El pensamiento John Cobra-Aznar
Un taxista amigo me suele enviar por correo electr¨®nico todas las ocurrencias que recoge en Internet, quiz¨¢ para vengarse de cuando le amenizaba los viajes. El ¨²ltimo lote de mails, tres, sin que por separado tengan nada que ver, me parece altamente simb¨®lico en su totalidad. El primero es el consabido chiste sobre que Bush, Thatcher y Zapatero quieren telefonear desde el infierno a sus respectivos pa¨ªses para ver c¨®mo est¨¢ la cosa y a los dos primeros le cuesta una millonada y al presidente espa?ol nada, porque Espa?a, con tantos moros, rumanos e independentistas, es un infierno, y la llamada es local. El segundo es un informe de UGT sobre las pensiones, que muestra que el actual porcentaje de afiliados a la Seguridad Social por pensionista es, contra lo que se dice, el m¨¢s elevado de los ¨²ltimos diez a?os; que todas las previsiones catastrofistas de los expertos sobre la supervivencia del sistema p¨²blico (realizadas o patrocinadas por entidades financieras) no han dado una (incluido el otrora famoso gur¨² Jos¨¦ Varea), y que el 84% de los fondos de pensiones privados han obtenido p¨¦rdidas. El tercero mencionaba una web que revela los n¨²meros de tel¨¦fono normales asociados a los 901 y 902, para que aquellos que tengan una tarifa plana telef¨®nica los usen, sin tener que pagar tarificaciones extra.
La mentira, siempre que sea simple, se est¨¢ convirtiendo en el argumento m¨¢s eficaz
Son, pues, uno de esos viejos chistes con protagonistas intercambiables, recuperado y reciclado para reforzar la marea de catastrofismo pol¨ªtico; un informe-David contra el pensamiento-Goliat de que el sistema p¨²blico de protecci¨®n social tiene los d¨ªas contados, y un servicio altruista que prestan unos ciudadanos porque las autoridades est¨¢n a otra cosa o prefieren los beneficios de las empresas a los de las personas. Y los tres son el s¨ªmbolo de la situaci¨®n actual: una pol¨ªtica en la que se impone el trazo grueso en detrimento del an¨¢lisis o de los servicios a la ciudadan¨ªa. Yendo al ¨¢mbito que nos corresponde, Galicia, s¨®lo dos ejemplos de esa tendencia al esperpento, en lo que se suele llamar el Norte y el Sur y en realidad son dos ciudades medianas en el noroeste y el suroeste.
En A Coru?a, igual que en la Transici¨®n algunos pr¨®ceres alertaban a los electores de que los comunistas y/o los del Bloque les iban a expropiar las vacas, un multidirigente vecinal llam¨® a los ciudadanos a protestar desde las ventanas antes de que se las expropiase el PXOM propuesto por el Gobierno local. El levantamiento vecinal del 2 de mayo contra el PXOM coru?¨¦s no deja de ser un fen¨®meno curioso cuando en la historia reciente, el Ayuntamiento, en lugar de mediar en la contenci¨®n de los precios de la vivienda inyectando suelo urbanizable en el mercado, incidi¨® en su encarecimiento con la introducci¨®n paulatina y calculada de ¨¢reas de desarrollo urbano ¨²nicamente cuando las urbanizaciones en marcha estaban ya vendidas. O que la pol¨¦mica despertada por la ratificaci¨®n judicial de la ilegalidad de un edificio de los llamados de alto standing, el Conde de Fenosa, se concentre en a ver como se arregla, en lugar de a ver qui¨¦n lo permiti¨® y por qu¨¦. Todos vemos en las pel¨ªculas que la Mafia suele asegurarse la fidelidad de los reci¨¦n ingresados haci¨¦ndoles participar en un asesinato. Los especuladores se hacen con la solidaridad de sus v¨ªctimas-clientes convirti¨¦ndoles en poseedores de la hipoteca del cuerpo del delito. Y en el otro lado, con la que est¨¢ cayendo -y la que amenaza con caer v¨ªa consenso- la mayor manifestaci¨®n registrada por razones econ¨®micas en Espa?a desde hace a?os no ha sido contra los anunciados recortes sociales, sino que se ha producido -para mayor inri en una ciudad de raigambre obrera como Vigo- a favor... de una entidad financiera.
Lo que est¨¢ pasando no es fruto de aquella ingenuidad de anteguerras que evidenciaba Kafka cuando anotaba en su diario, en agosto de 1914: "Hoy Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde fui a nadar". Ni la aliviada frivolidad de las posguerras, ni la liviandad posmoderna que parec¨ªa no tomarse en serio nada que no fuese a s¨ª misma. Ni siquiera la resignada llamada a la sensatez que invocaba V¨¢zquez Montalb¨¢n cuando consideraba que "la vanguardia no pasa por pretender delimitar la verdad, sino por no contarnos m¨¢s mentiras los unos a los otros". No, es que la mentira, siempre que sea simple, se est¨¢ convirtiendo en el argumento m¨¢s eficaz. No es ya aquello que dec¨ªa Joseph Goebbels de que una mentira repetida mil veces es una verdad. No hacen falta tantas veces, como bien sab¨ªa el ministro de propaganda de Hitler cuando reclamaba "gobernemos gracias al amor y no gracias a las bayonetas".
En ese sentido, los ¨²ltimos pronunciamientos gestuales del ex presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (ese dedo erecto que el presidente Feij¨®o reivindica como heredero de la cultura griega) y del ex presidiario John Cobra (esa m¨ªmica genital ya popular en la cultura romana) no son m¨¢s que la depuraci¨®n no verbal del pensamiento exang¨¹e que hoy impera. Si la tendencia se consolida, las pr¨®ximas campa?as prometen. Por lo menos nos ahorraremos los discursos, aunque no las mentiras.
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