De repente, el ¨²ltimo Van Gogh
Expertos del museo del artista en ?msterdam atribuyen "sin duda" al pintor el lienzo 'Le Blute Fin'
Los problemas de atribuci¨®n son habituales en el mundo del arte, pero el cuadro de Van Gogh titulado Le Blute Fin, que apareci¨® ayer en Holanda, era desconocido por culpa de la personalidad de su due?o. Fechado en 1886, fue comprado en 1975 por Dirk Hannema, antiguo director del museo Boymans, de Rotterdam.
Hannema, representante de una generaci¨®n de expertos apoyados s¨®lo en su reputaci¨®n para encontrar obras maestras, cometi¨® un error en 1937 con una tela de Johannes Vermeer, el maestro holand¨¦s del Siglo de Oro. Result¨® ser falsa, y aquello hundi¨® su prestigio. Nunca m¨¢s logr¨® convencer a los expertos de que examinaran otras piezas adquiridas para su colecci¨®n particular. Denostado, el van gogh ahora recuperado languideci¨® en el dep¨®sito de De Fundatie, la sala de arte montada con sus posesiones en el centro del pa¨ªs. Hasta hoy. Para sorpresa general, el museo Van Gogh de ?msterdam ha certificado la autor¨ªa "fuera de dudas". De repente, el molino de Montmartre, el barrio parisiense de los impresionistas retratado por el pintor, es una gloria nacional. Tambi¨¦n es el primer cuadro de Van Gogh que se autentifica desde 1995 y el sexto, desde 1970.
Hannema estaba convencido de que ten¨ªa un tesoro; nadie le hizo caso
A la mala fama del propietario se uni¨® el tema, raro en la obra del genio
A Hannema, que falleci¨® en 1984, le habr¨ªa gustado saber que su olfato no hab¨ªa fallado esta vez. Entre 1961 y 1975 compr¨® cuatro obras en Par¨ªs a un marchante de arte. Le Blute Fin (de 55 x 38 cent¨ªmetros) le cost¨® unos mil euros al cambio actual. Convencido de que ten¨ªa un tesoro, lo asegur¨® en unos 35.000 euros de hoy. Pero nadie le crey¨®. "No s¨®lo era su mala fama, aunque hay que tener en cuenta que el esc¨¢ndalo de Vermeer es el mayor que se recuerda en Holanda. Es que el tema escogido por Van Gogh resultaba dudoso. Tiene unas figuras muy grandes y coloristas, poco frecuentes en su trabajo", explica Louis van Tilborgh, conservador del museo Van Gogh, de ?msterdam. Encargado de los an¨¢lisis, con ayuda de infrarrojos ha visto que el lienzo tiene "una l¨ªnea roja trazada por el pintor para guiarse en la perspectiva". Otras piezas certificadas tambi¨¦n la llevan, y es conocida la dificultad del artista con la representaci¨®n de los objetos en un plano. Por eso se apoyaba en una especie de gu¨ªa geom¨¦trica pintada en la tela.
"Dec¨ªa que los errores de sus pinturas eran compensados por los aciertos. Y esa l¨ªnea roja aparece, oculta, en varias telas de la ¨¦poca. Tambi¨¦n hemos fechado los pigmentos. Un rojo y un verde usados en su ¨¦poca parisiense. Por detr¨¢s, el cuadro tiene estampado el sello de la tienda Rey et Perrot, donde compraba sus materiales", sigue Van Tilborgh. En su opini¨®n, los m¨¦todos actuales de comprobaci¨®n de la firma de un cuadro son tan rigurosos que no dejan lugar a dudas. "El empaste de Van Gogh, su pincelada, era especial. Aqu¨ª se reconoce en los personajes. En cuanto al motivo, es algo raro, pero encaja en lo que hizo en 1886. El estilo es recio. Muy suyo, como ya sabemos. Y en cuanto al paisaje urbano representado, puede tener fallos desde el punto de vista acad¨¦mico, pero eso s¨®lo le a?ade encanto".
Para De Fundatie, el museo de Zwolle, en el centro de Holanda, que ha guardado la obra durante 35 a?os, la certificaci¨®n es un aut¨¦ntico regalo. "No es intuici¨®n. Estoy seguro de haberlo encontrado", dec¨ªa el coleccionista Hannema, a cualquiera que le preguntaba por el lienzo. "Estaba tan convencido de su val¨ªa, que lo colgaba de vez en cuando. Hasta imprimi¨® una postal. Pero no tuvo suerte. Aseguraba tener rembrandts y vermeers. Y no. Pero en esto hay que darle la raz¨®n, desde luego", admite el conservador Tilborgh.
Nombrado director del museo Boymans en 1921, a los 26 a?os, Hannema ven¨ªa de una familia acomodada y aficionada al arte. Era bien parecido, ten¨ªa ¨¦xito y gran aplomo en su trabajo. Durante la ocupaci¨®n nazi, trabaj¨® en la organizaci¨®n de todos los museos de Holanda. Despu¨¦s de la guerra, lo juzgaron por supuesto colaboracionismo. Fue puesto en libertad sin cargos a los dos a?os y dedic¨® su vida a buscar telas valiosas. El problema es que casi nunca acertaba.
Con el tiempo, su colecci¨®n pas¨® a convertirse en un museo particular que era mostrado al p¨²blico. Al principio, hac¨ªa incluso de gu¨ªa. De todos modos, apasionado de Vermeer, no mostraba con tanto entusiasmo los cuadros que cre¨ªa pintados por Van Gogh. Hace cinco a?os, De Fundatie se instal¨® en su sede actual. De sus cerca de 7.000 obras, la mitad pertenece a la colecci¨®n de Hannema. Para los anales del centro, queda que al menos en tres ocasiones anteriores intentaron acreditar Le Blute Fin. Tras m¨²ltiples obst¨¢culos, s¨®lo lograron poner junto a la tela que "se atribu¨ªa a Van Gogh". Finalmente, la fortuna les ha sonre¨ªdo y lo mostrar¨¢n en toda su gloria hasta el pr¨®ximo 4 de julio. En cuanto al precio en el museo de ?msterdam no se lo ponen. Para ellos es incalculable porque es aut¨¦ntico. Las casas de subastas pueden tener otra opini¨®n si llegara a salir al mercado.
Autor, no autor
- 'Retrato de un hombre'. El pasado septiembre el Metropolitan Museum lo atribuy¨® a Vel¨¢zquez.
- 'El coloso'. En enero de 2009 los expertos del Museo del Prado dejaron de considerarlo obra de Goya.
- 'Majas en el balc¨®n'. Desde 1996, el Metropolitan duda que sea de Goya.
- 'El hombre con el casco dorado'. Hasta 1985 se atribuy¨® a Rembrandt.
Babelia
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