El poder de los directores de las escuelas divide a la comunidad educativa
Un decreto que prepara la Generalitat agita los claustros
El decreto que prepara la Generalitat para dar m¨¢s poder a los directores de institutos y escuelas p¨²blicas tiene dividida a la comunidad educativa. El borrador del decreto, que circula desde hace d¨ªas y agita los claustros, da a los directores m¨¢s atribuciones para organizar la docencia, refuerza su papel en la administraci¨®n de los centros y consolida de forma progresiva sus incentivos econ¨®micos. Los directores podr¨¢n proponer la asignaci¨®n de complementos retributivos de los profesores, siempre teniendo en cuenta "los criterios establecidos por el Gobierno". Tambi¨¦n podr¨¢n participar en la evaluaci¨®n de las funciones de los profesores y seleccionar a los interinos, dentro de la bolsa oficial (v¨¦ase EL PA?S de ayer). Los directores ser¨¢n autoridad p¨²blica. Es decir, sus informes tienen presunci¨®n de veracidad.
Seis de cada 10 directores son designados por la Administraci¨®n
Para el personal fijo, el director podr¨¢ pedir a la Admistraci¨®n que algunos docentes cumplan algunos requisitos "de titulaci¨®n o capacitaci¨®n", para ayudar a lograr los objetivos del proyecto del centro escolar. Con estas medidas, Educaci¨®n quiere poner a los directores a la cabeza de los proyectos docentes y estimular a los profesores a ser directores.
Ahora faltan candidatos. Seis de cada 10 directores son designados por Educaci¨®n, seg¨²n datos de la Generalitat. Los incentivos econ¨®micos consisten en que se consolidar¨¢ el complemento de direcci¨®n cada cuatro a?os: el 15% al cuarto a?o, el 35% a los ocho, el 55% a los 12 y el 75% a los 16 a?os, en vez de al final de todo periodo de direcci¨®n como ocurre ahora. El complemento de direcci¨®n suele oscilar entre el 20% y el 25% del salario medio de un profesor. En el terreno organizativo, se busca dar capacidad a los directores para "resolver las faltas de asistencia y puntualidad no justificadas del personal". Estas propuestas est¨¢n ligadas a la autonom¨ªa de los centros y al despliegue de la Ley de Educaci¨®n. Los cinco sindicatos de profesores est¨¢n en contra y el pasado d¨ªa 17 hicieron su cuarta huelga de esta legislatura.
Familias de alumnos, profesores, sindicatos y los propios directores mantienen posiciones muy distintas sobre las atribuciones de la direcci¨®n de los centros. Francisco Salmer¨®n, director de la escuela Joan Sallar¨¦s i Pla, de Sabadell, est¨¢ a favor de los cambios. "La autonom¨ªa de las escuelas y la profesionalizaci¨®n de las direcciones son necesarias. En muchos claustros de los centros nadie quiere ser director y, al final, el cargo va rotando como pasa con los presidentes de las comunidades de vecinos. Esto no puede ser", dice Salmer¨®n. "La direcci¨®n requiere liderazgo docente y una especializaci¨®n. Un centro no es s¨®lo lo que se ense?a. Cada vez hay m¨¢s problemas sociales y hay que gestionarlos".
Josep Maria P¨¦rez, director del Instituto Infanta Isabel de Arag¨®n, de Barcelona, tambi¨¦n respalda los cambios en ciernes. "El director tiene que ser un profesional de la gesti¨®n que tenga una formaci¨®n espec¨ªfica para ello. Por eso, est¨¢ bien que la Generalitat prevea esa formaci¨®n. Un centro escolar es algo complejo que requiere dedicaci¨®n y reparaci¨®n", a?ade P¨¦rez. "No es bueno que falten candidatos a dirigir un instituto. Con un equipo m¨¢s profesionalizado se reforzar¨¢ el proyecto de direcci¨®n".
En cambio, Victoria Geijo, jefa de estudios de la escuela L'Aixernador, de Argentona, pone reparos a que se incremente el poder de los directores. "Los directores se convertir¨¢n en delegados del departamento en las escuelas. Ser¨¢n como los gerentes de una empresa y la funci¨®n de un gerente ya se sabe que tiene que ver m¨¢s con gestionar una mercanc¨ªa, aunque en este caso se trate de educar ni?os. No me gusta que se apunte que los directores podr¨¢n crear los cargos que crean necesarios en un centro porque eso entra?a el riesgo de que se dejen vacantes algunas ¨¢reas. Pero, en cambio, no me parece mal que el director act¨²e en casos de faltas leves como la impuntualidad".
Joan Ortiz, profesor del Instituto Dami¨¤ Campeny, de Matar¨®, mira con recelo los cambios. "En los centros debe haber alguien que responda, pero si los directores tienen m¨¢s poder de decisi¨®n, se corre el riesgo de que haya favoritismo y de que se conviertan en un jefe de personal de los centros. Hasta ahora, el director ha sido muchas veces el centro de las quejas, m¨¢s que la persona que daba ¨®rdenes", remacha Ortiz. "Veo riesgo de que se pierda la cultura de equipo que hay ahora en los claustros de profesores".
Walter Garc¨ªa, presidente de la FAPAC, la mayor asociaci¨®n de familias de alumnos de centros p¨²blicos, est¨¢ a favor. "La direcci¨®n es una cuesti¨®n fundamental. Los centros necesitan liderazgo para llevar a cabo su proyecto. En algunos centros ya lo hay, pero en otros no, y ahora ganar¨¢n".
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