"Para la gente de la calle, estamos ya en la c¨¢rcel"
El pasado d¨ªa 20, la multinacional Warner emit¨ªa un comunicado en el que anunciaba que el Juzgado n¨²mero 10 de Barcelona hab¨ªa admitido a tr¨¢mite una demanda por plagio contra la firma de moda Custo Barcelona. El caso se remonta a 2005, cuando Warner denunci¨® que una camiseta de la firma barcelonesa ilustrada por Carmen G. conten¨ªa el dibujo de un pajarito que era un plagio de su famoso Piol¨ªn. A Custodio Dalmau (Tremp, 1959) la noticia le pill¨® en Nueva York, donde acababa de presentar su colecci¨®n Hairy metal en la semana de la moda. Ya de vuelta, el catal¨¢n explica su versi¨®n de los hechos.
Pregunta. Tras lo sucedido, ?se replantea algunas cosas?
Respuesta. Da qu¨¦ pensar. Entendemos a los se?ores de la Warner. Creen que un pajarito que dibujamos en 2005 recuerda al suyo. Nosotros tambi¨¦n perseguimos a la gente que copia. No estamos de acuerdo en este caso, pero tienen derecho de ejercer la reclamaci¨®n. Hasta aqu¨ª, todo bien.
P. ?Cu¨¢l es su versi¨®n?
R. Estos se?ores han explicado la verdad a medias. Pasan un comunicado el s¨¢bado despu¨¦s del desfile de Nueva York, cinco a?os despu¨¦s del inicio de la reclamaci¨®n y omiten detalles clave. El 25 de julio de 2005, el Juzgado n¨²mero 10 de Barcelona archiv¨® el caso, lo que significa que no detectaron indicios de delito. No ha habido juicio, ni sentencia, pero, claro, para la gente de la calle estamos ya todos en la c¨¢rcel.
P. ?C¨®mo ha encajado la familia la denuncia?
R. Lo m¨¢s duro de todo esto ha sido ver la noticia cuando tienes unos padres de 85 y 90 a?os, y ni?os que van al colegio. El resto te lo puedes tomar incluso a broma, pues est¨¢ tan fuera de contexto y es tan exagerado que, con esp¨ªritu positivo, hasta da risa. Eso s¨ª, la familia queda un poco traumatizada. No s¨¦ qu¨¦ persiguen estos se?ores. No es dinero, porque mantener un caso cinco a?os sale mucho m¨¢s caro que los 18.000 euros que piden. Si buscaban hacer ruido, lo han conseguido. Incluso he recibido llamadas felicit¨¢ndome por la estrategia comercial. No somos tan listos.
P. ?Qu¨¦ busca Warner?
R. Ni idea. Lo que me pregunto es que si la sentencia es favorable a nosotros, ?qu¨¦ pasar¨¢? Se han cargado 29 a?os de trabajo con un comunicado. Sin sentencia ni juicio y tras ser archivado el caso dos veces. Es como una pel¨ªcula de miedo.
P. ?C¨®mo naci¨® la camiseta?
R. Le encargamos a Carmen G. una serie de tres camisetas que eran tres chicas con su mascota. Una llevaba un elefantito, otra llevaba un osito y la tercera, un pajarito al hombro. Ellos dijeron que se parec¨ªa a su pajarito. Muy bien, que lo diga un juez. Nosotros retiramos voluntariamente el producto del mercado, pero estos t¨ªos han ido a saco desde el primer d¨ªa. Se presentaron en la tienda que tenemos en el Born con un coche policial y se llevaron 18 camisetas. Dos d¨ªas despu¨¦s recibimos el comunicado.
P. ?Es cierto que ustedes hab¨ªan recibido ese requerimiento hac¨ªa dos meses?
R. Mentira. Hasta he le¨ªdo que mi hermano le pidi¨® a Carmen G. un piol¨ªn y que le mand¨® una imagen. Leyenda urbana.
P. Con su historial de persecuci¨®n de plagios, ?se siente ahora como el cazador cazado?
R. Es una sensaci¨®n asquerosa. Cuando creas, te pones en el punto de mira. Claro que puede haber coincidencias. Pero aqu¨ª la teatralidad ha sido descomunal.
P. ?Vale la pena seguir persiguiendo posibles copias?
R. No lo s¨¦. Si valoras lo invertido en defender tus derechos y la compensaci¨®n que recibes, dudas. Pero tu obligaci¨®n es defender a tu empresa y a tus clientes.
P. China para ustedes no ha sido una oportunidad de negocio.
R. China nos ha traumatizado. Combatir all¨ª las falsificaciones es dif¨ªcil. El Gobierno chino no tiene inter¨¦s en acabar con la pirater¨ªa.
P. ?La democratizaci¨®n de la moda ha tra¨ªdo consigo cierta banalizaci¨®n del producto?
R. Es lo que sucede. Das por sentado que parte del mercado valorar¨¢ la autenticidad, pero en muchos casos no es as¨ª. Nosotros apostamos por la originalidad, que es el paso inicial de toda creatividad. En Jap¨®n y Francia, la gente valora lo aut¨¦ntico. Aqu¨ª, lamentablemente, no somos como en esos pa¨ªses.
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