El islamista conservador que conden¨® el 'yihadismo'
Mohamed Tantawi fue un referente de la ortodoxia sun¨ª
En el a?o 622 de la era cristiana, Mahoma, huyendo de su Meca natal, donde sus pr¨¦dicas sobre una nueva revelaci¨®n monote¨ªsta provocaban amplio rechazo, se instal¨® en otro lugar de la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga, el que hoy conocemos como Medina, y all¨ª constituy¨® la primera comunidad musulmana. Pues bien, en la mism¨ªsima Medina va a tener el inmenso privilegio de ser enterrado Mohamed Sayid Tantawi, que ayer falleci¨® de un infarto en Riad, la capital de Arabia Saud¨ª, a los 81 a?os de edad.
No existe en el islam sun¨ª un clero profesionalizado y jerarquizado como el de la Iglesia cat¨®lica. Eso s¨ª, la rama mayoritaria del islam siempre ha contado con nutridas legiones de te¨®logos, juristas y predicadores. Dentro de esta ¨²ltima categor¨ªa, amplia y compleja, Tantawi era una de las m¨¢s importantes personalidades de nuestro tiempo. Primero Gran Muft¨ª de Egipto y luego Gran Jeque de la Universidad cairota de Al Azhar -cargos ambos nombrados por el Gobierno de ese pa¨ªs-, Tantawi ha sido un referente de la ortodoxia del islam sun¨ª en unas d¨¦cadas marcadas a sangre y fuego por la lectura pol¨ªtica de esa religi¨®n efectuada por los islamistas y por su m¨¢s siniestra derivada, el yihadismo, o mejor, los yihadismos.
Su visi¨®n de la religi¨®n se alejaba del rigorismo y de los reaccionarios
A Al Azhar se la compara con frecuencia con el Vaticano, aunque m¨¢s correcto ser¨ªa hacerlo con las universidades medievales europeas -Bolonia, Par¨ªs, Oxford, Salamanca- que durante siglos fueron faro intelectual de la cristiandad. Lo que diga sobre los asuntos del momento el Gran Jeque de Al Azhar es muy importante para cientos de millones de musulmanes. Y en los ¨²ltimos lustros Tantawi se tuvo que pronunciar sobre un mont¨®n de cosas. De un repaso r¨¢pido de sus pronunciamientos se desprende la imagen de un hombre conservador, sin duda, pero en absoluto reaccionario. Y poco amigo del uso del islam para hacer pol¨ªtica y para justificar la violencia.
Tantawi reiter¨® que la ablaci¨®n del cl¨ªtoris -pr¨¢ctica atroz no vinculada al islam sino a ancestrales costumbres de algunos pueblos africanos- es contraria a la religi¨®n revelada en el Cor¨¢n. Se declar¨® partidario del trabajo de las mujeres, el control de la natalidad y los trasplantes de ¨®rganos, aunque justific¨® varias persecuciones de escritores egipcios por publicar textos considerados blasfemos. En cuanto al hiyab, cuyo uso defend¨ªa, se opuso a aquellos modelos que ocultan el rostro de las musulmanas.
Como la de todos los ¨¢rabes desde el final de la II Guerra Mundial, la vida de Tantawi estuvo marcada pol¨ªticamente por el drama palestino. El Gran Jeque de Al Azhar sostuvo siempre el derecho de este pueblo a luchar contra la ocupaci¨®n de sus tierras y a favor de la consecuci¨®n de un Estado propio con capital en Jerusal¨¦n. No obstante, en una ocasi¨®n declar¨® contrario al islam el terrorismo suicida palestino, lo que le vali¨® fuertes cr¨ªticas de correligionarios, que le forzaron a retractarse.
En marzo de 2003, la Universidad de Al Azhar que lideraba emiti¨® un comunicado que los norteamericanos, con tantos diplom¨¢ticos, esp¨ªas y analistas como tienen, no deber¨ªan haber desde?ado. Ese texto tildaba de "cruzada" la invasi¨®n de Irak que preparaba Bush e instaba a oponerle una "yihad" o guerra santa defensiva. Yo era entonces enviado especial de EL PA?S a El Cairo y en mi cr¨®nica subray¨¦ que los ulemas autores de tal declaraci¨®n no eran "islamistas radicales y violentos a lo Bin Laden", sino "te¨®logos tradicionalistas pr¨®ximos al poder y amantes de la ley y el orden". Cientos de soldados norteamericanos y decenas de miles de civiles iraqu¨ªes perder¨ªan la vida en los a?os siguientes en acciones protagonizadas por insurgentes que hab¨ªan escuchado ese mensaje.
Las incursiones b¨¦licas extranjeras en territorios musulmanes encontraron siempre un firme opositor en Tantawi. Eso era perfectamente compatible con su rechazo de cualquier ataque a los millones de cristianos coptos que viven en Egipto desde mucho antes de la revelaci¨®n del Cor¨¢n a Mahoma. Pilar de la convivencia en tierras musulmanas de las tres religiones del siglo y del di¨¢logo mundial interreligioso, Tantawi se entrevist¨® con Juan Pablo II cuando ¨¦ste visit¨® El Cairo, en febrero de 2000.
Tantawi rechaz¨® la lectura pol¨ªtica del islam efectuada por los influyentes Hermanos Musulmanes y a¨²n m¨¢s la violencia de grupos como Gamaat Al Islam¨ªa -fuente principal del componente egipcio de Al Qaeda que encabeza Al Zawahiri-, a los que calific¨® de "servidores del diablo". Al mismo tiempo, influy¨® decisivamente en la reislamizaci¨®n de la vida cotidiana de Egipto registrada en los ya muchos a?os de poder de Mubarak. Su versi¨®n del islam no era la del rigorismo wahab¨ª de los saud¨ªes, pero sus mensajes hicieron que las bebidas alcoh¨®licas se limitaran cada vez m¨¢s a los restaurantes y hoteles para turistas, que las musulmanas llevaran mayoritariamente el hiyab y que los novelistas se lo pensaran mucho antes de escribir determinadas cosas. Con Tantawi muere, pues, un conservador tan alejado de las interpretaciones aperturistas y modernizadoras del islam como de las reaccionarias y belicistas.
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