El sue?o alado de Alberto S¨¢nchez remonta el vuelo
Una exposici¨®n recupera la escultura in¨¦dita 'Monumento a los p¨¢jaros'
La penuria acompa?¨® la vida de Alberto S¨¢nchez. El padre, junto a Benjam¨ªn Palencia, de la escuela de Vallecas muri¨® en 1962 en Mosc¨². En un exilio que no s¨®lo le alej¨® del paisaje castellano sino tambi¨¦n de su pulsi¨®n creativa, tan enraizada en aquella dura tierra. En una caja, escondido durante a?os en diferentes pisos moscovitas, quedaba en el olvido el sue?o del viejo escultor toledano: las piezas de la escultura Monumento a los p¨¢jaros, obra ideada para reproducirse a gran escala y servir as¨ª de cobijo a p¨¢jaros y alima?as en el cerro Almod¨®var, un campo de las afueras de Madrid.
La exposici¨®n Monumento a los p¨¢jaros. Hito y mito (que permanecer¨¢ en el centro El ?guila de la Comunidad de Madrid hasta el 9 de mayo) recupera ahora el trabajo de Alberto alrededor de un monumento que se convirti¨® en un s¨ªmbolo de libertad en un p¨¢ramo hostil. Miguel Hern¨¢ndez le dedic¨® estos versos: "Es el ¨²nico escultor del rayo, el ¨²nico que graba el color de la madrugada, el ¨²nico que ha hecho un monumento a los p¨¢jaros y una estatua al bramido". Y Jorge Oteiza ("fue Alberto la primera influencia, la verdaderamente decisiva y permanente para m¨ª", dec¨ªa el artista vasco) lo defini¨® como un escultor de "racionalismo biol¨®gico, pl¨¢stica social y po¨¦tica pol¨ªtica".
Era un escultor "de pl¨¢stica social y po¨¦tica pol¨ªtica", seg¨²n Jorge Oteiza
La primera versi¨®n del Monumento a los p¨¢jaros (un vaciado en yeso con incisos en la superficie) data de los a?os treinta, pero durante la Guerra Civil desapareci¨®. Las fotograf¨ªas que se conservan de ella fueron tomadas por el arquitecto Enrique Segarra. En 1957, Alberto realiza en Mosc¨² una segunda versi¨®n, que es la que ahora se ha recuperado y que se expone junto a una restituci¨®n realizada por el fundidor Eduardo Capa.
"Mi padre ten¨ªa especial predilecci¨®n por esta obra", recuerda el hijo de Alberto, Alca¨¦n S¨¢nchez Sancha. "Pero la historia es prosaica. Ten¨ªa una hernia discal que le imped¨ªa cargar peso y en uno de los traslados de casas la dej¨® detr¨¢s". La escultura nunca se expuso. Viaj¨® desmenuzada de casa en casa, del barrio de Cheriomushki a la avenida Lenin, oculta en armarios y cajas.
"As¨ª fue hasta que la encontraron a?os despu¨¦s, en un altillo, impregnada de olor a arenques", recuerda Rafael Zarza, comisario de la exposici¨®n e impulsor de un proyecto de recuperaci¨®n de una escultura tan in¨¦dita como llena de claves. "Claves determinantes", a?ade Zarza, "para el arte espa?ol de vanguardias hist¨®ricas, tan lleno de vicisitudes. Alberto hizo land art cuando el land art no exist¨ªa".
Alberto, nacido en 1895, era hijo de un panadero de Toledo y no aprendi¨® a leer hasta los 15 a?os. En Madrid sobrevivi¨® como pudo. Trabaj¨® como repartidor de pan y en una herrer¨ªa. Hasta que descubri¨® el museo Antropol¨®gico, el Prado y el socialismo. Las tres grandes influencias de su futuro.
Alberto representaba un "arte nacional", recuerda Antonio Bonet Correa, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que en lugar de emigrar a Par¨ªs defend¨ªan una tradici¨®n arraigada en el paisaje: "Alberto y Benjam¨ªn Palencia decidieron quedarse en Madrid. La tierra ¨¢spera y ¨¢rida, de severa y trabajada fisionom¨ªa, de los campos de Vallecas contemplados desde aquel cerro les tra¨ªa a la memoria a Don Quijote, a Zurbar¨¢n, al Greco y a Vel¨¢zquez. Desde lo alto lanzaron la consigna de su credo y su 'fe pl¨¢stica': ?Vivan los campos libres de Espa?a!".
Su participaci¨®n con la obra El pueblo espa?ol tiene un camino que conduce a una estrella en el pabell¨®n de la Rep¨²blica Espa?ola en la Exposici¨®n de Par¨ªs de 1937 lo encumbr¨®. All¨ª estaban, entre otros, el Guernica, de Picasso, y el Pay¨¦s catal¨¢n, de Mir¨®. Pero la Guerra Civil, el exilio y, m¨¢s tarde, el estalinismo, acabaron con su carrera. Convertido en profesor de dibujo en Mosc¨², el r¨¦gimen le empuj¨® a dejar sus aspiraciones burguesas de artista. Aislado y sin proyecci¨®n, no renunci¨® a su sue?o, acaso confiado en las palabras de Miguel Hern¨¢ndez: "Un d¨ªa [Alberto] expondr¨¢ sus obras alrededor del Tajo o en un lugar m¨¢s dif¨ªcil de los Montes de Toledo".
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dej¨® ayer abierta la puerta a una posible construcci¨®n en los cerros de Vallecas del Monumento a los p¨¢jaros. A lo que el hijo de Alberto repuso sonriente con su acento ruso: "Yo soy realista. Pido lo imposible".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.