Se acab¨® la fiesta
En unas recientes declaraciones a prop¨®sito de la orden ministerial sobre el "expolio" de El Cabanyal, la portavoz del Consell afirmaba (sin pesta?ear) que era inadmisible la injerencia del Gobierno de Espa?a en "la apertura de una calle en Valencia"... Creo que con este tipo de declaraciones se est¨¢ intentando confundir a la opini¨®n p¨²blica, minimizando un asunto que la se?ora portavoz deber¨ªa de saber que va m¨¢s all¨¢ de una simple obra municipal.
Sin embargo, la banalizaci¨®n del problema no hace m¨¢s que confirmar las discutibles pol¨ªticas urban¨ªsticas llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Valencia en los ¨²ltimos a?os.
Valencia no ha sabido aprovechar sus oportunidades. Sus pol¨ªticas urbanas han estado encaminadas, en la mayor¨ªa de los casos, a conseguir una imagen de "modernidad" basada en actuaciones puntuales, al margen de los problemas reales que, hist¨®ricamente, han estado presentes en el urbanismo valenciano y que, como la conexi¨®n de la ciudad con el mar, siguen sin resolverse.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias se ha convertido en la referencia medi¨¢tica m¨¢s evidente de ese modo de "hacer ciudad". Sus "edificios emblem¨¢ticos" (formalistas y desarraigados) no han sido capaces de vincularse a la ciudad m¨¢s all¨¢ de su propio simbolismo. Los planetarios, p¨¦rgolas, umbr¨¢culos, peinetas, cascos gal¨¢cticos y artefactos varios que lo forman, han ido invadiendo el viejo cauce del r¨ªo, sin apenas haber sido capaces de cualificar los lugares que ocupaban: ni desde sus desmesuradas escalas, ni desde sus formalismos excluyentes. Estar¨ªamos ante uno de los ejemplos m¨¢s claros de lo que se ha dado en llamar, no sin raz¨®n, la arquitectura del espect¨¢culo.
Y Valencia est¨¢ harta de espect¨¢culos. Se acab¨® la fiesta. Porque como dijo el prestigioso arquitecto Oriol Bohigas: "Una ciudad no es solamente la lujosa yuxtaposici¨®n de contenedores arquitect¨®nicos, aunque ¨¦stos sean tan caros y tan aparatosos como los de la llamada Ciudad de las Artes y las Ciencias".
Han pasado los grandes eventos. La Copa del Am¨¦rica apenas nos ha dejado el edificio aislado Veles e Vents, de David Chipperfield, como muestra de calidad arquitect¨®nica; seguimos sin noticias del proyecto de Jean Nouvel Valencia Litoral (la ¨²nica propuesta seria de tratamiento unitario del frente mar¨ªtimo); y la d¨¢rsena interior, que fue objeto de aquel concurso de imposible soluci¨®n, ha quedado definitivamente encerrada en el anillo de asfalto de la f¨®rmula 1...
Ten¨ªa raz¨®n Bohigas porque, con aquella afirmaci¨®n, estaba haciendo un diagn¨®stico (y un pron¨®stico) de la pol¨ªtica urban¨ªstica llevada a cabo por el Ayuntamiento de Valencia en los ¨²ltimos a?os.
No dejemos escapar otra oportunidad. Aprovechemos la orden ministerial para proponer "otra forma de rehabilitaci¨®n de El Cabanyal". Sin destruirlo. Porque pienso que es totalmente incoherente defender una pol¨ªtica de apertura al mar y, al mismo tiempo, proponer una acci¨®n de esventramento (acci¨®n radical y agresiva sobre la trama urbana) que divide por la mitad uno de los barrios marineros con mayor capacidad de regeneraci¨®n urbana, en el l¨ªmite de la ciudad con su frente litoral.
No ser¨¢ mediante la penetraci¨®n de una gran avenida a trav¨¦s de un conjunto de inter¨¦s patrimonial como deber¨ªa de plantearse la conexi¨®n con el mar. Ser¨ªa m¨¢s razonable utilizar las condiciones de la trama urbana y la textura social de ese lugar para, con unas pol¨ªticas menos agresivas, intentar una regeneraci¨®n del barrio. Ser¨ªan unas pol¨ªticas de esponjamiento que supondr¨ªan la rehabilitaci¨®n de edificios y la construcci¨®n de espacios urbanos cualificados (peque?os espacios de convivencia) que, sin duda, acabar¨ªan por mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. De esta manera, el barrio vivo de El Cabanyal se acabar¨ªa convirtiendo en el filtro urbano por el que discurrir¨ªa la vida de la ciudad en busca del mar Mediterr¨¢neo.
??igo Magro de Orbe es doctor arquitecto y profesor de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Valencia.
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