbol m¨¢s directo". Pellegrini trajo una idea preconcebida. Nunca acab¨® de matizarla, pero por sus alineaciones se adivina que "f¨²tbol directo" para el chileno significa jugar con ocho hombres por detr¨¢s del bal¨®n y tres por delante, asegurar su porter¨ªa y lanzar a los tres atacantes tocando lo menos posible en el medio del campo.

Para ejecutar este plan, Pellegrini ha seleccionado a Lass, o a Diarra, como pareja de Xabi Alonso. En Lyon, la semana pasada, en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones (1-0), reemplaz¨® a Lass por Diarra en el equipo titular y apunt¨®: "El sistema no se cambi¨® para nada". En Lyon, cambi¨® m¨²sculo por m¨²sculo porque, igual que Fabio Capello y Juande Ramos antes que ¨¦l, elige pensando en el f¨ªsico tanto como en la t¨¦cnica. Pone siempre a dos mediocentros donde s¨®lo cabe uno porque cree que el Bernab¨¦u le pide eso.

Olvida Pellegrini que el Bernab¨¦u aplaudi¨® un equipo en el que Makelele era el ¨²nico mediocentro puro. Olvida que el Bernab¨¦u elev¨® a los altares a un equipo con Redondo como ¨²nico pivote. Olvida que la hinchada guarda como un tesoro el once de la Quinta con Schuster como ¨²nico administrador central.

Por el camino, ayer, despreci¨® a Van der Vaart, que esta temporada ha jugado bien casi siempre y que tal vez pueda ayudar al Madrid, y a Kak¨¢, a jugar mejor al f¨²tbol.