Una casa de locos

Estamos ante una casa de locos: un conejo charlat¨¢n y un pato bipolar discuten sobre si se ha abierto la temporada para cazar, c¨®mo no, patos o conejos. Lo hacen frente a un tipo con la cabeza abombillada, armado con una escopeta, que no da cr¨¦dito a lo que est¨¢ escuchando. Por all¨ª tambi¨¦n puede aparecer un cerdito encantador y tartamudo reflexionando sobre la vida, con un toque shakespeariano y, tras ¨¦l, encontrar al Coyote persiguiendo al Correcaminos, en una interminable pelea entre la velocidad y la gravedad. Lo dicho, una casa de locos.

Los chiflados pero desternillantes protagonistas de estas aventuras son los Looney Tunes, unos dibujos animados de la Warner Bros que han hecho historia. El l¨ªder de la banda es un tal Bugs Bunny, un conejo de Brooklyn lig¨®n, desvergonzado, que cada vez que ve al cazador que anda tras sus pasos le suelta: "?Qu¨¦ hay de nuevo, viejo?".

Elmer Gru?¨®n, que odia que le tomen el pelo, arde por dentro y jura que esa noche guisar¨¢ conejo, pero eso nunca ocurre. Juntos han protagonizado una decena de cortometrajes y pel¨ªculas, donde se ha demostrado que, en el fondo, Elmer es incapaz de matar. En una inolvidable secuencia, el cazador cree que ha matado al conejo, que yace tendido en el suelo. "?Soy un asesino!", se lamenta, desconsolado. Bugs se hace el muerto, para regocijo suyo y de los espectadores. Pobre Elmer.

En otro filme, Wabbit twou-ble, Bugs echa por tierra los planes de un Elmer que acude a Jellystone Park en busca de reslasjaci¨®n y rescanso. De paso, busca olvidarse de su viejo amigo por unos d¨ªas, pero cu¨¢l es su sorpresa cuando se encuentra a Bugs discutiendo con el Pato Lucas sobre la temporada de caza.

No es la primera ni la ¨²ltima discusi¨®n en la que se ve envuelto el Pato Lucas, un maniaco con doble personalidad al que todo le sale mal. El universo est¨¢ en su contra, ?c¨®mo no sentir pena por ¨¦l? Lucas es de los que no se rinde, capaz de levantarse despu¨¦s de morder el polvo para ponerse de nuevo en la l¨ªnea de salida.

Obvio que no es un fracasado cualquiera. Ha presentado la gala de los Oscar y ha aparecido en m¨¢s de 150 pel¨ªculas de animaci¨®n. Es una delicia verle junto a Porky, un cerdo vergonzoso y poco desenvuelto. Puro Looney Tunes. El pr¨®ximo domingo podr¨¢ conseguir gratis un DVD con todas estas aventuras y podr¨¢ completar la colecci¨®n cada domingo con una nueva entrega por s¨®lo 1 euro.

La primera vez que Porky apareci¨® como actor secundario era dif¨ªcil imaginar que iba a convertirse en una de las estrellas de la Warner Bros. En los comienzos se le emparej¨® con un peque?o gato llamado Beans, pero con el paso del tiempo Porky fue en solitario el personaje novato del estudio (interpretado por Joe Dougherty, un tartamudo real).

Mientras todos los dibujos de la Warner no paraban de correr de aqu¨ª a all¨¢, Porky reflexionaba. Su papel estelar lo consigui¨® en la surrealista Porky in Wackyland. Y su complemento perfecto ser¨¢ desde entonces el Pato Lucas, un exc¨¦ntrico que a menudo abusa de la tranquilidad del cerdito. En resumen, una casa llena de disparatados dibujos animados, incansables y con una visi¨®n optimista de la vida, cuyas historias podr¨¢ conseguir a partir de la pr¨®xima semana con el peri¨®dico EL PA?S. Como dir¨ªa Porky antes de echarse el tel¨®n: "?Eso es todo amigos!".