Cr¨®nica de una verg¨¹enza anunciada
Cada vez que se anuncia una corrida de Juan Pedro Domecq en Valencia, es como para echarse a temblar. Es el presagio de un lamentable espect¨¢culo. No fallaron los pron¨®sticos que anunciaban la borrasca. Y as¨ª fue. Vistos los antecedentes, no se entiende que la nueva empresa caiga tambi¨¦n en la trampa. Es como si la corrida de ayer la hubieran organizado desde las trincheras antitaurinas. No hubiera salido tan mal. Seguro.
De los seis toros que pasaron el reconocimiento los cuatro primeros fueron otros tantos torillos. Con apenas defensas, hechuras de eralotes e inv¨¢lidos. No se puede pedir m¨¢s. Si a tal desastre se le a?ade su empalagosa dulzura, el resultado es obvio. Con esos cuatro toros de sopa boba, jugaron Aparicio, en su lote, y Morante y Cayetano en los primeros de turno. Aparicio, por ejemplo, esboz¨® con suavidad derechazos con la muleta a media altura. Pero ni por esas. El torete claudic¨® varias veces. En el intrascendente cuarto son¨® la m¨²sica sin que nadie la pidiera en medio de un trasteo incoloro, inodoro e ins¨ªpido y con goteo de enganchones. Nadie entend¨ªa nada. Posiblemente tampoco hac¨ªa falta.
DOMECQ / APARICIO, MORANTE, CAYETANO
Toros de Juan Pedro Domecq, sin trap¨ªo, sosos y muy blandos.
Julio Aparicio: dos pinchazos y entera (silencio); dos pinchazos, media baja y descabello (silencio). Morante de la Puebla: pinchazo hondo (saludos); dos pinchazos y dos descabellos (bronca). Cayetano: dos pinchazos, entera -aviso- tres descabellos (silencio); bajonazo y descabello (palmas).
Plaza de Valencia, 18 de marzo. Octava de feria. Casi lleno.
El segundo, de capa jabonera, atropell¨® e hizo alguna cosa fea con la capa. No promet¨ªa futuro para un torero como Morante. Pero el sevillano, decidido, dej¨® detalles de su personal pl¨¢stica. Muy est¨¦tico con la diestra ante un torillo sin entrega. Al natural la cosa no pint¨® igual. Luego, alg¨²n arabesco art¨ªstico para dejar al personal m¨¢s contento que unas pascuas. El quinto, toro de m¨¢s caja y apariencia, se lo pens¨® mucho a la hora de ir al capote. Luego manse¨® en varas. Tres entradas, dos salidas y media de huida. Con todo, al de turno le dio tiempo para dejar al toro picado y muy picado. Y como los artistas no saben enga?ar, Morante fue sincero consigo mismo. Una colada nada m¨¢s montar la muleta fue suficiente raz¨®n para que el sevillano le quitara las moscas. Macheteo por la cara y a otra cosa, mariposa. Un suspiro le dur¨® ese toro. Mont¨® la espada y adi¨®s muy buenas.
Un tullido m¨¢s fue el tercero, que dej¨® a Cayetano mostrar su buen gusto sobre la derecha. F¨¢cil tambi¨¦n se le vio. Cuando se ech¨® la muleta a la izquierda se hizo un l¨ªo y desisti¨®. En los doblones finales el toro, que sorprendi¨® por su gesto traicionero, se lo llev¨® por delante de manera espectacular. Nadie esperaba un trance as¨ª. Al final del festejo lo trataron en la enfermer¨ªa de una contusi¨®n en un dedo de la mano derecha. El sexto, el otro toro m¨¢s pasable de tan impresentable corrida y que era el que mejor apuntaba de juego, se peg¨® un testarazo contra un burladero que acus¨® para los restos. Cayetano lo intent¨® pero result¨® vano el esfuerzo. No hab¨ªa toro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.