"No s¨¦ escribir de otro modo que con dureza"
El ¨²nico gesto espont¨¢neo de Marie Ndiaye (Pithiviers, Francia, 1965) es una brev¨ªsima apertura desmesurada de ojos en alguna pregunta. El resto de esta mujer de padre senegal¨¦s, que la abandon¨® junto a su madre francesa, est¨¢ bajo un control f¨¦rreo total: brazos cruzados, hilo de voz, sobrio jersey negro bajo pendientes blancos, mirada de soslayo a su interlocutor cuando cree que no la ve... Son gestos que traducen, de alguna manera, su literatura, donde fluye, bajo aparente normalidad, angustia, humillaci¨®n, odio.
Precoz escritora desde los 17 a?os, Premio F¨¦mina 2001 (Rosie Carpe), ¨²nica mujer con una obra en el repertorio de la Com¨¦die Fran?aise (Papa doit manger, 2003), con Tres mujeres fuertes (Acantilado / Quaderns Crema, en catal¨¢n) fue la novena mujer (primera negra) en ganar el Goncourt (610.000 ejemplares en Francia). En el que dice la cr¨ªtica que es su mejor libro para conocer su obra, se describen las historias de tres mujeres "sometidas a los dem¨¢s, s¨ª, que aceptan lo que viene pero que intentan proteger, como sea, su dignidad".
"Intento hacer algo parecido a lo que en cine es David Lynch"
"Me preocupa m¨¢s lo literario que lo identitario; escribo novela, no ensayo"
Pregunta. Aparte de mujeres muy duras con ellas mismas, sus protagonistas no pueden volar por sus maridos y padres, que inspiran miedo o
respeto. ?Hasta qu¨¦ punto es autobiogr¨¢fico?
Respuesta. El primer relato, el de Nora, es quiz¨¢ el que m¨¢s: el padre es una figura poderosa, casi de cuento de hadas; parece m¨¢s un ogro que un hombre real. Todas las familias son complicadas, suelen concentrar la gama de sentimientos humanos: amor, odio, celos, lealtad... Por eso hay tantas en mi obra.
P. Pero ese entorno familiar acaba agobiando, humillando o haciendo que los personajes se odien m¨¢s. Y esos estados impregnan gran parte de su obra. ?De d¨®nde surgen esas atm¨®sferas?
R. No lo s¨¦: nunca me he psicoanalizado; no s¨¦ qu¨¦ hay en m¨ª. Pero me gusta que mis libros molesten, inquieten, perturben, no quiero que el lector tenga sentimientos en blanco o negro sobre los personajes; no s¨¦ escribir de otro modo que no sea con dureza.
P. ?Ni en sus libros infantiles?
R. Tampoco son muy dulces; los cuentos son casi los mismos, s¨®lo el final es un poco m¨¢s feliz: de peque?a no me gustaban los tristes. ?Escribir como mecanismo de defensa? Sigo intentando comprender este mundo nada simple, poner orden en el caos. Y s¨ª, una sociedad as¨ª hay que cimbrearla. Le garantizo que no es agradable escribir de este modo.
P. Un padre que vive en la rama de un ¨¢rbol, diablillos o ¨¢ngeles en las barrigas de los personajes... Siempre disemina algo maravilloso.
R. Me encanta introducir elementos fant¨¢sticos en historias realistas, por est¨¦tica y porque todo lo maravilloso ayuda a explicar mejor que lo real. Intento hacer algo parecido a lo que en cine hace David Lynch.
P. No hay muchas referencias expl¨ªcitas ni al feminismo ni al racismo en sus obras, pero aqu¨ª aparece m¨¢s ?frica, por ejemplo.
R. Esos temas est¨¢n pero no se explicitan porque me preocupa m¨¢s lo literario que lo identitario; hago novela, no ensayo. Eso se lo dejo a mi hermano [Pap NDiaye, historiador y especialista en la cuesti¨®n negra en Francia]. Si hasta ahora no ha salido m¨¢s ?frica es porque no la conoc¨ªa: s¨®lo fui una vez, con 22 a?os, a ver d¨®nde viv¨ªa mi padre. Hace poco volv¨ª por un gui¨®n cinematogr¨¢fico.
P. Desde hace tres a?os vive en Berl¨ªn porque, afirm¨®, le asfixiaba la Francia de Sarkozy. El domingo sufri¨® un duro rev¨¦s en las elecciones regionales.
R. Los Gobiernos regionales ya eran de izquierdas hace tres a?os. No, el problema es que la derecha francesa es muy dura, sobre todo en lo econ¨®mico, contra los pobres. La derecha ya no tiene ese componente cristiano, esa compasi¨®n o paternalismo que tuvo incluso en sus peores momentos. Cada vez se acerca m¨¢s a la extrema derecha. Me preocupa m¨¢s lo socioecon¨®mico que lo racial.
P. Hay quien dice que exageraba con el tema Sarkozy, pero tras leer su obra pens¨¦ que era coherente porque, a lo mejor, para usted representa una dureza delicada, una violencia latente.
R. S¨ª, es eso.
Babelia
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