Mehta regresa a La Scala de la mano de La Fura
La ¨²ltima ¨®pera que dirigi¨® en La Scala fue en 1978 con un montaje de Visconti
La Scala de Mil¨¢n estrena esta tarde una nueva producci¨®n de Tannh?user, de Wagner, en clave mehta-fura, denominaci¨®n familiar con la que el director musical Zubin Mehta y el director teatral Carles Padrissa han bautizado sus proyectos comunes. Mehta no dirig¨ªa ¨®pera en La Scala desde 1978, cuando puso en pie Il trovatore, de Verdi, al lado de Luchino Visconti.
La Fura dels Baus es la primera vez que accede al gran templo de la l¨ªrica, tras una carrera fulgurante en la ¨®pera que comenz¨® en el Festival de Granada de 1996 y en la que han recalado, entre otros lugares, en el Festival de Salzburgo de 1999 o en la ?pera de Par¨ªs en 2007. La expectaci¨®n en Mil¨¢n es grande y viene alimentada por el ¨¦xito que Mehta y Padrissa han obtenido estos ¨²ltimos a?os en Florencia y Valencia con El anillo del Nibelungo de Wagner. Pero La Scala es La Scala y la cita de hoy ha disparado todo tipo de comentarios. Centenares de personas se quedaron sin poder acceder al teatro en el ensayo general del pasado domingo.
Carles Padrissa: "No venimos buscando el esc¨¢ndalo ni la provocaci¨®n"
Padrissa nos cita en la platea de La Scala, en la mesa de control, con todos los materiales de trabajo -planos, bocetos, ordenadores- en activo. Est¨¢ tranquilo o, al menos, lo parece. "No venimos buscando el esc¨¢ndalo ni tan siquiera la provocaci¨®n. Eso tiene otros circuitos, como cuando hicimos XXX. Lo que intentamos en la ¨®pera es una integraci¨®n de las artes esc¨¦nicas con imaginaci¨®n, sorpresa y pasi¨®n, algo que, como es natural, conseguimos algunas veces y otras menos. En cualquier caso es la m¨²sica la que va hilando todas las artes hasta fusionarlas en un ritual esc¨¦nico ¨²nico e irrepetible", dice.
"La identificaci¨®n con Zubin Mehta es total. Con ¨¦l cambio impresiones, discuto y recojo todas sus sugerencias. El punto de partida esc¨¦nico de Tannh?user sali¨® precisamente de una conversaci¨®n con ¨¦l. Le pregunt¨¦ cu¨¢l era su Venusberg ideal y me contest¨® que el de los colores intensos de las mujeres indias en los festivales del Rajhast¨¢n. Tres meses despu¨¦s fui con mi familia a Benar¨¦s y pude comprobar, rodeado de miles de peregrinos en las orillas del Ganges, no solamente la explosi¨®n y sensualidad de los colores a que hac¨ªa referencia Zubin, sino tambi¨¦n que en India se conservan vivas las creencias y costumbres de la Edad Media. Era un lugar ¨®ptimo para ambientar Tannh?user. Entre los letreros de anuncios luminosos y los antiguos templos, entre la industria de Bollywood y las peregrinaciones multitudinarias, se entremezclan eternamente los mundos del Wartburg y el Venusberg, el conflicto entre espiritualidad y deseo irracional al que Wagner hace referencia continuamente en esta ¨®pera", explica.
Y prosigue: "En realidad lo que trato de mostrar es a Tannh?user como un personaje universal, quiero hacer a trav¨¦s de ¨¦l un homenaje a todos los grandes creadores que por diferentes motivos han vivido tr¨¢gicamente entre el Venusberg y el Wartburg, entre la pasi¨®n y la raz¨®n espiritual. Es el caso de Marilyn Monroe, de Giordano Bruno, de Pasolini, de Schubert, de Janis Joplin, de Mozart, de John Lennon, de Dal¨ª, de Modigliani y hasta del propio Wagner. La lista es interminable".
Trabaja Padrissa en esta ocasi¨®n con Roland Olbeter como escen¨®grafo, Chu Uroz como figurinista y Franc Aleu como responsable de las im¨¢genes de v¨ªdeo. "Son colaboradores habituales de La Fura. Olbeter ha construido una mano izquierda robotizada de aluminio y poli¨¦ster de 11 metros de alto y 1,3 toneladas de peso con varios significados. En primer lugar, es la mano donde est¨¢ escrito el destino de Tannh?user, una l¨ªnea muy marcada sobre su palma que discurre claramente hasta el monte de Venus. M¨¢s tarde es el ¨¢rbol donde se aparece la Virgen y tambi¨¦n es la mano con la que Guido d'Arezzo invent¨® el pentagrama. Es asimismo la mano gentil de Elisabeth que nos invita al palacio donde va a tener lugar el concurso de canto, el templo donde ella misma reza al comienzo del tercer acto, y la mano inflexible y acusadora del Papa que tanto mortifica a Tannh?user. Franc Aleu, nuestro creador neodaliniano de proyecciones c¨®smicas, consigue con el v¨ªdeo im¨¢genes interactivas con el cuerpo de baile. Chu Uroz capta perfectamente con su vestuario multimedia la sensualidad de los colores orientales y desarrolla su gusto por el brillo. Entre todos consiguen que la luz se convierta en aire, lo que va muy bien a la m¨²sica de Wagner". Padrissa ha fichado tambi¨¦n como dramaturgo a Hans Peter Lehmann, antiguo colaborador de Wieland Wagner y responsable de las reposiciones de sus montajes despu¨¦s de su muerte. Piensa as¨ª que algo de Wieland y quiz¨¢s de Appia permanecer¨¢ intangiblemente en sus soluciones esc¨¦nicas.
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