El sue?o imposible de la Feria de San Isidro

Los carteles de las pr¨®ximas ferias de San Isidro y el Aniversario est¨¢n a punto de salir del horno. Y cuando a¨²n no son oficiales, pero est¨¢n humeantes las combinaciones de toros y toreros, chisporrotean las cr¨ªticas ante lo que muchos consideran una versi¨®n actualizada de un ciclo largo y aburrido, cuajado de fracasados hierros ganaderos y hombres vestidos de luces, muchos de los cuales ya dejaron sobre el albero vente?o las ¨²ltimas gotas de una ilusi¨®n que, obligatoriamente, renuevan a?o tras a?o.

Se sabe que habr¨¢ m¨¢s de un mes de toros: 1 y 2 de mayo (Feria de la Comunidad); del 6 al 30 de mayo, Feria de San Isidro; del 31 de mayo al 6 de junio, Feria del Aniversario, y una corrida m¨¢s el 12 de junio. Se sabe que Jos¨¦ Tom¨¢s estar¨¢ anunciado dos tardes -el 3 de junio, con toros de Victoriano del R¨ªo, y el 12, con astados de El Ventorrillo-; que Sebasti¨¢n Castella -uno de los triunfadores del a?o pasado en esta plaza- actuar¨¢ tres tardes, al igual que El Fundi, quien, en pocas horas, pas¨® de estar fuera de los carteles a lidiar tres corridas, por obra y gracia de las extra?as negociaciones taurinas ("Si usted quiere que yo abra su cartel, me tiene que dar dos tardes m¨¢s"... "?Ah, no!, lo que te puedo ofrecer es otra y no se hable m¨¢s"... "Pues, en ese caso, no voy"... "Pues, no vengas"). Y entonces dice que llega Jos¨¦ Tom¨¢s -su apoderado, se entiende- y hace valer (se supone) el contrato que ten¨ªa firmado con la empresa, que inclu¨ªa a El Fundi, y aqu¨ª paz y, despu¨¦s, gloria. Alfombras mullidas para El Fundi para evitar el enfado de Tom¨¢s. El torero de Fuenlabrada, que importaba muy poco a la empresa, se convierte en uno de los diestros sobresalientes del ciclo ferial. Incomprensible, pero cierto.

Acuden dos tardes toreros como El Cid, El Juli, Daniel Luque, Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, Miguel ?ngel Perera, Julio Aparicio, Morante de la Puebla, Cayetano, Alejandro Talavante... Y larga, muy larga, es la lista de los que ya no duermen pensando en esa ¨²nica oportunidad que el empresario de Madrid y todos los santos del cielo le han puesto en el camino de su vida para decir adi¨®s al ostracismo.

Y nada nuevo bajo el sol ganadero. Victorino ya anunci¨® su ausencia; parece que tampoco estar¨¢ el hierro de Los Recitales, que triunf¨® el a?o pasado, y abundan los nombres conocidos y apetecidos por las figuras, con la esperanza de que la rueda de la fortuna les ponga delante de un tonto-toro-¨²til que les permita demostrar todo el arte que atesoran.

Treinta y cinco festejos son muchos; demasiados, sin duda. Pero la fiesta de los toros es, ante todo, un negocio. San Isidro es una m¨¢quina de hacer dinero, y entre los perseverantes y cr¨ªticos aficionados del tendido 7 -un recuerdo para el conocido Salvador Valverde (?a qui¨¦n defiende la autoridad?), recientemente fallecido-, los de traje, puro y entrada de regalo, que son legi¨®n (ni idea de toros) y los espa?oles y extranjeros de paso por la capital, la plaza de Las Ventas rebosa de p¨²blico tarde tras tarde, sea cual sea el cartel de toros y toreros.

El ciclo carece de inter¨¦s porque no hay toreros para tantas corridas. Toreros interesantes, se entiende. Y los que lo son, reh¨²yen el compromiso como si les fuera la vida. No tiene l¨®gica que Tom¨¢s y Morante toreen s¨®lo dos tardes; o El Cid, Perera, Cayetano, Juli, etc¨¦tera... ?C¨®mo cambiar¨ªa la Feria de San Isidro si cada uno de ellos estuviera anunciado en cinco corridas...!

Ay, los toreros, los grandes culpables de la paup¨¦rrima situaci¨®n de la tauromaquia moderna. Ay, si ese grupo de elegidos firmaran un taurino Pacto de Toledo para acabar con el toro bobo -el fiasco de las recientes Fallas es s¨®lo el pr¨®logo de lo que nos espera- y con los ganaderos del ladrillo y exigieran una fiesta ¨ªntegra...

El ciclo de San Isidro carece de inter¨¦s porque no hay toros. Y si los hay bravos, fieros y encastados, no se los conoce, porque las figuras se esmeran en que acaben sus d¨ªas en una plaza port¨¢til. Saldr¨¢n, pues, muchos toros noqueados e inv¨¢lidos para desesperaci¨®n del respetable. La realidad es as¨ª de dura. Lo otro es el sue?o imposible de la Feria de San Isidro.