El teatro humilde y enorme de Eduardo de Filippo
Dos joyas de la primera y de la ¨²ltima ¨¦poca del dramaturgo han coincidido en la cartelera con id¨¦ntico ¨¦xito: Natale in casa Cupiello, dirigida por Oriol Broggi, en Barcelona, y El arte de la comedia, puesta por Carles Alfaro, en Madrid
Pecados intolerables son la vanidad, la envidia y la debilidad de car¨¢cter. Cualidades buenas, el esp¨ªritu de adaptaci¨®n, pero no la renuncia; la comprensi¨®n de los defectos ajenos, pero no su aceptaci¨®n". As¨ª hablaba, como un Montaigne napolitano, el gran Eduardo de Filippo, que subi¨® a escena por vez primera a los tres a?os y dijo, poco antes de morir, a los 84, convertido en una gloria nacional: "Mientras haya una brizna de hierba sobre la tierra, habr¨¢ otra brizna fingida sobre el escenario". Algunos le acusaban de localista, pero sus comedias, nacidas "de la atenci¨®n, de la experiencia, del esp¨ªritu de b¨²squeda", fueron aplaudidas en Inglaterra, en Rusia, en Jap¨®n. Otro error habitual es calificarle de costumbrista. El arte de don Eduardo es mucho m¨¢s refinado psicol¨®gicamente, y sus arquitecturas m¨¢s sabias y complejas. Crece sobre cuatro pilares b¨¢sicos (Comedia del Arte, Goldoni, Ch¨¦jov, Pirandello) y abre sus ventanas de par en par para que penetre el aire fresco de la calle, de la vida. "Busca la vida", dec¨ªa a sus alumnos, "y encontrar¨¢s la forma; busca la forma y encontrar¨¢s la muerte". Adoro su teatro y sus virtudes: el cuidado de la composici¨®n, el respeto a los sentimientos, la vocaci¨®n popular, su eterna aspiraci¨®n de moralidad. Estos d¨ªas he visto dos espl¨¦ndidas funciones suyas, de su primera y ¨²ltima ¨¦poca. En Barcelona, Oriol Broggi ha presentado Natale in Casa Cupiello (1931); en Madrid, Carlos Alfaro dirige El arte de la comedia (1964). Natale, que se dir¨ªa una prefiguraci¨®n de la velada familiar de S¨¢bado, domingo y lunes (estrenada aqu¨ª por Belbel en un montaje memorable), se est¨¢ representando en la cripta de la Biblioteca de Catalu?a, con ¨®ptima traducci¨®n catalana de N¨²ria Furi¨®, pero mantiene el t¨ªtulo original porque los actores fingen ser una compa?¨ªa napolitana en gira por Espa?a: durante los intermedios hablan vivazmente con el p¨²blico, comentan la obra, cantan, bailan, bromean, ofrecen caf¨¦. Natale, dirigido con maestr¨ªa por Broggi, se ha convertido en un gran ¨¦xito porque estaba llamado a serlo, porque tiene verdad y toca las fibras eternas de la emoci¨®n y la risa, sabiamente entreveradas. Encabezan el reparto Pep Cruz y Marisa Josa, admirables como Luca Cupiello, el patriarca, un ni?o grande que parece perdido en su mundo de humildes ensue?os pero se entera de todos los dramas, todas las tensiones que laten a su alrededor, y su esposa Concetta, sabia y callada, consumida por el esfuerzo de ser la vela y el ancla de la familia. Destacan, igualmente, los trabajos de Bruno Oro (Tomassino, el hijo vago y consentido), Ramon Vila (Pasquale, el t¨ªo gorr¨®n y aprensivo), Marcia Cister¨® (Ninuccia, la hija, casada pero enamorada de otro) y Carles Mart¨ªnez, que confiere una honda dignidad al personaje de Nicollino, el marido enga?ado, sin deslizarse un ¨¢pice hacia los acentos grotescos.
