"Una nueva era en Am¨¦rica"
Obama firma la ley de reforma sanitaria en un acto emocionante en la Casa Blanca
Ah¨ª estaba Marcelas Owens, solemne y engalanado para la ocasi¨®n, mirando al presidente de las altas cimas desde la corta altura que le dan sus 11 a?os. No estaba la madre de Owens, que muri¨® v¨ªctima de una larga enfermedad cuyo tratamiento no pudo costear y cuyo pa¨ªs la abandon¨®, no por falta de recursos.
Ah¨ª estaba Nancy Pelosi, la presidenta de la C¨¢mara de Representantes de Estados Unidos, firme defensora -y en gran medida facilitadora- de la ley de reforma sanitaria. Ya lo dijo Pelosi, gracias a esta ley "ser mujer -s¨ª, ser mujer- ya no ser¨¢ considerado una condici¨®n preexistente" a la hora de obtener un seguro m¨¦dico.
Estaban todos los que pod¨ªan estar y todos los que han luchado -a cara de perro en muchas ocasiones- en los ¨²ltimos 14 meses para que el presidente Barack Obama lograra ayer rubricar en la Casa Blanca la ley que permite que Estados Unidos y sus ciudadanos puedan estar a la altura del grupo de pa¨ªses democr¨¢ticos desarrollados, porque no, no formaban parte de esa comunidad.
No estaba el senador Ted Kennedy, que no vivi¨® para ver c¨®mo, una vez m¨¢s, el joven negro de nombre extra?o por el que apost¨® hac¨ªa historia. S¨ª estaban su viuda, Vicky, su hijo Patrick y su sobrina Caroline, hija del malogrado presidente John. No estaba la madre de Obama, quien mientras se consum¨ªa por un c¨¢ncer segu¨ªa luchando con las compa?¨ªas aseguradoras que se negaban a pagar su medicaci¨®n, como record¨® el presidente.
Pase lo que pase a partir de ahora, pierdan o ganen los dem¨®cratas las elecciones legislativas de noviembre, el presidente Obama ya ha definido su presidencia. Los dem¨®cratas vivieron ayer su gran d¨ªa, su apoteosis. Celebraban "una nueva era en Am¨¦rica", como se?al¨® el presidente Obama.
La audiencia, reunida en la Sala Este de la Casa Blanca, asisti¨® a la firma de la ley que cambiar¨¢ el panorama sanitario de la potencia mundial y para la que Obama utiliz¨® 20 plumas diferentes que luego regal¨® a dos decenas de elegidos. Cada frase del presidente era aplaudida. Se contagiaban las ganas de abrazar al de al lado. El trabajo no hab¨ªa sido f¨¢cil.
"Hoy, casi un siglo despu¨¦s del primer intento; hoy, tras casi un a?o de debate; hoy, despu¨¦s de que todas las votaciones hayan cuadrado; hoy, la reforma del seguro de salud se convierte en ley en Estados Unidos", declar¨® Obama. "Que ning¨²n otro ni?o tenga que vivir lo que Marcelas Owens ha vivido", dijo el presidente mirando enternecido al peque?o de 11 a?os.
Para los archivos de imagen y sonido -y tambi¨¦n para muchas horas de chascarrillo televisivo- queda el comentario de Joe Biden, silenciado por la censura televisiva, que en este pa¨ªs no permite decir tacos. El vicepresidente, m¨¢s Biden que nunca, dijo a Obama cuando le dio paso: "Fucking big" (esto es la hostia). Es su manera de decir que se ha hecho historia.
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