Afanes de reconquista

Esta llamada -pomposamente- Marcha Internacional por la Vida 2010, con Madrid como escenario principal, es en realidad el lanzamiento de una campa?a orquestada desde Roma para movilizar a sus fieles en torno a un en¨¦simo proyecto de reconquista de Europa. En ning¨²n otro continente vive el cristianismo una crisis mayor. El actual pont¨ªfice, el alem¨¢n Ratzinger, lo ha reiterado hasta la saciedad desde su ascenso al poder absoluto en el Vaticano, en 2005. Pero no ha encontrado un campo favorable para el combate, que dibuja con met¨¢fora cineg¨¦tica: Europa, anta?o cristiana por antonomasia -el resto del mundo era tierra de misi¨®n-, es "una vi?a devastada por jabal¨ªes", entre otros el relativismo y el laicismo.

?Por d¨®nde empezar la reconquista? La respuesta es Espa?a, la cuna de Trento seg¨²n el bueno de Men¨¦ndez Pelayo. La disculpa, la ampliaci¨®n de la legislaci¨®n que despenaliz¨® en 1985 la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Importa poco que la reforma impulsada por Zapatero no vaya m¨¢s lejos que leyes vigentes desde hace d¨¦cadas en otros pa¨ªses. La palabra aborto es la bandera de enganche, el espantajo necesario en el escenario de la batalla.

Conviene subrayar esta perspectiva para medir el alcance de la marcha internacional emprendida ayer. La pr¨®xima estaci¨®n es m¨¢s solemne: la Jornada por la Vida convocada por la Conferencia Episcopal para el pr¨®ximo d¨ªa 25. M¨¢s lejos, pero con tambores de estruendo, vienen los dos pr¨®ximos viajes del Papa a Espa?a, en noviembre de este a?o y en el verano de 2011. Ning¨²n otro pa¨ªs del mundo ha merecido tanta atenci¨®n de este pont¨ªfice romano, lo que da idea de hasta qu¨¦ punto ve en Espa?a el escenario del comienzo de la reconquista.

Estrategias al margen, extra?a el empecinamiento episcopal en un fin imposible de obtener: la abolici¨®n de la llamada ley del aborto (en realidad: Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo). Es un empe?o imposible, pero sostienen que "no parar¨¢n hasta lograrlo". Ni siquiera har¨¢ caso el PP, cristiano dem¨®crata confeso, cuando regrese al Gobierno. Tampoco les escuch¨® el presidente Aznar en sus ocho a?os en el poder, dejando intacta la ley de 1985.

Otra extravagancia episcopal es la idea de que los socialistas esconden tras esa ley un proyecto educativo de "ideolog¨ªa de g¨¦nero y de incitaci¨®n al aborto". Lo ha dicho el portavoz episcopal, Mart¨ªnez Camino, usando incluso la expresi¨®n "ideolog¨ªa abortista". Parece demasiado tosco para ser cre¨ªble, pero cientos de miles de sus fieles han asumido esa proclama.