Las banderillas de El Fandi
En tarde de desprop¨®sitos, pantomimas, vulgaridades y populismo, surgi¨® El Fandi y sus banderillas. Fue lo mejor, lo m¨¢s aut¨¦ntico, de una corrida en donde por momentos lo m¨¢s parecido a un festejo taurino era pura coincidencia. Eso s¨ª, con el benepl¨¢cito y jolgorio de un p¨²blico que no suele ser el habitual. El Fandi puso lo que tiene: actitud, coraje, voluntad, facultades, profesionalidad, en fin. Y cuando uno da lo que tiene, se le reconoce y en paz. El Fandi fue banderillas sobre todo. Un derroche de facultades. De precisi¨®n milim¨¦trica a la hora de clavar. Mejor en el sexto, por ejecutar en la cara del toro. Y si hay que buscar alg¨²n pasaje con la muleta que valga la pena, se encuentran algunos naturales estimables al buen toro que cerr¨® la corrida. Ser¨ªa casualidad o no, pero visto lo visto durante la tarde, esos muletazos de El Fandi parec¨ªan bocata di cardinale. Con el torillo que hizo tercero, se lo pas¨® a tirones a diestro y siniestro. Busc¨® la complicidad del pueblo y le regal¨® una buena dosis de rodillazos que encantaron al tendido.
LORENZO, PELAYO, YERBABUENA, MATEO / JESUL?N, CORDOB?S, FANDI
Tres toros de Carmen Lorenzo - 1?, 4? Y 5?-, uno de San Pelayo -3?- , otro de San Mateo -6?- y un sobrero de Yerbabuena -2?-. Muy desiguales de presentaci¨®n, justos de fuerzas y manejables.
Jesul¨ªn: -aviso- bajonazo, pinchazo y descabello (silencio); -aviso- casi entera baja y trasera (saludos). El Cordob¨¦s: casi entera ca¨ªda (silencio); media (silencio). El Fandi: entera baja -aviso- y descabello (oreja); media trasera -aviso- (oreja). Plaza de Valencia, 14 de marzo. 4? de Feria. Casi lleno.
El resto fue pura an¨¦cdota. Como el segundo toro, que s¨®lo por ser manso fue devuelto al corral por plebiscito popular. Ni El Cordob¨¦s ni su cuadrilla hicieron algo por remediar el desprop¨®sito. Peor fue que ni al flojo sobrero de Yerbabuena y al manejable quinto que se dejaba f¨¢cil, fuera capaz El Cordob¨¦s de quedarse quieto. Despegado, sin confianza. Una caricatura.
A favor de corriente, Jesul¨ªn. Pero ni aun as¨ª. Despegado y sin cre¨¦rselo en el primero e insistente en el inv¨¢lido cuarto. Y tan pesado en ambos, que fue avisado antes de entrar a matar. En corrida de cuatro hierros, desigualdad absoluta. Anovillados los tres primeros y m¨¢s aparentes el resto por sus respetables cabezas. Con las fuerzas muy justas, pero tambi¨¦n muy manejables.
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