La disculpa
Esa imagen no es buena porque no se oye lo que sabe Cotino. Cotino es el vicepresidente valenciano, un hombre religioso, y ah¨ª se le ve, acudiendo contrito (?contrito?, qu¨¦ sabe uno) a pedirle disculpas a su oponente de izquierdas, M¨°nica Oltra. La imagen s¨®lo refleja lo que Cotino hace, pero no dice lo que Cotino sabe, o lo que call¨® hablando. Cotino le dijo a Oltra, en sede parlamentaria, que probablemente ella desconoc¨ªa el nombre de su padre. El insulto tuvo su gradaci¨®n, como si el dignatario valenciano quisiera hacer del Parlamento una forma de suspense. Le fue diciendo, la fue poniendo roja (aunque ya lo era), hasta que al final le dijo a M¨°nica lo del padre.
Claro, uno ve luego la imagen del vicepresidente acerc¨¢ndose al esca?o de su insultada (los pol¨ªticos tienen sus insultados, como los periodistas, como los aficionados al f¨²tbol o como esos energ¨²menos de Salt) y ya piensa que reina la calma despu¨¦s de la tarascada.
Lo que sucede es que en el subtexto (como dir¨ªa Javier Cercas) de la disculpa de Cotino est¨¢ lo que M¨°nica Oltra sabe que quiz¨¢ sabe Cotino. Ella lo cont¨® luego en la cadena SER, a ?ngels Barcel¨®. Su madre fue emigrante en Alemania, pero su padre no pudo darle nombre durante un tiempo, porque entonces, en el tiempo de la dictadura, no estaba permitido el divorcio. As¨ª que la chica fue en ese periodo ignominioso hija de PP, es decir, de Padre Putativo. ?Lo sab¨ªa Cotino? ?De esa informaci¨®n viene lo del padre?
El insulto fue tan grueso que ahora son aceptables todas las especulaciones, incluidas aquellas que ponen en tela de juicio la moral de quien lanza una insidia para enrojecer de verg¨¹enza ajena a aquel que es tan s¨®lo un adversario, pero muy inc¨®modo. A m¨ª el incidente y la disculpa me produjeron una violencia infinita, como si Cotino no estuviera insultando s¨®lo a M¨°nica Oltra sino a una ¨¦poca dif¨ªcil de Espa?a, es decir, a unos individuos que entonces no tuvieron los derechos que ahora tenemos para pedirle cuentas a un servidor p¨²blico sobre su falta de respeto al adversario e incluso al despreciado.
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