Iv¨¢n Pedroso: "El salto es mi vida"
Entrevista al atleta que vuelve a la competici¨®n tras dos a?os retirado
En una esquina, Javier Sotomayor, ch¨¢ndal modelo Fidel Castro, salta ¨¢gilmente sobre unas vallas, se estira, realiza cortos sprints. No mucho m¨¢s lejos, en el pasillo de saltos, Iv¨¢n Pedroso corre una y otra vez bajo la mirada anal¨ªtica y apreciativa de su entrenador. No es una escena del pasado en La Habana, de cuando los dos saltadores cubanos, el de altura y el de longitud, dominaban el mundo, sino de hace unos d¨ªas, en Madrid, donde Sotomayor, de 42 a?os, retirado plusmarquista mundial de altura (2,45 metros, una marca a la que nadie se ha acercado despu¨¦s), intenta mantener despierta su agilidad legendaria mientras alrededor un gran contingente de atletas cubanos se entrena. Entre ellos, Iv¨¢n Pedroso, de 37 a?os, cu¨¢druple campe¨®n mundial al aire libre, qu¨ªntuple en pista cubierta, campe¨®n ol¨ªmpico en Sidney 2000, quien, tras dos a?os retirado, regresa a la actividad.
Pregunta. ?Por qu¨¦ vuelve?
Respuesta. Siempre me qued¨® la espina de los ¨²ltimos a?os, que no fueron como yo quer¨ªa por las lesiones y otras cosas. Siempre se me qued¨® aquello de que pod¨ªa un poco m¨¢s y empec¨¦ a entrenarme de nuevo como un hobby, pues nac¨ª con esto. El salto lo es todo para m¨ª desde peque?o. Es algo que necesito. Me propuse volver a probar y hasta ahora la cosa va bien con Juan Carlos [?lvarez, el t¨¦cnico de Joan Lino, Luis Felipe M¨¦liz y Carlota Castrejana], que es un buen entrenador y me ayuda mucho, sobre todo con el trabajo de intensidad, de velocidad, el que m¨¢s necesito, lo que siempre me ha faltado. Trabajo de atr¨¢s tengo de sobra. Tengo fuerza y la t¨¦cnica no se olvida.
P. Salt¨® en Valencia 7,35 metros. ?Est¨¢ eso bien?
R. Eso est¨¢ muy bien. Fue mi primera competici¨®n en dos a?os y corr¨ª a media m¨¢quina, muy despacio, para romper el hielo.
P. ?Volver¨¢ a los 8,20 u 8,30 metros?
R. Primero, quiero volver a los ocho metros. En longitud se trata de coger confianza sobre una marca, ocho metros. S¨¦ que lo puedo hacer.
P. Usted ha ganado todos los t¨ªtulos y fue el saltador de los a?os noventa, pero no bati¨® el r¨¦cord mundial.
R. Me dicen tambi¨¦n que por qu¨¦ no tengo una marca mejor que la de 8,71 metros y yo les digo que porque nunca me interes¨® saltar 8,80. S¨®lo pensaba en los nueve metros. No pudo ser y, a estas alturas, ser¨¢ muy dif¨ªcil.
P. A los 17 a?os usted ya salt¨® 8,06 metros ?Tiene a¨²n aquella ilusi¨®n juvenil?
R. Ahora estoy m¨¢s fuerte mental que f¨ªsicamente.
P. Despu¨¦s de los Mundiales de 2001, a los 28 a?os, nunca volvi¨® a ser el mismo en las grandes competiciones.
R. He sufrido muchas lesiones. No graves, leves, espasmos musculares... Pero siempre me llegaban en los momentos clave, pegadas a las competiciones. Fue lo que me atrofi¨®.
P. Ahora mandan saltadores como Philips y Saladino, por los 8,70...
R. Y unos cuantos m¨¢s, pero les falta estabilidad. No se trata de llegar y hacer una marca, sino mantenerla a?os.
P. ?Llegar¨¢ alguno a los nueve metros?
R. Es dif¨ªcil, pero siempre lo vi como una meta posible y ellos tambi¨¦n lo ver¨¢n as¨ª. Alg¨²n d¨ªa se llegar¨¢.
P. ?Se queda a vivir en Espa?a?
R. S¨ª, me cas¨¦ hace tres a?os en Guadalajara y all¨ª vivo con mi mujer. Pero soy cubano. No me nacionalizar¨¦ espa?ol. El aval deportivo m¨ªo, mis nueve t¨ªtulos mundiales, se lo debo a Cuba, estoy muy agradecido y quiero que se quede en los libros como cubano que soy y ser¨¦ siempre.
P. Para los espa?oles, usted es el hombre que gan¨® a Lamela, un saltador de 8,56, dos Mundiales. ?Cree que, si hubiera estado en la ¨¦poca de Lewis o Powell, le habr¨ªan empujado a saltar m¨¢s?
R. Creo que eso me ha impedido buenas marcas. Pero es algo que tiene que ser as¨ª. Siempre hay un saltador para una ¨¦poca. Suben, bajan, vienen otros...
P. ?Ha sido un est¨ªmulo para usted el regreso de Armstrong al ciclismo a los 37 a?os?
R. No s¨®lo ¨¦l. Tambi¨¦n otros atletas como el vallista Allen Johnson, de 38, me han inspirado.
P. La velocidad, dicen, se pierde con la edad...
R. Nunca he dependido de mi velocidad. Se vio en Sidney, donde todos entraban a 39 o 40 kil¨®metros por hora y a m¨ª el salto m¨¢s lento me dio el oro. Interrelaciono mucho fuerza, velocidad y t¨¦cnica y mi arma es la t¨¦cnica. Mientras exista la t¨¦cnica, mejorando un poquito la velocidad...
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