Silencios de bronce en gira
Once esculturas monumentales del mexicano Rivelino recalan en Madrid
El busto de don Juan de Borb¨®n, la escultura desmontable de Miguel Berrocal y las otras 17 obras monumentales que pueblan el parque Juan Carlos I tienen desde hoy compa?¨ªa. El artista mexicano Rivelino Moreno Valle (San Jos¨¦ de Gracia, Jalisco, 1973) termin¨® ayer de montar Nuestros silencios, un conjunto escult¨®rico de 11 piezas de bronce que se quedar¨¢ en Madrid hasta el pr¨®ximo 16 de abril tras haber pasado por Lisboa. Luego viajar¨¢ a Bruselas, Berl¨ªn, Roma, Londres, Par¨ªs y otros destinos antes de regresar a M¨¦xico. "Quer¨ªamos que llegara a Madrid para la conmemoraci¨®n del Bicentenario de la Independencia de M¨¦xico", dice este artista autodidacta, que tropez¨® por casualidad con un taller de artes pl¨¢sticas mientras estudiaba Psicolog¨ªa y decidi¨® de un plumazo que ¨¦se era su destino. Desde entonces han pasado 15 a?os y este ceramista y escultor no ha dejado ni un solo momento su compromiso con la creaci¨®n.
Una determinaci¨®n que le ha llevado a ser el autor del mayor proyecto de arte p¨²blico mexicano con un itinerario internacional. "Nuestros silencios habla de la libertad de expresi¨®n", explica Rivelino. "Vengo de M¨¦xico, donde hay muchos silencios y se escucha poco las palabras de la gente. Pero eso pasa en muchos pa¨ªses: la gente no puede decir lo que piensa, o c¨®mo lo piensan, o si lo dicen corren alg¨²n riesgo". Pero no s¨®lo se refiere a la censura que viene de fuera. "Se piensa que la libertad de expresi¨®n es algo colectivo, pero tambi¨¦n hay una gran autorrepresi¨®n individual que empieza cada d¨ªa ante el espejo con lo que uno quiere o no quiere aceptar". Las 10 esculturas -de casi tonelada y media de peso y 4 metros de altura cada una- son bustos gigantes que re¨²nen en un solo rostro los rasgos de todas las razas: "He querido levantar la voz con estas esculturas para decirle a la gente '?habla! ?comun¨ªcate!", dice Rivelino.
Junto a los 10 bustos gigantes, una misteriosa caja de bronce encierra una sorpresa. "Yo quer¨ªa que fuera una obra integradora, que todo el mundo pudiera disfrutar. Y me di cuenta de que, si ven¨ªa un sordo o un inv¨¢lido, podr¨ªan verla, pero no un ciego. No podr¨ªa tocarlas y entenderlas porque son muy grandes". As¨ª naci¨® la Caja t¨¢ctil, un cubo de bronce que guarda cuatro r¨¦plicas de los bustos de menor tama?o y que se pueden tocar a trav¨¦s de orificios que dejan paso a los brazos.
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