Kurosawa, centenario y ruina
La quiebra de la fundaci¨®n del laureado director japon¨¦s frustra la celebraci¨®n del aniversario de su nacimiento - Su hijo es investigado por una presunta malversaci¨®n
En Jap¨®n nadie dir¨ªa que ma?ana se cumple un siglo del nacimiento del cineasta m¨¢s influyente del pa¨ªs y uno de los m¨¢s laureados en la historia del s¨¦ptimo arte: Akira Kurosawa (1910-1998). El preocupante silencio institucional se debe aparentemente a que los fastos del aniversario reca¨ªan enteramente sobre la Fundaci¨®n Akira Kurosawa, dirigida por Hisao Kurosawa, hijo del director y productor en sus ¨²ltimos filmes.
A finales de enero, el diario Yomiuri Shimbun inform¨® de que unos 300.000 euros del patrimonio de la fundaci¨®n se hallaban en paradero desconocido y que Hisao Kurosawa est¨¢ siendo investigado por posible malversaci¨®n, lo que viene a significar que la fundaci¨®n est¨¢ literalmente arruinada. As¨ª pues, los eventos planeados quedan en suspenso, entre ellos, una gira mundial bautizada como AK100 que, para esc¨¢ndalo de fans, contaba con una chirriante identidad gr¨¢fica del dibujante franc¨¦s Moebius (Jean Giraud).
Se desconoce el paradero de unos 300.000 euros de la instituci¨®n
Las actividades de la gira en honor del creador de 'Ran' se han suspendido
Oblig¨® a disparar flechas de verdad sobre el actor Toshiro Mifune
Coppola y Lucas le proporcionaron apoyo financiero en sus ¨²ltimos filmes
Peor a¨²n que la suspensi¨®n de actos en Jap¨®n es la congelaci¨®n del estreno del documental inacabado sobre teatro noh que film¨® Kurosawa en los ochenta y el metraje in¨¦dito que lleg¨® a rodar para Tora!, Tora!, Tora! antes de abandonar el proyecto. La ¨²nica buena noticia para los seguidores del realizador ha sido el lanzamiento en mayo de 2009 de una p¨¢gina web (www.afc.ryukoku.ac.jp/Komon/kurosawa/index.html) promovida por la fundaci¨®n que incluye unos 20.000 documentos entre guiones, notas de producci¨®n, fotograf¨ªas personales y de rodaje, storyboards o bocetos firmados por el propio cineasta, gran enamorado de la pintura. Lo malo: que su traducci¨®n a otros idiomas a¨²n est¨¢ pendiente.
De esta manera, los fans de Kurosawa tendr¨¢n que conformarse de momento con relanzamientos de sus t¨ªtulos en DVD, ciclos puntuales o rumores sobre remakes de pel¨ªculas como Vivir. Los problemas de la fundaci¨®n, sin embargo, no afectar¨¢n a lo organizado en Espa?a por el cr¨ªtico e historiador Josep Maria Caparr¨®s, que llevar¨¢ a 12 ciudades -arranc¨® la semana pasada en Las Palmas- ciclos de cine, seminarios y una exposici¨®n de dibujos de Kurosawa, entre otras actividades. Resulta a¨²n m¨¢s triste pensar que en 2010 tambi¨¦n se cumplen 60 a?os desde el estreno de Rashomon, que gan¨® el Le¨®n de Oro en Venecia y descubri¨® al mundo entero el inmenso talento de Akira Kurosawa.
Basado en dos relatos del c¨¦lebre escritor Ryonosuke Akutagawa, Rashomon concentra buena parte de los m¨¦todos que hicieron famoso al director, como el uso de la multic¨¢mara, el empleo de la luz natural o su peculiar forma de trabajar con los actores, a los que sol¨ªa sumergir en el universo narrativo de cada filme de una manera que rayaba en lo obsesivo. Hizo disparar flechas de verdad sobre el actor Toshiro Mifune en la secuencia final de Trono de sangre. De hecho, su fama de director perfeccionista, caprichoso y autoritario le hizo ganarse el apodo de El Emperador.
Antes de Rashomon, la historia de Kurosawa es la de un ni?o nacido en el antepen¨²ltimo a?o de la era Meiji (1868-1912), en el seno de una acomodada familia tokiota de estirpe samur¨¢i. Entre las figuras que marcaron su infancia est¨¢ su desp¨®tico padre Isamu (al que siempre recordaba enojado y puliendo su katana con polvos abrasivos, seg¨²n narra el maravilloso documental A. K. de Chris Marker), que le inculc¨® su amor por las pel¨ªculas. Y sobre todo le influy¨® su hermano mayor, Heigo, personaje brillante y oscuro que trabaj¨® como benshi (narrador de cine mudo en las salas) antes de suicidarse. Tuvo tiempo para dejarle una perla imborrable: cuando ambos hermanos caminaban por las desoladas calles de Tokio tras el terremoto de 1923 que acab¨® con la vida de unas 100.000 personas, Heigo oblig¨® a Akira, que ten¨ªa 13 a?os, a mirar directamente a los cad¨¢veres para "superar sus miedos".
El inicio de su carrera como director estuvo marcada por la falta de libertad creativa, pero las presiones se fueron rebajando a finales de los cuarenta y en 1950 lleg¨® Rashomon. A partir de aqu¨ª, y fruto de su estrecha colaboraci¨®n con los actores Takashi Shimizu y Toshiro Mifune, se suceder¨ªan algunos de los t¨ªtulos que m¨¢s han influido a directores de todo el planeta. Son la enternecedora Vivir (1952), la ¨¦pica Los siete samur¨¢is (1954), Trono de sangre (1957), calificada por Harold Bloom como la mejor adaptaci¨®n de Macbeth, La fortaleza escondida (1958) -que inspir¨® a George Lucas los personajes de C3PO y R2D2- o Yojimbo (1961), maravillosamente plagiada por otro grande, Sergio Leone, en Por un pu?ado de d¨®lares.
Ya entonces, Kurosawa se enfrentaba a los cr¨ªticos japoneses que le acusaban de ser demasiado occidental, empe?ado en llevar a la pantalla la literatura de Dostoievski, Shakespeare, Gorki o Simenon, en cuyas novelas se inspir¨® para rodar El perro rabioso (1949). Las acusaciones le pasaron factura dentro de la industria nipona, que a finales de los sesenta lo consider¨® ya manido y lo empuj¨® a una lucha constante para lograr financiar sus trabajos.
Despu¨¦s del estreno en 1970 de Dodeskaden, Kurosawa intent¨® suicidarse. Logr¨® reponerse y filmar la que fue su ¨²nica pel¨ªcula producida en el extranjero, Dersu Uzala (1975), un alegato contra la desnaturalizaci¨®n del hombre moderno. Ya casi ciego, y con el apoyo financiero de George Lucas, Francis Ford Coppola o el franc¨¦s Serge Silberman, rod¨® en la siguiente d¨¦cada la monumental Kagemusha (1980) y la poderosa f¨¢bula Ran (1985), su obra cumbre para muchos y por la que fue candidato al Oscar. Perdi¨®, aunque en 1989 obtuvo la estatuilla honor¨ªfica. Sali¨® a recogerla pertrechado tras sus famosas gafas ahumadas, que eran su homenaje a su admirado John Ford.
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