Sue?os de baloncesto
La Vilagarc¨ªa Basket Cup congregar¨¢ a 2.500 deportistas en un evento singular
"Esto s¨®lo puede ser obra de un visionario o un lun¨¢tico", previene Pepe Laso, maestro de entrenadores, tan curtido con la elite como con la base, cuando se le pregunta sobre la Vilagarc¨ªa Basket Cup. Los datos muestran la dimensi¨®n de una competici¨®n que agrupa a jugadores de baloncesto desde edad benjam¨ªn a sub-20, que precisa de los 7.000 metros cuadrados del Recinto Ferial de Fexdega para acoger a m¨¢s de 2.500 deportistas y, en total, a 15.000 personas.
El acontecimiento necesita del esfuerzo de un centenar de operarios y miembros de la organizaci¨®n para, en fin, conseguir que el jueves, viernes y s¨¢bado de la Semana Santa sean temporada alta en Arousa y Saln¨¦s, donde apenas quedan camas disponibles y se generar¨¢ un volumen de negocio de unos 600.000 euros. Pero hay algo m¨¢s que n¨²meros, hay coraz¨®n. "Si lo organizara una empresa no ser¨ªa lo mismo. Yo he visto a mi hermana hacer 3.000 croquetas en mi casa. Aqu¨ª hay mucho cari?o, sin ¨¦l ser¨ªa un negocio y seguro que resultar¨ªa mucho m¨¢s caro que los 180.000 euros que tenemos este a?o de presupuesto", resume Alberto Blanco, el visionario al que se refer¨ªa Laso.
"Esto s¨®lo puede ser obra de un visionario o de un lun¨¢tico"
15.000 personas llenar¨¢n los hoteles de la zona durante el evento
Blanco vive en un carrusel entre continuos desaf¨ªos y luchas intestinas, tanto en el Obradoiro, donde como director deportivo contribuy¨® a armar el equipo ACB antes de que las luchas por el poder le apartaran de la primera l¨ªnea, como en Vilagarc¨ªa, donde durante las ¨²ltimas semanas se han sucedido diversas batallas para determinar c¨®mo y qui¨¦n se hac¨ªa cargo del coste de abrir el recinto ferial.
Cualquiera podr¨ªa sucumbir hastiado, pero el pasado viernes a Blanco se le iluminaba la cara cuando pisaba Fexdega para pilotar los primeros pasos del montaje en el que se trabajar¨¢ los pr¨®ximos diez d¨ªas. Un croquis dibujado a mano le serv¨ªa para perfilar la ubicaci¨®n de las 1.106 piezas de parqu¨¦ que conforman la pista principal, la de los 2.600 asientos que la rodean, la colocaci¨®n de las otras canchas o de la zona l¨²dica en la que los ni?os disfrutar¨¢n de videojuegos, hinchables e incluso aprender¨¢n a hacer canelones de at¨²n.
"Nuestra esencia es ofrecer buenos equipos, mucho p¨²blico y espect¨¢culo: payasos, animadores, cheerleaders... Queremos ofrecer algo m¨¢s que un torneo de baloncesto. La canasta es el motor, pero no el eje", matiza Blanco, al que la Vilagarc¨ªa Cup ayud¨® a hacer un nombre en el mapa baloncest¨ªstico nacional. Hace 15 a?os era apenas un joven entrenador de provincias, un so?ador que con 25 a?os se fue en verano dos meses a Estados Unidos para empaparse de baloncesto. All¨ª, en un campus, entabl¨® relaci¨®n con Fabio Trolese, un entrenador italiano que acab¨® invitando a Blanco y su equipo, el cadete del Vilagarc¨ªa, a jugar un torneo en Treviso, la sede de la entonces triunfante Benetton.
No hizo falta m¨¢s. A las cinco de la ma?ana del primer d¨ªa de 1996, un autocar, que se acab¨® de pagar dos a?os despu¨¦s, parti¨® desde Arousa hacia el V¨¦neto. "Jugamos y nos sentimos en la obligaci¨®n de devolverles la invitaci¨®n", recuerda Blanco. Fue as¨ª como naci¨® un torneo cadete "con una idea de internacionalidad", que evolucion¨® a escaparate para las mejores promesas del baloncesto europeo. Jugadores NBA como Korolev, Samb, Planinic o Marc Gasol han pasado por Vilagarc¨ªa. "M¨¢s de 100 jugadores llegaron a Euroliga, ACB o LEB Oro", detalla Alberto Blanco, que espera la pr¨®xima semana una decena de ojeadores enviados por equipos de la NBA para presenciar la competici¨®n sub 20, pero que no descuida el resto de citas paralelas.
Esas citas consisten en la Basket Cup Base, un torneo l¨²dico para equipos mixtos en edad benjam¨ªn y alev¨ªn, en pistas de goma, cuatro contra cuatro, sin marcador, o la Future Stars, que agrupar¨¢ a equipos infantiles, cadetes y juveniles y que marca el camino para los pr¨®ximos a?os, porque Blanco no se arredra. "Podemos crecer y lo vamos a hacer", advierte. Aunque tambi¨¦n marca el camino. "Esto no puede ser de Alberto Blanco y sus amigos, ni siquiera del Club Baloncesto Vilagarc¨ªa, sino patrimonio de una ciudad y hay que profesionalizarlo".
Tras la brega para conseguir que la Vilagarc¨ªa Basket Cup no faltase este a?o a su cita, Alberto Blanco consigui¨® arrancar un compromiso a los pol¨ªticos: que en tres meses se constituya una fundaci¨®n que integre a organizadores e instituciones para hacerse cargo del torneo, del campus que se celebra en verano o de generar nuevas actividades y obrar como dinamizador social de la ciudad. En juego est¨¢ que la Basket Cup siga en Arousa. "Ya hemos tenido ofertas para llevarla a otros lugares de Galicia", revela Blanco. Y con ella se ir¨ªan las 15.000 personas, los 600.000 euros y, seguramente, el cari?o.
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