Gimnasio o sala de ballet
En 1924 abri¨® el colegio mayor Pedro Cerbuna, en Zaragoza. Acabada la guerra, aquel centro era la delicia de los se?oritos del r¨¦gimen. Mujeres les serv¨ªan las comidas, hac¨ªan las camas, les lavaban y cos¨ªan la ropa. Ellos ten¨ªan sus pistas deportivas, sus salas de juego, peluquer¨ªa. "All¨ª no hab¨ªa restricciones de horarios, eran hombres, entraban y sal¨ªan cuando quer¨ªan", recuerda el presidente de la Asociaci¨®n de Colegios Mayores y Residencias Universitarias P¨²blicas, Jos¨¦ Luis Muzquiz, responsable en la actualidad del Pedro Cerbuna.
En los a?os setenta, la Universidad de Zaragoza tuvo su centro femenino, el Santa Isabel. Una monja en cada piso vigilaba que nada escapara a los c¨¢nones de la decencia. "A las que all¨ª se alojaban les ense?aban c¨®mo lavar, c¨®mo cocinar, c¨®mo coser", dice Muzquiz. Y a las diez de la noche, todas recogidas. Un control que se mantuvo hasta los ochenta, cuando las teresianas dejaron el centro.
En los setenta, Zaragoza tuvo su colegio femenino, lleno de cocinas
El centro para hombres ten¨ªa gimnasio y les cos¨ªan la ropa
?Es esta la tradici¨®n que ahora reivindican las y los colegiales de los centros madrile?os que se niegan a mezclarse? ?A eso se refieren cuando dicen que en este pa¨ªs ya no se respetan las tradiciones? Seguramente no, pero la negativa a vivir juntos recuerda irremediablemente a otras ¨¦pocas, cuando los entonces universitarios habr¨ªan dado un brazo por compartir el centro. Pero no pod¨ªan.
De aquel modelo tan rancio son testigo a¨²n las instalaciones y equipamientos de esos centros, ambos mixtos en la actualidad. "Tenemos problemas, porque en el Santa Isabel no hay m¨¢s que cocinas y lavadoras. No hay gimnasio. Una sala de ballet, eso s¨ª, que para algo eran mujeres", relata con sorna Muzquiz. Sin embargo, en el masculino est¨¢n las pistas deportivas, as¨ª que tenemos que compartir las instalaciones".
La capilla del Santa Isabel ha acabado como sala multiusos y a la salita de las monjas se gan¨® una habitaci¨®n en cada piso del edificio. Pero sigue habiendo dos cocinas (juntas) por cada dos plantas. Y ellos y ellas guisan sus propias comidas. Sin embargo, el Pedro Cerbuna ha heredado alguna tradici¨®n machista, que ahora disfrutan hombres y mujeres. Estos no guisan, porque tienen comedor, y no hace sus camas porque se las siguen haciendo.
Por eso este cuesta 500 euros, y el otro, 270.
"Yo en el Santa Isabel les veo cocinando juntos, ellas les ense?an a ellos y ellos van aprendiendo, y todos se hacen sus camas. En el otro tambi¨¦n comparten conversaciones, ocio. Y no puedo entender, no puedo, que no se vea ventajas a esta forma de vivir. Porque es cuando uno se da cuenta de que ambos, mujeres y hombres, son complementarios", dice Muzquiz, que lleva 10 a?os dirigiendo ambos centros. "Y nunca he tenido un problema sexual en ninguno de ellos. Jam¨¢s".
Antes, los chicos de Cerbuna iban a rondar, con aquellas canciones casposas, a las universitarias del Santa Isabel. Y ellas, como ten¨ªan las cocinas, les tiraban huevos. "Ahora, son las chicas del Cerbuna las que rondan a los del Santa, con letras un poco gruesas, y son ellos los que les tiran los huevos".
Y cuando se enfrentan entre ellos, con la rivalidad t¨ªpica y medio impostada de estos centros, los del Santa les recriminan a sus colegas del Cerbuna que no saben cocinar. Siempre hubo clases, pero la cuesti¨®n del g¨¦nero aqu¨ª parece superada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Carmen Mor¨¢n Bre?a](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F62d31e9f-9943-4d92-997c-a15aa4a35bf9.png?auth=8424e1fb56009e0c1a0500325c8d01c9aba1ec2b74a4d4518db4efbcae00ece7&width=100&height=100&smart=true)