Enric Benavent (Campese) y Pedro Casablanc (De Caro) consiguen que la atenci¨®n del espectador no decaiga ni un solo instante
A destacar dos escenas portentosamente concebidas e interpretadas: la aparici¨®n de los Magos que cierra el primer acto y la conmovedora agon¨ªa de Luca en el segundo, con la familia y los vecinos en torno a su lecho.
El arte de la comedia, que Jordi Mesalles estren¨® en Barcelona en 1992, ha sido muy oportunamente elegida por el Teatro de la Abad¨ªa para celebrar su decimoquinto aniversario. Es una de las mejores puestas de Carles Alfaro, con fluida traducci¨®n de Ana Isabel Fern¨¢ndez, y tambi¨¦n est¨¢ teniendo una gran acogida. Su estructura es singular¨ªsima. La primera parte adopta la forma de un di¨¢logo casi socr¨¢tico sobre las dif¨ªciles relaciones entre teatro y poder a trav¨¦s del enfrentamiento entre Oreste Campese, director de una compa?¨ªa de c¨®micos ambulantes, y el gobernador De Caro, empe?ado en reducirles (?les suena?) a la condici¨®n de vulgares titiriteros. No teman un serm¨®n did¨¢ctico, porque Enric Benavent (Campese) y Pedro Casablanc (De Caro) consiguen que la atenci¨®n del espectador no decaiga ni un solo instante. Benavent, en el mejor trabajo que le he visto, compone un Campese impecable, orgulloso, inflamado y zorruno, cargado de razones y sabidur¨ªa, pero el que se acaba llevando la funci¨®n es Casablanc en una lecci¨®n magistral de lo que podr¨ªamos llamar "escucha creativa". Hacia el final del primer acto, Campese reta a De Caro a reconocer la val¨ªa de sus actores: en el transcurso de la ma?ana se los enviar¨¢, disfrazados, al despacho, y el jerarca deber¨¢ averiguar si son personajes o personas reales. A partir de esa premisa, el peque?o y ordenado mundo del gobernador se convierte en una pesadilla digna de Philip K. Dick, donde hasta el m¨¢s humilde visitante puede ser otro, un elemento de la intangible conspiraci¨®n de Campese. El personaje de De Caro, hasta entonces un simple antagonista con el perfil de un pantalone pomposo, crece hasta adquirir la estatura de un Malvolio provincial, y supone un enorme reto para el actor, pues todo va a suceder a trav¨¦s de su percepci¨®n: en el rostro y el cuerpo de Casablanc (en sus miradas inquisitivas, burlonas o desde?osas; en la tensa inclinaci¨®n de su cabeza, como la de un cazador al acecho; en su alucinada atenci¨®n) leemos la instauraci¨®n de la sospecha y la creciente paranoia que le conducir¨¢ al desastre. Es una interpretaci¨®n apabullante, de una gran eficacia c¨®mica, que masca en todo momento el freno de la farsa y acaba exhalando un raro patetismo. En el reparto destacan, en composiciones muy medidas, Jos¨¦ Luis Alcobendas (el secretario Franci) y Jes¨²s Barranco (el m¨¦dico Bassetti). Truculento pero eficaz, el padre Salvati de Joaqu¨ªn Hinojosa; intensa aunque un tanto sobreactuada Lola Manzano (la maestra Luc¨ªa Petrella), a la que tampoco ayuda un innecesario subrayado de la iluminaci¨®n en el ¨²ltimo cuadro. Para terminar, una noticia: el pr¨®ximo julio se montar¨¢ en Barcelona Questi Fantasmi, otra obra mayor de De Filippo, estrenada por Fern¨¢n-G¨®mez en los sesenta, y ahora a cargo de la compa?¨ªa de Broggi, en coproducci¨®n con el CDN, Teatri Uniti y el Grec.
Natale in Casa Cupiello, de Eduardo de Filippo. Direcci¨®n de Oriol Broggi. Biblioteca de Catalu?a. Barcelona. Hasta ma?ana. www.bnc.cat. El arte de la comedia. Direcci¨®n de Carles Alfaro. Teatro de la Abad¨ªa. Madrid. Hasta el 21 de marzo. www.teatroabadia.com.
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