Los carteles no mueren
Observando c¨®mo los carteles del narcotr¨¢fico est¨¢n penetrando en los niveles m¨¢s altos de algunos Gobiernos centroamericanos, no puedo evitar preguntarme si la guerra de Estados Unidos contra las drogas s¨®lo ha servido para empujar a los capos de la droga a mudarse de Colombia a M¨¦xico, y ahora de M¨¦xico a Centroam¨¦rica. ?Est¨¢ logrando reducir el narcotr¨¢fico esta guerra? ?O s¨®lo sirve para expulsar a los narcotraficantes de un pa¨ªs a otro?
La semana pasada, durante una visita de 48 horas a Guatemala para participar en una conferencia sobre asuntos econ¨®micos, encend¨ª el televisor del hotel y me enter¨¦ de que el presidente ?lvaro Colom acababa de despedir a su ministro del Interior, Ra¨²l Vel¨¢squez, por un caso de corrupci¨®n. Vel¨¢squez era el cuarto ministro del Interior destituido en poco m¨¢s de dos a?os. Dos de sus predecesores hab¨ªan sido echados por presuntos v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico. Pero eso no fue todo. Al d¨ªa siguiente me enter¨¦ de que Colom acababa de destituir al jefe de la polic¨ªa del pa¨ªs, Baltazar G¨®mez, y al jefe de su unidad antidrogas, por su presunta responsabilidad en el robo de 700 kilogramos de coca¨ªna decomisados el a?o pasado.
Todo lo que est¨¢ haciendo la guerra contra la droga de EE UU es expulsar a los 'narcos' de un pa¨ªs a otro
El predecesor de G¨®mez, Porfirio P¨¦rez, hab¨ªa sido depuesto en septiembre acusado de robar 300.000 d¨®lares de los narcotraficantes. Y uno de los m¨¢s recientes predecesores de P¨¦rez, Adan Castillo, hab¨ªa sido despedido tras haber sido filmado en secreto cuando aceptaba 25.000 d¨®lares de un informante de la DEA en 2005.
El tr¨¢fico de drogas no es algo nuevo en Centroam¨¦rica. Pero tal como lo reconoci¨® el Departamento de Estado de EE UU en su informe anual sobre el narcotr¨¢fico en el mundo, dado a conocer la semana pasada, el tr¨¢fico de drogas se ha disparado en Centroam¨¦rica desde que el presidente mexicano, Felipe Calder¨®n, lanz¨® su guerra contra las drogas -apoyada por Washington- hace tres a?os.
"A medida que M¨¦xico logra mayores avances contra las organizaciones criminales que operan en su territorio hay cada vez m¨¢s evidencias de que las organizaciones de tr¨¢fico de drogas de M¨¦xico est¨¢n estableciendo su presencia en estas regiones, particularmente en algunos Estados centroamericanos", afirma el informe del Departamento de Estado.
Intrigado, ped¨ª una entrevista con Colom y le pregunt¨¦ si encuentra alguna correlaci¨®n entre la ofensiva de M¨¦xico contra los carteles y el aumento de la corrupci¨®n y la violencia vinculada al narcotr¨¢fico en su pa¨ªs. "Cuando el presidente Calder¨®n tiene ¨¦xito, yo tengo problemas", respondi¨® con una sonrisa de resignaci¨®n. "O luchamos regionalmente contra el narcotr¨¢fico o perdemos".
Seg¨²n Colom, la guerra contra los carteles que est¨¢ teniendo lugar en M¨¦xico no es el ¨²nico motivo por el que los carteles se est¨¢n mudando a Centroam¨¦rica. El virtual desmantelamiento del Ej¨¦rcito guatemalteco tras los acuerdos de paz de 1996 que pusieron fin a la guerra civil redujo las fuerzas armadas de 54.000 a 12.000 efectivos en los a?os siguientes, y dej¨® el norte del pa¨ªs sin protecci¨®n, explic¨®.
?Vale la pena que EE UU siga gastando miles de millones de d¨®lares en la lucha contra el narcotr¨¢fico en Latinoam¨¦rica, cuando los carteles simplemente se mudan de un pa¨ªs a otro?, le pregunt¨¦. "S¨ª", dijo el presidente. "El a?o pasado incautamos m¨¢s coca¨ªna y drogas sint¨¦ticas que en los ¨²ltimos cuatro a?os. Yo no me quiero siquiera imaginar cu¨¢ntas vidas se salvaron con las toneladas de drogas que incautamos".
Mi opini¨®n: estoy de acuerdo en que no se puede tirar la toalla y no hacer nada. Pero tambi¨¦n est¨¢ claro que tras haber gastado m¨¢s de 14.000 millones de d¨®lares en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas en programas antinarc¨®ticos en Colombia, Bolivia, Per¨², M¨¦xico y otros pa¨ªses de la regi¨®n, Latinoam¨¦rica sigue siendo el mayor exportador de coca¨ªna y marihuana a Estados Unidos.
Es cierto que en los ¨²ltimos a?os Estados Unidos ha destinado una creciente proporci¨®n de su presupuesto antidrogas a la prevenci¨®n y educaci¨®n dentro de sus fronteras, y que el porcentaje de la poblaci¨®n estadounidense que consume drogas ha disminuido.
Pero es necesario hacer algo m¨¢s. Quiz¨¢s es hora de que Washington considere seriamente la despenalizaci¨®n del consumo personal de marihuana -tal como lo propusieron el a?o pasado los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Ernesto Zedillo, de M¨¦xico, y C¨¦sar Gaviria, de Colombia- para liberar enormes recursos que podr¨ªan ser usados para combatir m¨¢s eficientemente las drogas m¨¢s peligrosas, como la coca¨ªna y la hero¨ªna. Tal como est¨¢n las cosas ahora, la guerra contra las drogas de Estados Unidos no est¨¢ funcionando. Todo lo que est¨¢ haciendo es expulsar a los carteles de un pa¨ªs a otro, sin afectar demasiado el narcotr¨¢fico.
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