Alfareros del pasado

En Zegama se elaboraron ayer 1.406 katilus (tazones). Ni uno m¨¢s ni uno menos. Son casi tantos como vecinos tiene esta localidad del Goierri. Tal fue el balance del curioso marat¨®n celebrado para revivir las largas jornadas de trabajo de los antiguos alfareros.

Un total de 14 especialistas del modelaje del barro trabajaron por turnos durante diez horas para cumplir el objetivo fijado: elaborar el m¨¢ximo n¨²mero de piezas con una tonelada de arcilla en un taller improvisado que se instal¨® en la plaza principal de esta peque?a localidad situada a 55 kil¨®metros de San Sebasti¨¢n.

No se trataba de batir ning¨²n r¨¦cord. Detr¨¢s de este original evento se esconde la historia de Zegama, importante centro alfarero durante varios siglos hasta el XIX. La situaci¨®n de la localidad en el paso de San Adri¨¢n, por el que transcurre el Camino de Santiago, la situaba en el Camino Real, que comunicaba Castilla con Francia.

La localidad fue en tiempos un destacado centro alfarero en el paso de San Adri¨¢n

14 artesanos trabajaron diez horas y utilizaron una tonelada de arcilla

"El hecho de que Zegama estuviera en el Camino Real motivaba un tr¨¢nsito importante de personas. Necesitaban utensilios para comer, para beber, para transportar las semillas y empleban los elaborados por los alfareros", explica Blanca G¨®mez de Segura, responsable del Museo de la Alfarer¨ªa Vasca, organizador del marat¨®n junto con el Ayuntamiento local.

En este peque?o pueblo trabajaron al menos cuatro familias de artesanos del barro durante 100 a?os, as¨ª como profesionales procedentes de otras regiones, como Mart¨ªn Catalina, quien colabor¨® durante a?os con el ¨²ltimo alfarero de Zegama, Gregorio Aramendi, fallecido hace ahora dos d¨¦cadas.

El marat¨®n de ayer buscaba precisamente recrear las interminables jornadas de trabajo que pasaban los alfareros delante del torno, primero, y del horno, despu¨¦s, durante las que elaboraban miles de piezas.

Junto a rescatar del olvido este pasado, la cita reuni¨® a los escasos artesanos, ocho en total, que hoy siguen dedic¨¢ndose a la alfarer¨ªa de forma profesional en Euskadi. Los otros seis participantes ya se han jubilado.

Ceramistas de tres generaciones y de diferentes estilos trabajaron unos junto a otros, desde veteranos como el propio Mart¨ªn Catalina y los octogenarios Federico Garmendia y Nicol¨¢s Aguirrebeitia hasta autores especializados en la cer¨¢mica creativa.

Tambi¨¦n se sumaron, aunque no cubrieron todo el maraton, aprendices del oficio, como los alumnos del centro de ense?anzas artesanales Debarte, de Deba, o de la Escuela de Arte y Oficios de Vitoria. "Se va a visualizar lo poco que tenemos. Se trata de que esta profesi¨®n no caiga en el olvido. El a?o que viene repetiremos la experiencia en otra localidad", explica G¨®mez de Segura.

Quienes se acercaron a Zegama tambi¨¦n pudieron ver restos de la actividad alfarera que all¨ª se conservan, como el molino Intxausti, construido a principios del siglo XX para batir la arcilla y moler barnices.