Dejemos la Diagonal en paz
El profesor Franz de Copenhague, el entra?able creador de "los pr¨¢cticos inventos del TBO", deber¨ªa ser nombrado ciudadano honorario de Barcelona, merece incluso un monumento en el centro de la plaza de Catalunya. Se rendir¨ªa as¨ª justo tributo a quien es, seg¨²n todos los indicios, el inspirador intelectual de algunas de las mayores iniciativas del gobierno municipal barcelon¨¦s a lo largo de los ¨²ltimos lustros: el F¨®rum Universal de las Culturas, los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno en 2022... y ahora, la reforma de la avenida Diagonal.
Como sin duda recordar¨¢n los lectores menos j¨®venes, las invenciones de Franz de Copenhague se caracterizaban por ser artefactos estrafalarios, de mec¨¢nica complicad¨ªsima, destinados a alcanzar una finalidad absurda o banal; por ejemplo, a evitar la ca¨ªda de un cabello en la sopa. Es exactamente la misma filosof¨ªa que inspira la decisi¨®n de poner patas arriba la Diagonal y, de paso, todo el tr¨¢fico rodado por el Eixample..., para convertir la avenida de nombre geom¨¦trico en una presunta rambla o un supuesto bulevar.
Algunos d¨¦spotas ilustrados creen que la mejor manera de potenciar el transporte p¨²blico es dificultar el privado
De entrada, el proyecto no responde a ninguna demanda social o vecinal significativa. En una ciudad donde florecen con tanta facilidad las pancartas reivindicativas en los balcones, no se ha visto ninguna en la Diagonal que diga: "Volem un bulevar!". Tampoco parecen reclamar reforma alguna los comerciantes de la avenida: basta ver a cu¨¢nto se paga el metro cuadrado de alquiler en los locales de la zona para deducir que, en su actual estado, la Diagonal no es un mal espacio para el shopping ni para las tiendas de lujo. La idea, pues, no nace de la calle, sino en los despachos. En los despachos de algunos "expertos" y ciertos pol¨ªticos, unos y otros con mentalidad de d¨¦spotas ilustrados: esa mentalidad seg¨²n la cual la mejor manera de potenciar el transporte p¨²blico es dificultar al m¨¢ximo el transporte privado; aquellos expertos capaces de afirmar, imp¨¢vidos, que "para el peat¨®n, cruzar seis carriles es una aberraci¨®n". Supongo que, por ende, cruzar los Campos El¨ªseos de Par¨ªs (ocho carriles) ya debe de ser un crimen, y atravesar la avenida del 9 de Julio de Buenos Aires (18 carriles) un genocidio...
Como es propio de todos los arbitristas y redentores, quienes propugnan desfigurar la Diagonal dicen hacerlo por nuestro bien, para ofrecer a los peatones anch¨ªsimas aceras y un nuevo "espacio p¨²blico digno", no una simple v¨ªa de paso. Es muy de agradecer; pero, antes de embarcarse en tan colosal y costosa movida, ?no ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil prohibir de verdad a ciclistas y patinadores el paseo central de la Rambla de Catalunya, permitiendo a los viandantes gozar con seguridad de aquel agradable ¨¢mbito? ?Y no resulta a todas luces prioritario dignificar, recuperar La Rambla para uso y disfrute de barceloneses y visitantes, liber¨¢ndola de trileros, pedig¨¹e?os, prostitutas y carteristas? S¨ª, comprendo que rehacer por completo la Diagonal tiene m¨¢s glamour y permite exhibir dise?o, pero ?por qu¨¦ no organizar tambi¨¦n una consulta sobre qu¨¦ clase de Rambla queremos? La participaci¨®n podr¨ªa ser elevada, porque siempre motivan m¨¢s los problemas reales que los inventados.
Como ha informado estos ¨²ltimos d¨ªas la prensa, la Diagonal remodelada seg¨²n uno u otro de los dos proyectos municipales expulsar¨¢ a tres de cada cinco veh¨ªculos de los que circulan hoy por la avenida; es lo l¨®gico, si los carriles se reducen de cinco a dos por sentido. Pero, de creer a los t¨¦cnicos de la Casa Gran, esos 23.000 coches diarios excedentes, o sus ocupantes, se diluir¨¢n por otras rutas o medios, sin crear el menor problema. Entre las claves de este prodigio de la movilidad urbana se cita la entrada en servicio de la l¨ªnea 9 del metro. Pues bien, dado que dicha l¨ªnea no funcionar¨¢ por completo antes de 2018, perm¨ªtanme una modesta sugerencia: esperemos a 2018, veamos en qu¨¦ modifica la L9 el uso del coche privado, del bus, etc¨¦tera, y reabramos entonces el debate. Y entretanto, dejemos la Diagonal en paz.
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