Abogados, ?guau... guau...!
Les pido disculpas anticipadas. En contra de lo que es habitual en mi manera de escribir, voy a ser algo derrotista. Dos noticias que he podido leer estos ¨²ltimos d¨ªas me han producido sorpresa, sorpresa que poco a poco se ha ido transformando en confusi¨®n y que ha acabado casi en indignaci¨®n.
La primera son las actuaciones que hemos visto alrededor de las corridas de toros, espect¨¢culo al que he asistido una vez en mi vida y que me dej¨® tan indiferente que, sin que me produjera un rechazo frontal, no he repetido. Entiendo que existan aficionados y hasta apasionados que defiendan su existencia y continuidad, alegando motivos art¨ªsticos y emocionales. Tambi¨¦n comprendo que muchas personas con sensibilidad ante el sufrimiento de los animales se opongan a ella. Pero me ha llenado de confusi¨®n ver que algunos de los partidarios de la prohibici¨®n se oponen a extenderla a otras actividades, tambi¨¦n crueles con los animales, alegando que se trata de tradiciones muy arraigadas en nuestro pa¨ªs. Esto me ha hecho pensar que los motivos de sensibilidad ante la crueldad, que comparto plenamente, no eran tan s¨®lidos y tal vez serv¨ªan en algunos casos de coartada para otros argumentos de car¨¢cter pol¨ªtico o incluso t¨¢ctico.
Suiza ha celebrado un refer¨¦ndum sobre la conveniencia de nombrar un abogado de oficio para los animales
Y para acabar de confundirlo, o tal vez para aclararlo todo, aparecen a continuaci¨®n propuestas claramente pol¨ªticas para declarar las corridas "espect¨¢culo de inter¨¦s nacional" o algo parecido. Con ello entramos en una fase en la que las razones, respetables, de los verdaderos aficionados y las razones, para m¨ª todav¨ªa m¨¢s respetables, de los defensores de los animales, van a quedar en segundo plano, totalmente superadas por las maniobras de los que piensan que se trata de aprovechar cualquier ocasi¨®n para exagerar diferencias, generar crispaciones y provocar enfrentamientos. El desenlace de este proceso no va a ser el resultado de un juicio sereno entre argumentos a favor y en contra, sino el derivado de una batalla pol¨ªtica entre opciones que juzgan adecuado buscar en el enfrentamiento un r¨¦dito electoral. Verdaderamente triste. Espero que, adem¨¢s, sea fruto de un juicio que se demuestre equivocado.
Creo que ha quedado bastante claro que las opiniones que m¨¢s valoro son las que representan una defensa de los animales y un rechazo a la violencia. Pero creo que tambi¨¦n es necesario evitar que se conviertan en sagradas algunas de sus manifestaciones y se traspasen l¨ªmites marcados por el sentido com¨²n, como a veces ocurre. Digo esto porque la segunda noticia a la que me refer¨ªa es la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum en Suiza sobre la conveniencia de nombrar un abogado de oficio para defender a los animales que est¨¦n implicados en un juicio. El resultado de la consulta ha sido un no, pero la consulta en s¨ª misma ya significa mucho.
Me parece que ¨¦sta es una demostraci¨®n del nivel de incongruencia y de cinismo al que nos puede conducir, en nombre del progreso de la civilizaci¨®n, la costumbre de llevar a sus extremos la defensa de los derechos de los animales. ?Parece que, para algunos, los derechos de los animales sean tan importantes como los de las personas!
Que esto, adem¨¢s, se proponga y se debata en un pa¨ªs como Suiza, pa¨ªs que no se esconde de ser refugio de corruptos, de ladrones y de traficantes, y sobre todo escondite seguro del bot¨ªn de sus delitos, supone una dosis de hipocres¨ªa que debe ser denunciada. La calidad de una civilizaci¨®n no se mide por el respeto a los animales, sino por el respeto de los principios b¨¢sicos de justicia y de solidaridad con relaci¨®n a las personas, principios que est¨¢n claramente burlados por muchos de los h¨¢bitos que en el campo financiero practican las instituciones de este pa¨ªs, con el benepl¨¢cito de la legislaci¨®n y de sus autoridades federales, y tambi¨¦n de otras muchas autoridades no helv¨¦ticas.
No me quitar¨¢ mucho el sue?o el final de la batalla sobre las corridas. Creo que tenemos cosas m¨¢s importantes para preocuparnos, y una de ellas es precisamente la influencia que en la llegada de la crisis actual han tenido los para¨ªsos fiscales y las dificultades que pueden suponer para la salida, sin que estemos haciendo nada para resolverlo. Los abogados de oficio deber¨ªan servir sobre todo para defender a unos ciudadanos de aquellos otros que infringen un precepto b¨¢sico de justicia social.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.