El calcet¨ªn es la estrella
La Fundaci¨®n T¨¤pies reabre sus puertas tras dos a?os de rehabilitaci¨®n - 'Mitj¨®', objeto de agria pol¨¦mica en 1991, culmina la reordenaci¨®n de espacios
Lo comentaba ayer el arquitecto I?aki ?balos entre divertido y compungido: "Tras m¨¢s de dos a?os de obras en el edificio, al final de lo que se hablar¨¢ ser¨¢ del calcet¨ªn". No se equivoca. Cuando el pr¨®ximo mi¨¦rcoles se inaugure oficialmente la rehabilitaci¨®n de la Fundaci¨®n T¨¤pies de Barcelona, lo que todos ansiar¨¢n ver primero ser¨¢, sin duda, el calcet¨ªn. Claro que tampoco es un calcet¨ªn cualquiera: el de T¨¤pies mide casi tres metros y arrastra detr¨¢s una larga historia de pol¨¦micas que lo han convertido en un s¨ªmbolo de algo m¨¢s que la trascendencia de lo cotidiano que tuvo en 1991, cuando el Museo Nacional de Arte de Catalu?a se neg¨® a colocarlo en su sala oval. Estar¨¢ situado en una peque?a y coqueta terraza ajardinada sobre el nuevo edificio de oficinas que se ha construido en la zona trasera de la fundaci¨®n, que da al patio interior del Ensanche.
La exposici¨®n inaugural mostrar¨¢ la colecci¨®n privada del artista
"En la intervenci¨®n no hemos tenido un af¨¢n ic¨®nico", dice I?aki ?balos
Ser¨¢ la guinda de todo un festival de sorpresas que auguran una nueva etapa en una fundaci¨®n que desde sus inicios se convirti¨® en referencia del arte contempor¨¢neo en Barcelona. Por una parte est¨¢ la rehabilitaci¨®n del edificio, que a primera vista y en lo que afecta a la antigua imprenta modernista Montaner i Sim¨®n, no parece muy espectacular, aunque la reforma ha resultado intensa y complicada.
Como explica ?balos, "no hay af¨¢n ic¨®nico ni inter¨¦s en quitarle protagonismo a nadie". En cierta manera podr¨ªa decirse que en este caso el contenedor se ha puesto al servicio del contenido y no al rev¨¦s, como era habitual en los a?os ochenta y noventa. "Hoy en d¨ªa para una instituci¨®n cultural 20 a?os es una eternidad, y cada generaci¨®n se tiene que adaptar a los nuevos usos y pr¨¢cticas art¨ªsticas", a?ade el arquitecto. "La intenci¨®n es que al salir el visitante haya enriquecido e intensificado su experiencia, pero sin saber exactamente cu¨¢l es la intervenci¨®n".
?sta ha consistido en la remodelaci¨®n de la circulaci¨®n, los accesos y las instalaciones del viejo edificio, en donde se han ganado en la segunda planta tres salas destinadas a los espacios educativos, de archivo y de exposici¨®n documental. Adem¨¢s, se ha construido un nuevo edificio de dos pisos para oficinas en el patio interior en cuya planta baja se sit¨²a una sala de actos polivalente. Hay m¨²ltiples detalles que cambian -desde el pavimento de madera a la lona trasl¨²cida que otorga mucha m¨¢s luz natural a las salas-, pero la volumetr¨ªa de la primera reforma de principios de los 90 se mantiene y el aroma de la fundaci¨®n permanece.
La otra sorpresa ser¨¢ la exposici¨®n inaugural, no tanto por la selecci¨®n, siempre interesante, de la obra de T¨¤pies realizada en los ¨²ltimos a?os, sino porque en las salas del s¨®tano -que ganan altura tras la reforma- habr¨¢ una muestra de la colecci¨®n particular del artista. Hasta ahora muy pocos hab¨ªan tenido acceso a estas obras que ha ido atesorando a lo largo de su vida, piezas que le han acompa?ado en su viaje en busca de la trascendencia y de cuya importancia dio cuenta hace a?os el libro El arte y sus lugares, que public¨® Siruela. La exposici¨®n, de hecho, se titula Los lugares del arte y reunir¨¢ 120 obras, desde figuras sumerias a estampas japonesas pasando por un lienzo de Zurbar¨¢n o Le voyage dans la Lune, de M¨¦li¨¨s. Un lujo.
Pero es que, adem¨¢s, la fundaci¨®n en cierta manera tambi¨¦n estrena direcci¨®n. Laurence Rassel sustituy¨® hace poco m¨¢s de un a?o a N¨²ria Enguita, pero puede decirse que a¨²n no se ha estrenado debido al retraso en unas obras que comenzaron -tras una inspecci¨®n de los bomberos al edificio- como una peque?a intervenci¨®n para adecuarlo a las nuevas normativas de seguridad y accesibilidad y que acabaron en una remodelaci¨®n total.
Rassel se lo ha tomado con calma. "Eso nos ha permitido tener el tiempo necesario para pensar en el futuro y acompa?ar las exposiciones previstas, que se mantienen, con muchas m¨¢s actividades para el p¨²blico, porque ahora tendremos el espacio para hacerlo", explica. Rassel ha puesto el hincapi¨¦ en un ambicioso proyecto de archivo en la web (fundaciotapies.org), cuyos resultados no se ver¨¢n hasta dentro de dos a?os, y en la diversificaci¨®n de la oferta. "Hay muchos p¨²blicos, no s¨®lo el minoritario del arte contempor¨¢neo", comenta. "Adem¨¢s est¨¢ el p¨²blico espec¨ªficamente interesado en T¨¤pies, en el edificio, en el arte, en el modernismo... Podemos intentar juntarlos. Tambi¨¦n queremos acompa?ar a la gente. Es importante mantener espacios de contemplaci¨®n, hay que dejar espacio para el silencio a la hora de contemplar las obras, pero si alguien quiere m¨¢s, se lo ofreceremos. Por eso hemos creado una sala de documentaci¨®n en la que se mostrar¨¢n los procesos y materiales paralelos. La exposici¨®n inaugural nos da la clave. La idea es pensar el arte contempor¨¢neo dentro de la historia. Por eso es tan interesante ver la colecci¨®n particular de T¨¤pies; no ha hecho el camino solo".
Los cambios en el centro de arte
- Obras. La rehabilitaci¨®n, que ha costado 8,3 millones, permite ganar 600 metros cuadrados, la mayor¨ªa gracias a un nuevo edificio de dos plantas para oficinas. En la parte modernista mejoran las instalaciones y la circulaci¨®n, adem¨¢s de ganar una sala de documentaci¨®n.
- Exposici¨®n. La muestra inaugural est¨¢ dedicada a las ¨²ltimas obras de T¨¤pies y a una selecci¨®n de 120 piezas de su colecci¨®n particular. En mayo se presentar¨¢ una exposici¨®n de las obras de estudio de Eva Hesse.
- Jornadas de puertas abiertas los d¨ªas 4, 5 y 6 de marzo.
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