El libertino en la biblioteca

La Biblioteca Nacional de Francia ha comprado por siete millones de euros el manuscrito de Historia de mi vida, de Giacomo Casanova. Son 3.700 folios de letra apretada donde el c¨¦lebre seductor cuenta sus andanzas. Fue esp¨ªa, violinista, poeta, seminarista, militar, jugador, agente financiero, mago, alquimista, hizo sus pinitos como m¨¦dico y particip¨® en la creaci¨®n de la Loter¨ªa Nacional francesa; pero, sobre todo, se dedic¨® a las mujeres, a seducirlas y a amarlas. Y a contar sus aventuras. Nacido en Venecia en 1825, viaj¨® por toda Europa y conoci¨® a algunos de los personajes m¨¢s c¨¦lebres de su tiempo. Muri¨® pobre en una ciudad de Bohemia en 1798.

Fue hombre de mentalidad anclada en el antiguo r¨¦gimen y no supo engancharse a los cambios que se avecinaban. Hijo de unos comediantes que llevaban de un lado a otro sus espect¨¢culos, mantuvo intacta durante toda su vida su fascinaci¨®n por la aristocracia, e hizo lo que pudo por formar parte de sus c¨ªrculos.

No siempre con fortuna. El pr¨ªncipe de Ligne, por ejemplo, que fue un consumado artista de la seducci¨®n, un valiente militar y un gran escritor, lo alojaba en su palacio pero advert¨ªa a sus criados de que no lo recibir¨ªa nunca. Para ¨¦l, Casanova era de los que hab¨ªan hecho del libertinaje una carrera (y eso "implica seguir al pie de la letra el hedonismo rampl¨®n que lo anima", escribi¨®), y lo despreciaba.

Acaso su leyenda hab¨ªa devorado ya entonces a Casanova, porque la narraci¨®n de su vida va m¨¢s all¨¢ de lo er¨®tico (su hilo conductor) para convertirse en un imponente fresco de las costumbres de su ¨¦poca lleno de agudas observaciones. Empez¨® a contar su historia ya mayor, hab¨ªa perdido toda fama y era bibliotecario del conde de Waldstein, en Dux. Hay mucho de ficci¨®n en lo que se presenta como una historia real.

Siete millones de euros es mucho dinero para que la Biblioteca Nacional de Francia compre la obra de un veneciano, pero una empresa financiera ha asumido el patrocinio. Adem¨¢s, el texto lo escribi¨® Casanova en franc¨¦s. Aunque es posible que no sea el idioma en que est¨¢ escrito lo que fascina a la Biblioteca sino el lenguaje universal de la seducci¨®n que encarna, como nadie, el personaje.