"Con el recelo de la opini¨®n p¨²blica no habr¨¢ acuerdo sobre el clima"
Jefe saliente de la ONU para el Cambio Clim¨¢tico
La voz de Yvo de Boer, el diplom¨¢tico holand¨¦s de 56 a?os que en julio pr¨®ximo abandonar¨¢ su cargo de secretario ejecutivo de la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas para el Cambio Clim¨¢tico, denota un cansancio sereno. Est¨¢ en Bonn, sede del organismo que ha liderado desde 2006, y desde all¨ª reflexiona por tel¨¦fono sobre las razones que abocaron al fracaso de la pasada Cumbre del Clima de Copenhague. En t¨¦rminos t¨¦cnicos, se dice que no hubo acuerdo operativo para despu¨¦s de 2012, que es cuando termina el primer plazo del cumplimiento del Protocolo de Kioto. ?l lo traduce al lenguaje llano con aplomo y grandes dosis de esperanza. Si bien es cierto que no pudo firmarse un acuerdo legal, este hijo de diplom¨¢tico, nacido en Viena y pasado por un internado brit¨¢nico, afirma que el camino est¨¢ trazado y no tiene vuelta atr¨¢s. Que el cambio clim¨¢tico es una enfermedad sobre cuyos s¨ªntomas pueda dudarse, seg¨²n el s¨ªmil que utiliza, pero que todos los pa¨ªses saben que debe tratarse cuanto antes.
"El resultado de Copenhague es s¨®lido y me puedo marchar"
"La cumbre de Canc¨²n debe ahondar en los pa¨ªses en desarrollo"
?l casi ha cerrado su maleta de la Naciones Unidas, pero la que abrir¨¢ despu¨¦s del verano, tambi¨¦n con el problema del calentamiento. S¨®lo que ahora su profesi¨®n ser¨¢ la de asesor en la firma de servicio de auditor¨ªa KPMG, y tambi¨¦n de gobiernos, en materia de sostenibilidad. Una forma muy creativa de seguir trazando el c¨ªrculo de una carrera que empez¨® en la rama de rehabilitaci¨®n de los servicios sociales de su pa¨ªs.
Pregunta. ?Vamos hacia la era de los acuerdos no vinculantes entre Estados en materia de clima, vista la frustraci¨®n de Copenhague, con una firma imposible para un tratado clim¨¢tico en el marco de la ONU que no acaba de llegar?
Respuesta. No lo creo. Hay que recordar que en la cumbre de Copenhague se trabaj¨® hacia un acuerdo global que deb¨ªa aprobarse en una sesi¨®n plenaria. Es verdad que no se adopt¨® formalmente, pero los 120 jefes de Estado y de Gobierno que acudieron mostraron su voluntad pol¨ªtica de avanzar. Despu¨¦s, los pa¨ªses responsables del 80% de las emisiones de CO2
han presentado planes nacionales para contenerlas. La pr¨®xima cumbre del clima, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo noviembre en Canc¨²n (M¨¦xico), debe aprovechar ese gesto y ahondar en los problemas de los pa¨ªses en desarrollo. Y en sus temores sobre la carga que les supondr¨¢ la aplicaci¨®n de las medidas de contenci¨®n de emisiones de Kioto.
P. ?C¨®mo puede ahuyentarse ese miedo, que es comprensible, porque se trata de la distribuci¨®n de la riqueza, de dinero y de c¨®mo combinar la lucha contra el cambio del clima y la pobreza?
R. Si se aborda bien la preocupaci¨®n del mundo en desarrollo tendremos un nuevo tratado. Que ¨¦ste sea luego vinculante o no, debe centrar las negociaciones. Todos los pa¨ªses quieren un acuerdo global, el problema es c¨®mo se negocia y las metas que se imponen a unos y otros. Me fui de Copenhague con la sensaci¨®n de que hab¨ªa sido un desastre. Ahora, con m¨¢s calma, veo que las decisiones estaban casi ultimadas y que hay voluntad de avanzar. Por eso debe capitalizarse ese impulso.
P. Ese volver a rodar, sin embargo, necesita tambi¨¦n del apoyo de la opini¨®n p¨²blica, que parece saturada del asunto del clima y desconf¨ªa de anuncios catastrofistas.
R. Es verdad que sin el apoyo de la opini¨®n p¨²blica no pueden tomarse acuerdos sobre el clima. As¨ª que debemos cambiar ese recelo. Las cr¨ªticas contra el IPCC (grupo intergubernamental de expertos de la ONU sobre el cambio clim¨¢tico) no han ayudado, pero le dir¨¦ una cosa: cuando se habla de si los glaciares del Himalaya de deshielan m¨¢s o menos deprisa, lo que falla es el c¨¢lculo, no los motivos. Es como si fuera una enfermedad: son los s¨ªntomas lo que se critica, pero no la dolencia. Hay que convencer a la gente de que el cambio de clima es un reto tan serio como antes. Hay que restaurar la credibilidad del IPCC y explicar que la oportunidad de contener los efectos del cambio clim¨¢tico es cada vez menor.
P. ?Le parece que el papel de la ONU no ha sido adecuado en este terreno?
R. Naciones Unidas es una plataforma que permite que los gobiernos se encuentren. Volvamos a la cumbre de Copenhague. Demostr¨® que quer¨ªan moverse. He viajado a Estados Unidos, China, India, Brasil y ?frica, y hay unanimidad. Pero, de nuevo, no se trata s¨®lo de reducir emisiones. Hay que ayudar a los pa¨ªses pobres para que cambien su econom¨ªa sin da?ar su crecimiento.
P. ?Qu¨¦ papel juega China en todo esto?
R. Tampoco avanzaremos sin China. A Pek¨ªn le preocupa el precio de la energ¨ªa, la seguridad de la energ¨ªa, la renovaci¨®n econ¨®mica y el cambio del clima. Y ah¨ª se mueve su agenda nacional. Es el pa¨ªs que m¨¢s invierte en energ¨ªas renovables. Si pretende crecer un 6% o un 7% al a?o, tiene que cambiar. El cambio del clima y sus intereses nacionales van parejos.
P. Usted se marcha al sector privado. ?Tira la toalla o seguir¨¢ luchando de otro modo por el clima?
R. Siempre digo que los gobiernos trazan las pol¨ªticas, pero que son las empresas las que dan las soluciones. El 85% de las inversiones en energ¨ªa son privadas, y cada vez m¨¢s firmas, como Benetton con el agua que usa para su algod¨®n, o el gigante Wall Mart, que busca proveedores sostenibles, saben que tienen que apostar por lo verde si quieren sobrevivir. Pens¨¦ en seguir en Naciones Unidas, pero el resultado pol¨ªtico de la cumbre de Copenhague es s¨®lido y me puedo marchar.
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