Irak: vientos de cambio
Fue Harold MacMillan quien hizo historia el 3 de febrero de 1960 cuando, en un valiente discurso ante el Parlamento surafricano, en plena apoteosis del apartheid, declar¨® que "un viento de cambio est¨¢ sacudiendo ?frica" y que era absurdo oponerse a ese viento. El entonces primer ministro conservador brit¨¢nico persegu¨ªa un doble objetivo. En primer lugar: consagrar la descolonizaci¨®n de las colonias brit¨¢nicas en suelo africano, que comenz¨® con Ghana en 1953. Y, en segundo, advertir al r¨¦gimen racista que ese "viento de cambio", al final, acabar¨ªa con la supremac¨ªa blanca en la Uni¨®n Surafricana. Esos vientos de cambio, con aire ¨¢rabe, soplaron el pasado domingo en Irak con la celebraci¨®n de las quintas elecciones democr¨¢ticas desde el derrocamiento de Sadam Husein por la coalici¨®n de 31 pa¨ªses, liderada por Estados Unidos, en abril de 2003. Unas elecciones en las que lo primero que convendr¨ªa hacer, si de verdad se quiere ser ecu¨¢nime y no seguir anclado en la in¨²til y obsoleta pol¨¦mica suscitada por la invasi¨®n hace siete a?os, ser¨ªa rendir un tributo de admiraci¨®n al coraje del pueblo iraqu¨ª que, a pesar de la amenaza de Al Qaeda de matar a todo el que se atreviera a votar, concretada en tres atentados en Bagdad que produjeron 38 muertos el domingo, desafi¨® a los terroristas con una presencia en las urnas del 63% del censo, superior a la participaci¨®n electoral en algunos pa¨ªses democr¨¢ticos occidentales, incluido Estados Unidos. Una de las m¨²ltiples ventajas de la democracia es que es contagiosa y los iraqu¨ªes se han acostumbrado a votar, cinco veces en cinco a?os. En 2005, eligieron una Asamblea Constituyente para luego aprobar la Constituci¨®n vigente y seleccionar el primer Parlamento democr¨¢tico, cuyo mandato termina ahora. Y, por si fuera poco, el pasado a?o se celebraron elecciones provinciales en el primer intento serio de descentralizar Irak. No precisamente un palmar¨¦s desde?able para un pa¨ªs con 90 a?os escasos de historia moderna, la mayor¨ªa de los cuales gobernado por monarcas absolutos o tiranos como Sadam Husein.
Estos comicios fueron los primeros en los que los iraqu¨ªes participaron como nacionalistas iraqu¨ªes
Tengo, adem¨¢s, la impresi¨®n, por las declaraciones de los votantes a los medios de comunicaci¨®n independientes, de que los comicios del domingo fueron los primeros en los que los iraqu¨ªes participaron precisamente como nacionalistas iraqu¨ªes y no como sun¨ªes o chi¨ªes. Incluso los kurdos, que acarician el sue?o irrealizable de un Kurdist¨¢n soberano al que se oponen frontalmente los pa¨ªses de la zona con minor¨ªas kurdas como Turqu¨ªa, Siria e Ir¨¢n, han votado por un r¨¦gimen m¨¢s federal, pero dentro de un Irak unido. Y su 15% de parlamentarios que los expertos les adjudican en el nuevo Parlamento ser¨¢n clave para la constituci¨®n, dentro de varios meses, del nuevo Gobierno iraqu¨ª. En 2002, se celebraron elecciones para decidir si Sadam Husein era "el presidente perfecto" para Irak. Seg¨²n los datos oficiales, vot¨® el 100% de los electores que, sin una sola disidencia, se mostraron de acuerdo con el enunciado de la pregunta. Naturalmente, no hab¨ªa ning¨²n candidato opositor. Ahora, m¨¢s de 6.000 candidatos en representaci¨®n de 86 partidos y de ciudadanos que se presentan a t¨ªtulo personal han concurrido a los comicios. Y, salvo un par de listas chi¨ªes de adscripci¨®n religiosa, las que tienen todas las probabilidades de salir victoriosas, una, encabezada por el actual primer ministro, Nuri al Maliki, y otra, por uno de sus antecesores en el cargo, Iyad Alawi, son laicas e intersectarias, que incluyen tanto chi¨ªes como sun¨ªes, en una palabra, iraqu¨ªes. Pero es que, incluso en las listas religiosas aludidas, las simpat¨ªas por Ir¨¢n son simplemente confesionales, como las que cualquier cat¨®lico del mundo puede sentir por el Vaticano, sin que ello implique la sumisi¨®n pol¨ªtica a la Santa Sede. No conviene olvidar una distinci¨®n importante: los chi¨ªes iraqu¨ªes son ¨¢rabes y los iran¨ªes, persas.
Naturalmente, todas las esperanzas despertadas por el ¨¦xito de los comicios pueden desmoronarse si el Gobierno resultante del nuevo Parlamento es incapaz, por ejemplo, de llegar a un acuerdo con los kurdos sobre el futuro de Kirkuk y Mosul o sobre la distribuci¨®n equitativa de los beneficios del petr¨®leo procedente del norte kurdo y del sur chi¨ª. Mosul y Basora. Pero, por favor, un ruego a los profetas del desastre. Como dicen los americanos: Give the iraquis a break! (?den un respiro a los iraqu¨ªes!). Y un apunte final. La decisi¨®n de retirar todas las tropas de combate estadounidenses de Irak en agosto de este a?o (40.000 hombres) y el resto de las fuerzas (50.000) a finales de 2011 no es una decisi¨®n de la Administraci¨®n de Obama, como muchos interesadamente pretenden. Es un acuerdo firmado por George Bush con Al Maliki en noviembre de 2008, dos meses antes de que Obama se hiciera cargo de la presidencia.
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