Bachelet recupera el control con mano dura
La presidenta advierte que se aplicar¨¢ todo el rigor de la ley contra los saqueos - El Ej¨¦rcito moviliza m¨¢s soldados y comienza a distribuir la ayuda humanitaria
El Gobierno chileno enfatiz¨® ayer la aplicaci¨®n m¨¢s rigurosa del control militar para detener los saqueos y el pillaje y asegurar el orden p¨²blico. El general Guillermo Ram¨ªrez, responsable de las tropas en Concepci¨®n, ampli¨® la aplicaci¨®n del toque de queda, desde las seis de la tarde de ayer hasta las doce de la ma?ana de hoy, hora local. Mientras tanto, las autoridades elevaron la cifra de muertos por el se¨ªsmo a 795.
Con carros blindados y controles en las carreteras, los militares se han instalado en los lugares estrat¨¦gicos de Concepci¨®n y las localidades cercanas. Las tropas enviadas a las dos regiones m¨¢s afectadas por el terremoto, B¨ªo B¨ªo y Maule, aumentaron a 11.900. Tras reunirse en La Moneda con los jefes de las fuerzas armadas y carabineros, la presidenta, Michelle Bachelet, afirm¨® que se aplicar¨¢ todo el rigor de la ley a quienes cometan desmanes.
El c¨®mputo oficial de muertos en el terremoto se eleva a 795
El general Ram¨ªrez advirti¨® que las tropas "no se van a inhibir en el cumplimiento de sus funciones. Lo indico a fin de evitar cualquier accidente lamentable". La orden que tienen los militares es detener a los saqueadores y entregarlos a los carabineros o polic¨ªa civil. Si no acatan, disparar¨¢n al aire, y si no se detienen, los disparos ser¨¢n al cuerpo.
En una estaci¨®n de servicio entre San Fernando y Curic¨®, en la carretera que va hacia al sur -donde est¨¢n Talca, Constituci¨®n, Linares, Chill¨¢n y, sobre todo, Concepci¨®n-, Hern¨¢n Bueras, un mec¨¢nico retirado que vuelve a la capital desde esta ciudad, epicentro de la cat¨¢strofe, escucha en la radio al general Ram¨ªrez. Comenta que la gente se volvi¨® loca en Concepci¨®n, pero que lo entiende: "Si no hay suministros... Ahora, una cosa es tomar un pan y otra, largarse con una televisi¨®n de plasma. Mismo lo del pan est¨¢ mal pero la gente ten¨ªa miedo. Uno dice que se acaba la gasolina, otro que el agua potable. Yo no cog¨ª nada, pero vi a familias completas llenando bolsos. Y lo entiendo, aunque no lo justifico. ?Tiene usted hijos? Pues tambi¨¦n puede entenderlo".
A su lado, Guillermo Barros dice que de Constituci¨®n "qued¨® la escoba". ?l viene de Talca con su madre, nacida precisamente en Constituci¨®n, una ciudad muy castigada por un maremoto del que el Gobierno no lleg¨® a alertar tras el se¨ªsmo. Los dos, adem¨¢s, repiten algo que no para de comentar la gente en la calle: la normativa antis¨ªsmica chilena es muy estricta, pero ?la cumpl¨ªan las nuevas construcciones que se han derrumbado? Ninguno tiene datos en los que basar sus sospechas. S¨®lo insisten en que Chile "siempre se mueve, siempre se movi¨®".
De hecho, una r¨¦plica sorprendi¨® ayer a los bomberos que trabajan en las labores de rescate en Concepci¨®n del edificio Alto R¨ªo, de 15 plantas, que fue entregado el a?o pasado. Se han hallado 79 supervivientes, siete cad¨¢veres y quedan seis vecinos sin localizar, seg¨²n el jefe de los bomberos.
"Sab¨ªamos que tocaba un sismo grande", dice Barros. "?No es cada 10 a?os cuando se acomodan las placas? Ya lo avis¨® el a?o pasado el Chait¨¦n", a?ade, refiri¨¦ndose a la erupci¨®n del volc¨¢n de ese nombre, al norte de la Patagonia, en febrero de 2009.
Los coches en los que viajan Bueras y Barros forman parte de la caravana que se dirige al norte, casi vac¨ªos como los de todos los que salieron sin mirar mucho atr¨¢s. O pensando en volver pronto. Los que van en la direcci¨®n opuesta viajan mucho m¨¢s cargados. Entre tanto, el goteo hacia el sur contin¨²a, a veces ralentizado por el paso de un cami¨®n militar o porque un puente -"el Juan Pablo II qued¨® in¨²til", avisa Hern¨¢n Bueras- no aguant¨® el se¨ªsmo.
Mientras tanto, a algunas zonas de la regi¨®n de Concepci¨®n comenzaron a llegar militares en helic¨®ptero con comida y agua. En Dichato, un balneario cercano azotado por el maremoto, una mujer llor¨® al recibir alimentos por primera vez en cuatro d¨ªas y otra cont¨® que desde hace dos d¨ªas s¨®lo alimenta a su hija de dos meses con infusiones.
Las autoridades esperan que el reparto de ayuda y la mayor presencia militar en la zona del epicentro frenen definitivamente el saqueo y el pillaje. A ¨²ltima hora de ayer, Bachelet asegur¨® que la situaci¨®n en Concepci¨®n, la segunda ciudad del pa¨ªs, "est¨¢ bajo control". El Gobierno ha enviado a las regiones afectadas 120 toneladas de alimentos y hospitales de campa?a. En la tarea se emplean 13 aviones y 24 helic¨®pteros.
En la zona norte de Santiago, donde cerca del 15% de la poblaci¨®n permanece desde el s¨¢bado sin electricidad y en algunas partes sin agua, hubo una noche de rumores y miedo colectivo, como la que vivieron los habitantes de Concepci¨®n el domingo. Ante las versiones de que turbas de gente avanzaban desde las barriadas pobres hacia las de clase media para saquearlas, cientos de hombres salieron con garrotes, machetes, palos, pistolas y hasta rifles, dispuestos a defender sus propiedades. Se ubicaban en las esquinas y accesos de las villas y encendieron fogatas permaneciendo de guardia toda la noche de ayer.
La empresa el¨¦ctrica Chilectra inform¨® ayer de que un 89% de sus clientes ya contaban con suministro el¨¦ctrico, aunque resta por normalizar el servicio a 165.000 hogares en la Regi¨®n Metropolitana, donde est¨¢ Santiago.
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