La ¨¢gil ley penal
No hace mucho, el veterano periodista Llu¨ªs Foix nos recordaba las normas que rigen la importancia de las noticias en la prensa brit¨¢nica y que son m¨¢s universales de lo que creemos: "Un ingl¨¦s es noticia, 10 franceses son noticia, 100 americanos son noticia y 1.000 alemanes son noticia. En Bolivia nunca pasa nada". Lo que no dec¨ªa, pero debe saberse, es que en el terreno de la legislaci¨®n penal, los espa?oles estamos viviendo en Bolivia. Nunca pasa nada.
Y no es que nuestro movimiento legislativo sea peque?o, seg¨²n prueban leyes tan agitad¨ªsimas como la del aborto. O las que rigen los gastos discrecionales de nuestros pr¨®ceres y pr¨®ceras. As¨ª, nuestro pa¨ªs de inocencia boliviana se enter¨® de que, en esta ¨¦poca de tremenda crisis, el se?or Carod Rovira consider¨® oportuno trasladarse a Am¨¦rica y entregar en mano una suma millonaria para estudios sobre una lengua ind¨ªgena seguramente oprimida. O de que nuestra ministra de la Igualdad gast¨® otra suma millonaria para pagar un estudio sobre el cl¨ªtoris. Por descontado, y trat¨¢ndose de la Igualdad, hay que esperar que se gaste otra cantidad similar en un estudio sobre el pene, que tambi¨¦n se supone de la m¨¢xima importancia nacional.
No. Movimiento pol¨ªtico y legislativo no falta. Cada mes surgen hechos o disposiciones que no se sabe si pasar¨¢n a la posteridad, pero a la posterioridad seguramente. Aunque en el campo de la legislaci¨®n penal -se supone que por la tradicional prudencia- nunca pasa nada. Nadie se inquieta si el pa¨ªs sufre una de las oleadas de delincuencia m¨¢s alarmantes de su historia. Parte de ella no se remedia con leyes, pues viene de la miseria y con la miseria se ir¨¢. Pero se est¨¢ atracando a mansalva, vivimos ya en un pa¨ªs absolutamente inseguro y se empieza a utilizar una violencia del Far West, sin que una sola ley se reforme. La reincidencia y la profesionalidad no cuentan, los beneficios penales siguen vigentes para las peores mafias y se pone en libertad a delincuentes millonarios -Rold¨¢n- sin que devuelvan un solo centavo de sus robos libres de impuestos. Lo expoliado ya no se recupera jam¨¢s, ni falta que hace. Lo gastar¨ªamos en un estudio sobre el vud¨² en las favelas brasileiras.
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