Un arte sin t¨®xicos
El KW Institute for Contemporary Art de Berl¨ªn ofrece a artistas con problemas de drogas la posibilidad de desintoxicarse gratuitamente en sus instalaciones
La convocatoria procede del KW Institute for Contemporary Art de Berl¨ªn. En ella se invita a artistas, comisarios, cr¨ªticos y dem¨¢s profesionales del mundo del arte que tengan alg¨²n problema de drogadicci¨®n a participar en una cura de desintoxicaci¨®n. Se garantiza privacidad, anonimato y los mejores cuidados a cargo de un equipo de m¨¦dicos especializados en estos tipos de patolog¨ªas. La imagen gr¨¢fica del proyecto, una escalera que conduce a una puerta cerrada, resulta inquietante tanto como su nombre, Cold Turkey, el t¨¦rmino anglosaj¨®n para el s¨ªndrome de abstinencia. La expresi¨®n se hizo famosa en 1969 por ser el t¨ªtulo de una canci¨®n de The Plastic Ono Band, escrita -seg¨²n algunos bi¨®grafos- cuando John Lennon y Yoko Ono dejaron su breve adicci¨®n a la hero¨ªna.
Garantizan el anonimato y el cuidado de m¨¦dicos especializados
El mito dionis¨ªaco ha eclipsado el elemento destructivo de la drogadicci¨®n
Pero, ?qu¨¦ es Cold Turkey- An Invitation? ?una ingeniosa met¨¢fora o una cruda realidad? A pesar de que el proyecto se realiza en un centro de arte (www.kw-berlin.de) y lo firman dos artistas alemanes, Benjamin Blanke (Karlsruhe, 1973) y Claudia Kapp (Friburgo, 1974), se trata de una iniciativa totalmente real que ofrece la posibilidad de someterse, de forma completamente gratuita, a un tratamiento de desintoxicaci¨®n, bajo los cuidados terap¨¦uticos del hospital estatal Havelh?he de Berl¨ªn (no se pierdan su web: www.krankenhaus-havelhoehe.de).
Las estancias se llevar¨¢n a cabo a partir del 1 de abril en el hotel Marienbad, una dependencia que el centro de arte abri¨® en 2008 para hospedar a artistas de todas las disciplinas que, a cambio de su alojamiento, deben ofrecer alg¨²n evento p¨²blico: muestras de obras en proceso, performances, conferencias o conciertos. Cold Turkey es la novena propuesta de un heterog¨¦neo listado que empez¨® con el artista escoc¨¦s Douglas Gordon, autor del ne¨®n de colores con el nombre del hotel que decora la fachada. Las suites de este hotel de nombre sugerente (un gui?o al cine Marienbad de Berlin Alexanderplatz, de Fassbinder, y a la pel¨ªcula de Alain Resnais El a?o pasado en Marienbad) se sit¨²an en un territorio h¨ªbrido entre p¨²blico y privado, entre espacio cotidiano funcional y plataforma creativa.
Los artistas ya han recibido numerosas solicitudes para participar en el proyecto. "Se tratar¨¢ toda clase de adicci¨®n, pero daremos prioridad a los casos m¨¢s serios: alcohol, coca¨ªna, hero¨ªna o anfetaminas", explican Blanke y Kapp, que no parecen interesados en considerar como adicciones la pasi¨®n por los videojuegos, Internet, el sexo o el propio objeto art¨ªstico.
"En el mundo del arte tradicionalmente el consumo de drogas se sit¨²a en un ¨¢rea gris, vinculada con la b¨²squeda del placer y la remoci¨®n art¨ªstica de los tab¨²es. El elemento destructivo de la drogadicci¨®n resulta f¨¢cilmente eclipsado por una iconograf¨ªa embriagadora y el mito de las celebraciones dionisiacas", a?aden los artistas, que trabajaron juntos anteriormente en otros proyectos.
La idea les vino pensando en los hoteles c¨¦lebres, escenarios de desmanes de estrellas del rock y del cine, como el legendario Chateau Marmont del Sunset Boulevard de Hollywood, donde muri¨® John Belushi. "Confortable y an¨®nimo, el hotel Marienbad funciona como un espacio heterot¨®pico y sigue siendo una met¨¢fora de un evento que escapa a toda representaci¨®n y de una ¨¢rea oscura de la sociedad y del mundo del arte que es importante aclarar", concluyen.
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