Como Bourne pero en Irak

Nunca me aclaro sobre el significado del cine de acci¨®n. S¨¦ que est¨¢ institucionalizado como g¨¦nero, pero no tengo claro qu¨¦ caracter¨ªsticas fijas se exigen para formar parte de su club. Por acci¨®n yo entiendo que ocurran cosas. Externas o internas. Hay un cine con notable prestigio intelectual en el que no pasa nada o lo que ocurre es inentendible. Por lo cual deduzco que el ¨²nico cine que me gusta debe poseer acci¨®n. En la comedia, en el western, en el cine negro, en cualquier relato en conexi¨®n con la vida y al¨¦rgico a las musara?as. Reducir la acci¨®n a persecuciones, suspense, tiroteos y peleas es demasiado esquem¨¢tico. Pero si no hay m¨¢s remedio que colocarle etiquetas a las pel¨ªculas, hay que reconocer que una de las mejores cosas que le han ocurrido al cine de acci¨®n en el nuevo siglo es la asociaci¨®n del director Paul Greengrass, el guionista Tony Gilroy y el actor Matt Damon para crear la magn¨¦tica saga de Jason Bourne, ese inmejorable asesino de la CIA que ha perdido la memoria y trata atormentadamente de conocer su antigua y siniestra identidad, acorralado por mafias y organizaciones secretas. Nada sobra ni falta en esta mod¨¦lica trilog¨ªa. Desde un ritmo endiablado a capacidad narrativa. Tambi¨¦n la confirmaci¨®n de que alguien con una apariencia tan normal como Matt Damon es un sobrio, en¨¦rgico, temible y cre¨ªble monarca del cine de acci¨®n, un tipo que desprende peligro, determinaci¨®n y honestidad.

Una ficci¨®n repleta de nervio, con atm¨®sfera y con actores excelentes

Greengrass no ha limitado su arte a contar ficciones. Como director, guionista o productor ha reflejado complejas y tr¨¢gicas realidades de Irlanda en Domingo sangriento y Omagh. Tambi¨¦n imagin¨® con tono documental lo que pod¨ªa haber ocurrido en aquel avi¨®n kamikaze que no encontr¨® su objetivo en United 93. En Green zone parte de una realidad abyecta, la utilizaci¨®n de una pavorosa mentira como las inexistentes armas de destrucci¨®n masiva como pretexto para invadir Irak, para rodar un thriller con receta cl¨¢sica y el reconocible aroma y tensi¨®n que desprenden las aventuras de Bourne.

Green zone inicia su densa trama con las progresivas sospechas de un oficial del ej¨¦rcito norteamericano de que la realidad no es lo que parece, que las verdades oficiales que proclaman los voceadores de Bush est¨¢n llenas de grietas, que los informes presuntamente infalibles sobre el peligro depredador que almacenaba el dictador Sadam Hussein fueron ama?ados en nombre de intereses demasiado turbios. Este hombre no es un progresista concienciado. Es un profesional que quiere saber las inapelables razones por las que mata y expone su vida en un pa¨ªs arrasado, es un hombre solo y responsable (ayudado por un nativo que rechazaba el antiguo estado de las cosas, pero que sabe que todo puede ir a peor en su desolado pa¨ªs, y por un resabiado agente de la CIA al que no le salen las cuentas) desafiando al poder, investigando sus falacias. Y sabes que en la vida real casi siempre es una batalla perdida. Pero es agradecible que una ficci¨®n repleta de nervio, con atm¨®sfera, muy bien ambientada, con actores excelentes, nos entretenga dignamente durante un rato deseando que el h¨¦roe pueda sobrevivir en su enfrentamiento contra la implacable oscuridad.