El libro que m¨¢s divirti¨® a Fellini

Si todo est¨¢ en la infancia, en el caso de Lorenza Mazzetti el clich¨¦ se cumple de forma singular, cr¨®nica y aguda. Esta mujer inteligente y llena de gracia ha vivido su extraordinaria vida cosida a su infancia. Naci¨® en Florencia en 1928 con su gemela Paola. Sietemesinas y muy fr¨¢giles, quedaron hu¨¦rfanas de madre y su padre las mand¨® a vivir con unos t¨ªos de origen jud¨ªo, Nina y Robert, que ten¨ªan dos ni?as. Robert Einstein era primo del cient¨ªfico jud¨ªo Albert Einstein. El 3 de agosto de 1944, cuando Lorenza y Paola ten¨ªan 12 a?os, las SS llegaron a la casa de campo cercana a Florencia donde viv¨ªan los seis, ametrallaron a su t¨ªa y a sus primas y quemaron la casa. Robert, escondido en el bosque, las sobrevivi¨® unas pocas horas. Al conocer la noticia se quit¨® la vida.

"Tir¨¦ la p¨¢gina a la papelera. Mi amigo me dijo: 'Est¨¢s loca, es estupenda"

Lorenza trabaj¨® en la RAI, dirigi¨® teatro para ni?os y se hizo comunista

Lorenza y Paola presenciaron aquel espanto. Pero ellas no se llamaban Einstein y se salvaron. "Compartimos la dicha de vivir juntos, y nos separaron en la muerte porque ¨¦ramos de razas distintas. Pero mi t¨ªo ni siquiera era practicante", recuerda sonriendo Lorenza en su luminosa casa romana, cerca de Campo dei Fiori.

Despu¨¦s, su tutor legal las cuid¨® y administr¨® la herencia hasta que fueron mayores de edad. "Vendi¨® el patrimonio y nos dej¨® sin una lira. Mejor que fuera as¨ª. Nos correspond¨ªa m¨¢s la pobreza total que vivir como dos ricas herederas, hu¨¦rfanas dos veces".

Ahora, las gemelas viven juntas otra vez. El edificio est¨¢ en obras, lleno de andamios y de obreros, y el piso es peque?o y tiene varias terrazas. Parece el camarote de los hermanos Marx: dos amigos han venido a comer, de repente llega Vincenzo, el marido de Paola, a echarse la siesta, pasa otra amiga que organiza viajes al Amazonas...

Junto a las paredes, est¨¢n embalados los 80 cuadros de Lorenza que forman la exposici¨®n ?lbum de familia / Diario de una ni?a bajo el fascismo que acaba de verse en Roma. Son pinturas conmovedoras, entre na?f, infantiles y populares, de colores espl¨¦ndidos. Relatan como un c¨®mic mudo el episodio que marc¨® la vida de Lorenza y Paola.

"Al principio intent¨¦ fingir que aquello no pas¨®", cuenta. "Me fui a Londres a estudiar cine y me enamor¨¦ del director de la universidad. Para demostrarle que era buena, consegu¨ª una c¨¢mara firmando papeles falsos e hice una pel¨ªcula sobre La metamorfosis. Me cogieron y me salv¨¦ de la c¨¢rcel de milagro. Entonces conoc¨ª a un productor guap¨ªsimo; en la primera cita derram¨¦ el t¨¦ sobre sus rodillas. Me dijo: 'No se preocupe, tengo la pata de palo, la m¨ªa la perd¨ª en Cassino, cerca de Roma, en la guerra'. Produjo mi segunda pel¨ªcula, Together".

Durante el rodaje, Lorenza conoci¨® a Lindsay Anderson y enseguida a Karel Reisz y a Tony Richardson. Los cuatro fundaron el movimiento del free cinema. "Hicimos un manifiesto, se trataba de recuperar la solidaridad humana que Inglaterra hab¨ªa vivido durante la guerra. Reivindicamos el cockney, los rodajes en la calle, los actores naturales, la ausencia de artificios, el estilo visual del cine mudo, los di¨¢logos cortos. Fue un momento muy divertido. Aunque yo segu¨ªa sin una lira, trabajaba de camarera y me defend¨ªa. Anderson era un borde adorable. Fuimos en coche a Cannes a presentar Together, all¨ª conoc¨ª a Cesare Zavattini [guionista de Ladr¨®n de bicicletas o El jard¨ªn de los Finzi Contini] y volv¨ª a Italia".

Cuando regres¨®, en 1959, se acab¨® el fingimiento. "Paola se hab¨ªa casado con un psiquiatra. Yo enferm¨¦. No dorm¨ªa, ten¨ªa alucinaciones y ataques de catatonia. Un colega de mi cu?ado, gestaaltiano, me dijo que si quer¨ªa curarme ten¨ªa que volver a la casa y escribir mis recuerdos. De modo que fui con un amigo franc¨¦s, Guillaume, nos instalamos en una casa cercana y empec¨¦ a escribir".

Las primeras l¨ªneas ten¨ªan forma de diario escolar: "Ejercicio de redacci¨®n: 'Contad lo que hab¨¦is hecho hoy'. Desarrollo: "Hoy, el Duce ha hablado en la escuela y nos ha dicho que hagamos gimnasia para volvernos fuertes y educados y estar listos para acudir a su llamada en defensa de nuestra gran Italia porque estamos en guerra".

La ni?a que fue era la narradora de la historia. "Tir¨¦ la p¨¢gina a la papelera. Mi amigo la recogi¨® y me dijo: 'Est¨¢s loca, es estupenda. Tienes que escribir todo el libro as¨ª'. Y eso hice". Cuando acab¨®, en 1961, Mazzetti titul¨® el libro El cielo se cae. Todas las editoriales lo rechazaron. "Gracias a Zavattini lo leyeron en Garzanti", y en 1962 gan¨® el Premio Viareggio a la ¨®pera prima. Los mismos editores que lo hab¨ªan refutado felicitaban ahora a la joven escritora desconocida. Federico Fellini dijo que nunca se hab¨ªa divertido tanto leyendo un libro, y que por fin alguien contaba la guerra desde otro punto de vista.

El cielo se cae se recibi¨® como una ficci¨®n y Lorenza no sac¨® a nadie del error. Se hab¨ªa curado y eso era lo que contaba. Luego se puso a trabajar en la RAI, dirigi¨® teatro para ni?os, se hizo comunista, la echaron de la RAI, se enamor¨® del hijo de un fundador del PCI y se cas¨® con un cirujano partisano.

No tuvo hijos, escribi¨® algunas historias m¨¢s, pint¨® y sigui¨® conforme con su pobreza. "En 1991, la editorial Sellerio recuper¨® el libro, y me dijo que pusiera una dedicatoria a mi t¨ªo. As¨ª se descubri¨® que era real". La reedici¨®n, con otra clave de lectura, redobl¨® el ¨¦xito. El libro entr¨® en los programas escolares, y en Alemania lo edit¨® Bertlesmann con traducci¨®n de Victoria von Schirach, nieta de Baldur von Schirach, mano derecha de Hitler. En 2000 se rod¨® una pel¨ªcula, "bella pero no bell¨ªsima", seg¨²n Mazzetti, interpretada por Isabella Rossellini.

Ahora, por fin, el libro llega a Espa?a. Lo publica Perif¨¦rica, con traducci¨®n de Francisco de Julio Carrobles. Y Lorenza, tocada con su boina alegre, se despide as¨ª: "Si me invitan a ir, a lo mejor me animo".